En una época en la que los coches tienen que ser eléctricos y que el silencio es una cualidad positiva para la mayoría, viene bien recordar tiempos pasados en eventos como el Goodwood Festival of Speed. Probablemente la fecha más señalada en el calendario de los amantes de los vehículos clásicos, en la subida a la colina se pueden ver algunos de los ejemplares más exclusivos del mundo. Aunque recalcamos la presencia de históricos, también hay futuros clásicos como el Gordon Murray T.50.
El modelo proyectado por Gordon Murray, padre del McLaren F1, se trata de uno de los últimos superdeportivos puros que llegarán al mercado. Decimos esto porque será difícil que se repita la fórmula que emplea de aquí en adelante debido a las restricciones. Porque el T.50 monta un motor V12 atmosférico de 3.9 litros (el Cosworth GMA V12) que desarrolla nada menos que 663 CV y 467 Nm de par. Destaca por su bajo peso y también por ir ligado a una transmisión manual de seis velocidades.
Aunque probablemente lo más llamativo de este modelo de tres plazas (el conductor en posición central) es que pesa solamente 989 kg en vacío, haciendo gala de la filosofía «quítame un kilo antes que darme un caballo». Como todavía no ha llegado formalmente al mercado y porque lo hará de manera muy limitada, con apenas 100 unidades y 25 más del ejemplar de circuito, Gordon Murray T.50s Niki Lauda. Por ello fue una de las grandes estrellas de Goodwood.
No fue a batir el récord, ni mucho menos, simplemente se trató de una exhibición en la que los aficionados se pudieron deleitar con su sonido, principalmente. Como queda recogido en el vídeo, el rugido del Gordon Murray T.50 es prácticamente inimitable. El V12 subiendo de vueltas es un auténtico espectáculo, más si tenemos en cuenta que su línea roja está situada en las 12.100 rpm. Como decíamos, una especie en peligro de extinción que ha sido concebida para el disfrute del aficionado.