La tecnología de conducción automática ya existe en varios niveles diferentes, desde los sistemas de ayuda a la conducción que se encuentran en algunos coches de lujo a verdaderos robots que conducen solos. Estos han avanzado tanto hasta el punto de que algunos estados de EE.UU. han legalizado su uso en la vía pública. Estos tipos de vehículos pueden moverse en calles, autopistas o incluso competir en circuito. Pero estas obras de ingeniería tienen un inconveniente: son vehículos muy modificadas, inalcanzables para el gran público.
Eso podría cambiar gracias a las investgaciones del Grupo de Robots móviles de la Universidad de Oxford. (MRG) Han desarrollado un sistema de navegación autónomo para los coches, con apenas.000 libras (en torno a 6.500 euros).
Dirigido por el profesor Paul Newman y el doctor Ingmar Posner, el objetivo de este equipo de 22 miembros es desarrollar un sistema de conducción autónoma más asequible que puedan utilizar los coches de producción en serie. Para lograr esto, el sistema tenía que ser autónomo, sin la necesidad de balizas u otras infraestructuras. También era necesario utilizar componentes estándar y tener un grado de inteligencia artificial.
El coche elegido para las pruebas del MRG fue un Nissan LEAF modificado para que todo, incluso los intermitentes, pudiesen ser controlados por los ordenadores que montaron en el vehículo. La tecnología se basa en «la percepción autónoma.» Es decir, el coche conoce la ruta y monitorea constantemente el área inmediata para tomar decisiones de conducción..
Decidieron también no utilizar el GPS de navegación por satélite ya que no siempre está disponible, no es lo suficientemente preciso para conducir y no proporciona ninguna información sobre lo que está pasando alrededor del coche. En su lugar instalaron un par de cámaras en el vehículo y dos láseres, bajo los parachoques delantero y trasero, escanean lo que ocurre.
Estos sensores aportan datos a los tres equipos que forman el sistema de conducción autónoma. Uno de ellos es un iPad, que actúa como la interfaz de usuario: se ofrece para conducir el coche si conoce la ruta, guía al conductor para configurar el modo autónomo y advierte de obstáculos y otras situaciones que requieran de la intervención humana. El iPad es supervisado por el LLC (controlador de bajo nivel) y la mayor parte del trabajo es realizado por el MVC (ordenador principal del vehículo) instalado en el maletero. Los tres equipos actúan en equipo y, si no están de acuerdo sobre una situación, el coche frena y se detiene.
En conjunto, los sensores y ordenadores construyen un mapa tridimensional de la ruta. Además está la información semántica, tales como la ubicación y el tipo de marcas viales, señales de tráfico, semáforos e información lane, así como imágenes aéreas. Como estas cosas cambian constantemente, el sistema también puede acceder a Internet para actualizar. Y es que, sólo si el sistema tiene suficiente información y se ha entrenado lo suficiente, se ofrecerá a conducir el coche.
El sistema efectúa un seguimiento de la carretera (identificando coches, peatones y obstáculos) mediante el escaneo de 85 grados por delante 13 veces por segundo hasta a 50 metros de distancia. Identifica qué son, donde están y hacia dónde van los objetos. Así retiene y detiene el coche si encuentra un obstáculo, y continúa cuando el obstáculo se aparta. se mueve el obstáculo. Si es necesario, el conductor puede recuperar el control tocando el freno.
El sistema funciona esencialmente como un control de crucero muy sofisticado, muy similar al que Audi quiere insalar en el A8 para que circule solo en los atascos. La marca alemana piensa lanzarlo al mercado en 2016. El equipo MRG ve un futuro inmediato en los coches de producción modificados para conducción autónoma, al principio sólo por rutas muy frecuentes. Y podrán montarlo todos los coches, pues estima que el costo del sistema puede caer de desde las 5.000 libras a tan solo 100 (unos 150 euros).
El siguiente video muestra el coche autónomo de MRG en la carretera:
Galería de fotos:
Fuente: MRG