Cambiar una rueda pinchada es algo que la mayoría de nosotros hemos hecho, al menos, una vez en nuestra vida de conductores. Por lo general, no implica nada más que poner la rueda de repuesto y continuar nuestro viaje. Desafortunadamente, desde hace muchos años, los coches ya optan por montar un tedioso kit antipinchazos. Por suerte, algunos vienen con una rueda de repuesto. Pero no una como la que encontrarás en un coche de los 90, sino la conocida como “rueda de galleta”.
Como ya seguramente sabrás, estas ruedas no se parecen en nada a las del resto del vehículo, por lo que tendrás que prestar especial atención cuando conduzcas con una puesta. Una rueda de galleta es una llanta de chapa fina y de aspecto peculiar que algunos de los vehículos modernos llevan como llanta de repuesto en estos días (y otros tantos viendo que la edad del parque móvil español supera los 13 años). También se le llama rueda de repuesto compacta o temporal, pero eso no cambia que son una solución de emergencia y no una rueda de repuesto al uso.
Su tamaño y forma les ayudan a ahorrar espacio en el coche y también son más ligeros que la rueda de repuesto de tamaño estándar (mismo propósito que ha motivado el auge de los kits antipinchazos). Esta conveniencia viene con compromisos, por supuesto. El más importante y peligroso, por supuesto, se refiere al manejo y la seguridad que ofrece tu coche. Al ser la goma tan estrecha, la superficie de contacto con el asfalto es menor, algo que no ayuda demasiado ni a la dirección, ni a la estabilidad ni a las distancias de frenado.
¿A qué velocidad máxima puedo circular con una rueda de galleta?
Esto afecta el manejo del vehículo y podrías acabar en situaciones potencialmente peligrosas. Especialmente cuando frenases o acelerases con fuerza, puesto que tendrás fuerzas desiguales que podrían hacer que el coche se desvíe hacia un lado con la rueda de repuesto, por lo que es fácil terminar en una cuneta o en el tráfico entrante si la carretera es de doble sentido. Esta es la razón por la que se recomienda conducir lenta y suavemente cuando se utiliza una rueda de galleta. Y cuando decimos lentamente, nos referimos a no más de 80 km/h.
Si bien puedes conducir en la carretera abierta al tráfico, es más seguro mantenerse alejado de él, o en el carril derecho al ritmo de los camiones más lentos. Además, has de tener en cuenta que los sistemas como el control electrónico de estabilidad (ESP) y control de tracción (TC), así como el antibloqueo de frenos (ABS) no funcionarán correctamente con el repuesto. Por tanto, se entiende que deberías conducir lo menos posible mientras tengas ese tipo de neumático en el coche, pero todos entienden de manera diferente lo que eso significa.
¿Cuál es la máxima distancia que puedo recorrer con una rueda de galleta?
Tal vez te encuentres perdido en el medio de la nada y el próximo taller esté a 160 kilómetros de distancia. Pero esta es una de esas situaciones muy extremas que no hay que tomar como referencia. Como regla general, no debes conducir más 115 km con una rueda de galleta. Y aún así hay que tomárselo con cautela, ya que hay algunos expertos que recomiendan no exceder los 80 kilómetros debido al estado de la goma. Piénsalo, puede que esa rueda haya estado más de 10 años sin usarse. El compuesto ya no presenta la misma resistencia y contacto.
Una rueda de galleta no está hecha como las ruedas normales. Son menos duraderos y no pueden soportar el abuso de la conducción como lo haría un neumático normal. La goma de la que están hechos es de una calidad inferior y es mucho más delgada que en un neumático normal. Esto también significa que tendrás que tirarlos cuando se pinchen o se dañen, ya que no se pueden reparar. Por eso se los denomina también temporales… Sin embargo, si tienes la suerte de que no lo has necesitado en la vida útil de coche, no tendrás que cambiarlo.
Pero el caucho se deteriorará con el tiempo, e incluso cuando no se use, las ruedas de galleta tendrán que ser reemplazada eventualmente. Esto es cierto sin importar si tienes una rueda de tamaño normal o una reducida. Excepto que, con la primera, puedes plantearte un cambio de neumáticos en el resto de esquinas. Si quieres pisar sobre seguro, se recomienda reemplazar la rueda de galleta después de 10 años, porque, aunque se vea “como nuevo” (no lo está).
Al final, debes saber que, tanto las ruedas de repuesto normales como las de galleta tienen sus ventajas y desventajas, y el uso de una u otra depende del coche que tengas y de tus hábitos de conducción. Por lo general, los vehículos más grandes y pesados aún conservan una rueda de repuesto normal, mientras que los turismos ya se decantan por la de galleta (aunque ya es un rara avis). Por supuesto, es preferible una rueda estándar, pero en la mayoría de los casos, eso no sería práctico ya que reclama más espacio del maletero del coche (y es mejor que el kit antipinchazos).