El gas natural comprimido (GNC) es un tipo de combustible alternativo que todavía es relativamente desconocido en nuestro país, a pesar de tener algunas ventajas. Eso en parte es culpa de la pobre infraestructura que hay en España (unas 50 gasineras en el territorio nacional) y a que la mayoría de fabricantes no apuestan por el GNC. También han surgido una serie de mitos empañan la visión de este combustible y que suelen ser falsos, a continuación os contamos unos cuantos.
Sensaciones al volante
Probablemente hayas escuchado que las sensaciones al volante de un coche de GNC son distintas a las de uno de gasolina. Pero lo cierto es que apenas hay diferencias y solamente los indicadores de la instrumentación avisarán de lo contrario. Las prestaciones son equivalentes a las de cualquier motor con las mismas cifras de potencia, mientras que la conducción tiende a ser confortable y suave, igual que en cualquier gasolina tradicional.
Seguridad del depósito
El GNC está almacenado a una presión de 200 bares aproximadamente en un depósito especial. No es menos seguro que un depósito de gasolina normal, pues es un elemento preparado para soportar esas condiciones. Su temperatura de encendido es de 600 grados, mientras la gasolina arde a los 315. En el calor de que haya un calor excesivo, cuenta con una válvula de seguridad que evacúa todo el gas. Al ser menos denso que el aire, subiría rápidamente y se disiparía en la atmósfera. El frío tampoco es problema, pues su temperatura de licuado es de 160 grados bajo cero.
Circular en episodios de contaminación
En ciudades como Madrid, el aparcamiento y la circulación quedan restringidos en episodios de alta contaminación. Los no residentes no pueden aparcar en la avellana interior a la M-30 y solo los vehículos menos contaminantes se libran. Todos los vehículos de GNC tienen la etiqueta Eco y por lo tanto no les afectan las restricciones. Además, están exentos de pago del impuesto de matriculación, tiene un 75 % de bonificación en el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica y descuentos en aparcamientos y peajes.
¿Seguir cuando se acabe el gas?
Los coches de GNC son ‘bifuel’, lo que quiere decir que su motor está adaptado para funcionar con dos tipos de combustible. En el caso de que se agote el depósito de gas, el coche comienza a consumir gasolina automáticamente y sin necesidad de parar. Basta con mirar la instrumentación para saber la autonomía con cada combustible y cuando cambia de uno al otro. De esta forma su autonomía es bastante elevada, pudiendo llegar hasta los 1.300 kilómetros.
Entonces, ¿se puede circular solo con gas?
También pueden circular solamente con gas. Su funcionamiento hace que utilice este combustible alternativo por defecto, pero para ello tendrá que tener un mínimo de gasolina en el depósito. La gasolina es utilizada para el arranque con temperaturas bajas o justo después del repostaje de gas. Por este motivo es recomendable tener siempre algo e ir renovando la gasolina, que puede irse deteriorando si pasa meses sin actividad.
¿Es más caro?
En la mayoría de casos, el precio de venta de los coches de GNC es bastante similar al de sus homónimos diésel y gasolina. Aunque la principal ventaja aparece a largo plazo, debido al precio del combustible. Está por debajo del euro/kg, lo que significa que se podría llenar el depósito por unos 15 euros. Las marcas estiman un ahorro del 30 % respecto a un diésel y de un 55 % respecto a un gasolina.
El mantenimiento
La mecánica de un coche de GNC es básicamente la misma que en un gasolina, añadiendo la adaptación del combustible. Por lo tanto el mantenimiento será exactamente el mismo y solamente habrá que vigilar dos aspectos adicionales. Antes de cada revisión ITV (que se hace igual que el resto) se tiene que certificar la estanqueidad del sistema de gas y luego, cada cuatro años, hay que realizar una inspección visual de los depósitos en un taller especializado.
Fuente – SEAT
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