Se calcula que alrededor de 1,8 millones de coches circulan sin seguro en nuestro país. Eso es casi un 5 % del total del parque móvil y una enorme responsabilidad por parte de sus conductores. Se trata de un trámite de obligado cumplimiento para todos los propietarios, que deben tener un seguro de responsabilidad civil. Ya de ellos dependerá el nivel de protección que quieran escoger, pero los básicos son innegociables. También es clave en caso de accidente para que la situación no se ponga más peliaguda.
El seguro de responsabilidad civil obligatorio es el que responde ante los daños que se causen en un siniestro. Ya no hablamos de lo que sufran los coches que hayan colisionado, también hablamos de daños personales en el caso de que haya víctimas, además de los daños materiales en el mobiliario. Por lo tanto, cuando los dos vehículos están asegurados suele basta con dar un parte y las aseguradoras se encargan de cubrir el siniestro, pero cuando alguno no lo tiene se complica la situación.
Cuando tú no tienes seguro
Si no tienes seguro y estás leyendo esto, lo primero es recomendarte que levantes el teléfono y lo contrates. Ya no por la multa a la que te enfrentas y que repasaremos más adelante, sino por las consecuencias que puede tener. En caso de accidente, el conductor que no está asegurado podría recibir la culpabilidad aunque no la tenga. Normalmente, con dos vehículos asegurados se trata de determinar el culpable para que sea su aseguradora la que pague, pero aquí el culpable es quien no tiene seguro debido a que es una responsabilidad directa del conductor.
Como no hay una empresa aseguradora detrás, en un primero momento será el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) el que se haga cargo de los daños causados. Sin embargo, después se reclamará al conductor sin seguro que abone los gastos en su totalidad. Esa cantidad puede llegar a ser realmente elevada según el tipo de accidente, pues incluye los daños en las personas y en los bienes producidos. Es mejor no tentar a la suerte, porque también se imputarían los gastos del mobiliario urbano y la factura alcanzará varios miles de euros.
Cuando este tipo de cosas suceden y las autoridades se presentan en el lugar del siniestro, normalmente hay otras consecuencias adicionales para el propietario del coche sin asegurar. La primera es una sanción ejemplar por tener esa conducta. Después, se procederá a inmovilizar el vehículo hasta que se subsane la situación y posteriormente llegaría el proceso penal que sería llevado a cabo por el CCS.
Cuando la otra parte no tiene seguro
Cuando sucede el caso contrario, que tienes un vehículo asegurado y te ves involucrado en un accidente hay que tener en cuenta una serie de cosas. Lo primero es cerciorarse de que la otra parte no tiene el seguro en regla, algo que pueden detectar las autoridades si se personan en el siniestro o también el usuario por voz propia de la otra persona. Si se intenta dar a la fuga o se niega a cubrir los gastos, todo dato que se pueda sacar será bueno, ya que habrá que reclamar por la vía judicial posteriormente.
Lo ideal sería firmar un parte amistoso y ponerse en contacto con la aseguradora, pero en este caso se puede recurrir directamente al Consorcio de Compensación de Seguros para presentar la reclamación y aportar toda la información posible sobre el accidente. Después, se encargarán de cubrir los gastos y se tendrá que informar a la aseguradora que así va a ser. A partir de ahí ellos se encargarán de evaluar la situación, fijar las cantidades a pagar y también de notificárselo al conductor del vehículo sin asegurar para que lo abone.
También existe la posibilidad de que el usuario no esté de acuerdo con la resolución del CCS, en ese caso se podría recurrir a la vía penal o civil, presentando una demanda contra el conductor sin seguro. Esto no afecta a la cantidad final que recibes como indemnización
Multa por no tener seguro
No tener seguro es una acción sancionable según la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de los vehículos a motor (RD 8/2004). La multa va entre los 601 y los 3.005 euros, siendo variable en función de varios factores. No es lo mismo si se detecta un coche sin seguro aparcado que circulando, al igual que si lleva sin póliza un día o un año. También se sanciona en mayor medida para aquellos usuarios que sean reincidentes.
Para un turismo como el que tienen la mayoría de conductores españoles, la multa ascendería a 1.500 euros si le pillan circulando. Se quedaría en 800 euros si está estacionado, pues no tendría ese riesgo de que hubiera otras personas afectadas en caso de accidente. Y ante esa duda, aunque el coche esté aparcado (tanto en zona pública como en privada) e incluso si se ha decidido abandonarlo, debería mantener el seguro. La única opción para no tenerlo sería darlo de baja temporal o definitivamente.