Los investigadores del Instituto de Tecnología de Transporte de Virginia (IFTP) publicaron en el año 2016 un estudio en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias donde informan que los conductores se distraen más del 50% del tiempo en el que van al volante, lo que duplica claramente el riesgo de sufrir un accidente. «Casi el 70% de los accidentes que analizaron se vieron involucrados por algún tipo de distracción», declaran. Y es que las distracciones, son un peligro al instante como ya te hemos contado con anterioridad.
Para llevar a cabo dicho estudio, montaron cámaras, sensores y radares dentro de los vehículos para poder seguir y grabar a los conductores por un período de tres años, observando así lo que sucedía exactamente antes de un accidente.
«Estos hallazgos son importantes porque vemos una población más joven de conductores, en especial adolescentes, que son más propensos a participar en distracciones durante la conducción,» afirmó Tom Dingus, director del IFTP y de la investigación. Continúa explicando que «si no se toma ninguna medida para limitar el número de despistes durante la conducción, en un futuro próximo la nueva generación de conductores seguirá teniendo mayores probabilidades de sufrir un accidente».
La investigación recopila información de 3.500 participantes de seis estados diferentes de Estados Unidos en la que se recoge más de 1.600 accidentes. Estos percances van de los más leves como un reventón en las ruedas hasta los más graves en los que se requiere la intervención policial.
Y es que no todos los descuidos afectan por igual: utilizar el móvil, leer y escribir un mensaje o manejar la pantalla táctil aumentan significativamente el riesgo de sufrir un incidente grave. Por ello, el estudio se postula además como una herramienta de ayuda para los fabricantes de coches a la hora de crear interfaces bien diseñadas que disminuyan el riesgo.
Los dos segundos reglamentarios
Los científicos trazan una línea roja en las actividades que mantienen los ojos alejados de la carretera más de dos segundos. «Si los conductores desarrollan alarmas en su mente que hagan mirar a la vía en menos de dos segundos, no importa qué estén haciendo ya que el riesgo de accidente se reduce a la mitad en comparación con aquellos que apartan la mirada durante un tiempo mayor», declara la coautora del informe Mindy Buchanan-King.
Cabe destacar también que quitar la vista de la carretera varias veces por una actividad ajena a la de conducir aumenta el riesgo. «El trabajo demuestra que continuamente los conductores que dejan de mirar en dirección al asfalto, incluso aunque sea en varios vistazos, un total de seis segundos ya eleva las probabilidades de un desenlace fatal», añade la investigadora. Estos son los mayores riesgos:
1. Los teléfonos móviles
La captura en términos absolutos ofrece más de 35 millones de millas de datos en los que queda patente que el teléfono móvil es una de las distracciones más peligrosas. Y es que a pesar de que tan solo un 0,14% de las veces los conductores deciden coger un móvil, el acto conlleva un factor 12 en comparación con lo que los investigadores denominan «modelo de conducción» o conducir en estado de alerta, atento y sobrio. «Solo el hecho de llegar a un teléfono aumenta cinco veces más las probabilidades de sufrir un accidente», explican.
Por otra parte, a los mensajes de texto se le destinó 1,91% del tiempo, lo que sitúa el peligro en un factor seis. Hablar por el móvil se produce más veces llegando hasta un 3,24% mientras que el chat eleva la cifra más del doble.
2. Beber
Absorber cualquier bebida al volante supone un gran peligro ya que la capacidad de reacción merma al tener una mano ocupada. Por su parte, las drogas o el alcohol aumenta el riesgo de tener un accidente en un factor 40 aunque solo se hayan registrado un 0,1% de casos dentro del estudio.
Y es que al volante debemos eliminar todo tipo de sustancias nocivas que pongan en peligro la vida de todos los conductores. Si necesitamos hidratarnos (bebidas no alcohólicas, claro) mejor estacionar primero el coche.
3. Emocionarse
Un impedimento a la hora de vislumbrar la calzada son las emociones ya que la tristeza, el llanto o las agitaciones sensibles se producen solo alrededor del 0,2% del tiempo, pero estos acontecimientos aumentan significativamente el riesgo en casi un 1000% en comparación con el modelo de conducción.
4. Interacción con los pasajeros
Otros comportamientos que previsiblemente parecen peligrosos, sin embargo, no lo son tanto. Y es que, interactuar con los demás pasajeros adultos o con niños produce el efecto denominado protector.
En el caso de los padres «tienden a adecuar su conducción cuando interactúan con sus hijos, aumentando la distancia de seguridad y reduciendo la velocidad», menciona Dingus. Por lo que podríamos decir que comunicarse dentro de un coche se postula como una de las distracciones de menor riesgo.
5. Maquillarse
Según los datos estadísticos que han manejado en ningún caso maquillarse produjo un accidente por lo que el hecho que habitualmente se considera arriesgado desciende en la escala de peligrosidad aunque esto no implica que dejemos de ser precavidos con este aspecto.
¿Y el coche autónomo?
Asimismo, los expertos han querido preguntarse si el coche autónomo será la solución para evitar las distracciones, el cansancio y demás errores humanos, sin embargo, la respuesta es ambigua.
Por un lado, el director de la investigación explica que eliminando de la conducción el factor humano se reduciría el riesgo en un 90-95%. Por otro, destaca que un conductor hábil y responsable puede realizar millones de maniobras exitosas durante décadas y cometer un solo fallo, lo que supone un porcentaje de éxito notable. «Para estar a la altura o mejorar incluso la seguridad esos sistemas tendrán que estar diseñados de una forma increíblemente robusta», sentencia Dingus.
Fuente: SHRP 2
Vía: Citylab