En los últimos tiempos la electrificación está en boca de todos y casi siempre que se habla de motores de combustión interna está relacionado con la prohibición o con la instauración una fecha para su final. Parece bastante claro que los coches con enchufe son la mejor opción de cara a futuro, pero ¿deberían ser la única opción? Los combustibles sintéticos podrían convertirse en esa alternativa que sirva como prórroga a la combustión de forma viable y cubra las necesidades de muchos usuarios.
Aunque lo cierto que el término combustibles sintéticos, también conocidos como e-fuels (de electric), todavía son relativamente nuevos y no hay demasiada información sobre ellos. Así que vamos a recopilar todo lo que se sabe hasta la fecha sobre su procedencia, las ventajas que tienen, los coches que podrían llevarlos o el coste que tendrán cuando lleguen al mercado.
¿Qué son los combustibles sintéticos?
Se consideran combustibles sintéticos a aquellos que no provienen de fuentes fósiles como los convencionales. La cualidad principal que tienen es la neutralidad en carbono, ya que en su producción se emplean recursos naturales como el hidrógeno y el dióxido de carbono. El resultado final es un carburante líquido como los que empleamos para llegar los depósitos de los coches actuales. De hecho, dentro de los carburantes sintéticos se pueden hacer distinciones y producir tanto e-gasolina como e-diésel.
¿Cómo se producen los combustibles sintéticos?
Por lo tanto, la clave principal de los combustibles sintéticos es su producción en la que se busca que no se emita ningún tipo de dióxido de carbono a la atmósfera. En un primer momento se basa en la extracción de hidrógeno por el proceso de electrolisis, es decir, que se descompone el agua (H2O) en hidrógeno y oxígeno. Posteriormente se emplea la síntesis de Fischer-Tropsh, que contiene en combinar el hidrógeno con dióxido de carbono (CO2) extraído del aire para convertirlo en un portador de energía líquido.
Para finalizar la creación se une ese hidrógeno con el CO2 aplicando alta presión con un catalizador. Toda la electricidad que se emplea en el proceso tiene que ser procedente de fuentes renovables, de ahí que se consiga la neutralidad de carbono en la obtención del combustible. Al tener un combustible líquido se puede refinar para que tome el cariz de gasolina, diésel, gas o queroseno. Ese estado también facilita su transporte y, por supuesto, la integración en el mundo del automóvil.
No hay que confundir los combustibles sintéticos con los biocombustibles. Ese segundo grupo se produce a partir de materias primas de origen biológico. La ventaja de los biocombustibles es que suelen utilizar residuos como grasas animales, aceites de fritura o residuos agroforestales; por lo que se solventan dos problemas de un plumazo. Sin embargo, los combustibles sintéticos tienen más ventajas en otros niveles.
¿Cuáles son las ventajas de los combustibles sintéticos?
Vamos a ser sinceros, la principal ventaja de los combustibles sintéticos es que son los únicos aceptados por la Unión Europea de cara a futuro. Pesa sobre todos los fabricantes la prohibición de los vehículos de combustión en nuestro continente a partir de 2035 y esta podría ser su única vía de escape. Pero no afecta solamente a nivel legislativo. Lo cierto es que son todo ventajas, porque se dejarían de emitir millones de toneladas de CO2 (de habla de 2,8 gigatoneladas hasta 2050) a la atmósfera solamente en el proceso productivo.
Por no hablar de que este tipo de combustibles no tendría apenas repercusiones prácticas en la vida del usuario. Si hablamos de repostar hidrógeno vemos que hay novedades que tienen que aprender la persona, pero en estos casos se mantiene el gesto tradicional. También la infraestructura, pues al tratarse de un combustible líquido se puede transportar en los mismos camiones y almacenar a alta presión y a temperatura ambiente. Las estaciones de servicio no tendrían que realizar cambios en las mangueras ni en sus instalaciones para recibir los e-fuels.
Además, la densidad energética también es superior en los combustibles sintéticos que en los fósiles. Aventaja en ese sentido a la gasolina y al diésel tradicionales, pero es que también presumen de estar por encima de las baterías de los coches eléctricos. Se habla de valores de 10 kWh/l de densidad energética, por lo que apenas 10 litros ya estarían a la altura del rendimiento de una batería de 100 kW que suele tener un peso de más de 500 kg.
¿Contaminan los combustibles sintéticos?
Hemos hablado de neutralidad de carbono en su proceso productivo, pues se compensa lo que se emite con lo que se captura a la hora de crearlo. Sin embargo, en su utilización sí que habrá algo de contaminación, como pasaría con otros combustibles. Como en los convencionales, se queman en el motor mezclados con aire y durante ese proceso se emiten gases como el propio CO2, óxidos de nitrógeno (NOx) y otras partículas. Proporcionalmente será menos que en la gasolina y diésel actuales, pero no está exento de emisiones en el uso.
Si lo comparamos con los eléctricos, podríamos decir que van al contrario. Los combustibles sintéticos no contaminan durante la producción y sí que lo hacen durante la conducción. En la electricidad, hay veces que su obtención genera emisiones (a no ser que sea completamente de fuentes renovables) y durante la conducción sus coches no emiten nada. En todo caso, los coches nuevos que utilicen combustibles sintéticos seguirían teniendo todos los sistemas anticontaminación que impone la Euro 7. Y los antiguos emitirán menos que antes.
¿Los pueden utilizar todos los coches?
Porque hay que decir que otra de las principales ventajas de estos combustibles es que pueden ser utilizados por todos los coches que tengan motores de combustión interna. Sin preparación alguna, ni transformaciones costosas, se podría comenzar a repostar cualquiera de los más de 1.400 millones de vehículos que hay a nivel mundial. Eso abre nuevas posibilidades para todos aquellos que todavía no estén preparados para dar el salto a la electrificación, por no hablar de otra serie de posibilidades.
Por ejemplo, el mundo de los coches clásicos también podría salvarse de la quema o de la obligación de conversión a histórico para circular. Por no hablar de las connotaciones que tiene en el transporte pesado, que era uno de los sectores con mayor nivel de preocupaciones. La electricidad pura no es una opción viable para muchos camiones que tienen que tienen que recorrer un número de kilómetros elevado. Mientras que hidrógeno sigue evolucionando para convertirse en una realidad plausible, los combustibles sintéticos podrían ser interesantes.
¿Cuánto cuestan los combustibles sintéticos?
Aunque no hemos hablado de desventajas, la principal a la que se enfrentan estos nuevos combustibles es al alto coste. Hace poco saltó una noticia sobre el primer combustible sintético que se ponía a la venta. Causaba mucho revuelo por el desorbitado precio que superaba los 2.800 euros el litro, aunque de cada a futuro eso cambiará. Ya hay plantas produciendo este tipo de combustible con un coste mucho menor. Se habla de que para 2030 podría tener un precio de 2,8 euros por litro, todavía bastante caro, pero entendible. Para 2050 el objetivo es que esté a precios de la gasolina y el diésel actuales.