Hace años que en España se dio la vuelta a la tortilla y ya se venden más coches usados que nuevos. El mercado de segunda mano ya mueve tanto dinero como el de nuevos, pero la mayoría de las ventas corresponden a coches con más de diez años. La mayoría de la gente busca coches baratos que puedan pagar fácilmente al contado, sin meterse en un préstamo de coche.
La alta demanda de estos coches “mileuristas” ha provocado que hayan subido de precio mucho en los últimos Son coches antiguos, que es posible que tengan algún problema grave. Además, el 60% de las transacciones son entre particulares, lo que ofrece menores garantías. Por eso resulta clave localizar coches con problemas, antes de tener que lamentarlo o denunciar por vicios ocultos.
Hemos recopilado una serie de consejos para ayudarte a descubrir esos posibles fallos en un coche de segunda mano. Hay tres pasos fundamentales:
- Hacer una serie de preguntas clave al vendedor, que nos pueden ya poner en la pista de si el propietario oculta algún detalle.
- Comprobar que los papeles están en regla.
- Verificar que se ajusta a los kilómetros que marca y que no ha tenido un accidente grave.
Para este último punto lo ideal es que revise un coche un mecánico profesional, pero no es demasiado habitual en estos coches en los que se busca el ahorro. De ahí que, con unos pocos trucos, se puedan llegar a localizar problemas graves, con una inspección del vehículo paso a paso:
1. Arranque
Un coche con inyección electrónica debe arrancar de inmediato. Si el coche no lo hace o el ralentí es estable (la aguja de las revoluciones se mantiene en un punto y no oscila), puede haber problemas graves de diverso tipo que impliquen un futuro desembolso importante de dinero (sistema de alimentación, falta de compresión en algún cilindro…)
2. Dirección
Ya en marcha, comprueba que la dirección vuelve a ponerse recta cuando giras. Utiliza un viejo truco: cuando vayas en línea recta (a unos 80 km/h), suelta el volante y comprueba que el coche no se va hacia algún lado. En parado, gira el volante del todo a un lado y otro para comprobar que no se oye ningún chasquido (síntoma de un problema grave). Si es asistida, comprueba que no cuesta más girar hacia un lado que a otro.
3. Transmisión
La transmisión es el sistema que trasmite la fuerza del motor a las ruedas (por un conjunto de engranajes). Si, al girar y acelerar suena un chasquido, es síntoma de problemas. Hay que prestar atención:
- A las juntas de goma que hay antes de su unión con las ruedas.
- A posibles pérdidas de aceite en la zona donde se une con la caja de cambios.
4. Suspensión
Los amortiguadores son claves en la seguridad vial. No solo evitan que nuestro coche rebote sin control por la carretera, sino que mantienen los neumáticos en contacto con la carretera y controlan las oscilaciones de la carrocería. Para conocer el estado de los amortiguadores hay un truco: empujar con fuerza sobre el coche, justo encima de cada rueda. Cuando llegue al punto de máxima compresión, suelta y comprueba qué ocurre. Si al volver hay un rebote es síntoma de que los amortiguadores no están muy bien.
Estarán en mal estado y necesitarás cambiarlos si:
- Si percibes que se producen oscilaciones al conducir, o si observas manchas de aceite al mirar detrás de las ruedas.
- Si, al frenar en seco, el vehículo se hunde más hacia la parte frontal, se desvía hacia los lados o es difícil de dominar.
- Si al conducir el volante vibra, aunque el pavimento esté en buen estado. Si vas por baches y notas que las ruedas rebotan demasiado, también es síntoma de que deberían cambiarse.
5. Escape
El color de humo que sale por el tubo de escape implica diferentes problemas. Un humo azul indica consumo de aceite (motor desgastado y arreglo muy caro), si es blanco significa que falta carburante en la combustión y si es negro que consume demasiado combustible. Los arreglos son menos caros en estos casos.
6. Faros
Comprueba que todas las luces del coche funcionan (posición, largas, cortas, antiniebla, marcha atrás e intermitentes). Si no lo hacen, puede ser desde una bombilla o un fusible (poca cosa) a un fallo en la centralita de luces. Si la intensidad no es constante, puede deberse al alternador o al cableado.
7. Líquidos
Los líquidos de los coches son la sangre de su mecánica. Pregunta cuándo se realizó el último cambio y si tiene papeles o facturas que lo atestigüen. Cambiarlos es barato, pero solucionar los problemas que puedan dar ya son más caros.
- Aceite: Ni muy negro ni muy viscoso.
- Líquido de frenos: Si está en mal estado estará muy oscuro.
- Líquido refrigerante: Hay diferentes colores en función de las marcas, comprueba el nivel es el adecuado, pues de no ser así podría indicar una fuga.
8. Cambio
Las marchas no deben tener holguras entre ellas y deben entrar con suavidad. En punto muerto, pisa el embrague. Si hace ruido quizá haya que cambiar el líquido de la caja de cambios.
Un truco para comprobar el estado del embrague es poner el freno de mano, meter la segunda marcha e intentar empezar la marcha. Sino se cala, el embrague está desgastado y habrá que cambiarlo pronto.
9. Frenos
Si te dejan probar el coche, frena con contundencia. Si el coche se va hacia un lado, hay problemas en discos o pastillas. Hay más trucos para detectar problemas con los frenos. Es importante que compruebes que el ABS funciona (el arreglo es más caro). Para ello, lo mejor es probarlo por un camino de tierra a poca velocidad y frenar a fondo. Si el pedal no vibra, es que el ABS no funciona.
10. Climatización
Comprueba también que el aire acondicionado expulsa aire frío en menos de un minuto. Puede que necesite una recarga de gas (en torno a 50 euros) o que haya fugas en el circuito (un arreglo más caro).
Fotos: cc Flickr Thomas Hawk,