Aunque la electricidad parece adueñarse de todas las parcelas de la industria de la automoción, los fabricantes acaban de demostrar en el Salón de Ginebra que aún ven recorrido en el motor de explosión hasta que ese futuro eléctrico sea realmente viable.
Parte de los directivos de la industria citados en la capital suiza admitieron en el Salón Internacional del Motor de Ginebraque la forma más práctica de cumplir los requisitos comunitarios de 130 gramos de CO2 por kilómetro recorrido en el año 2015 sería mejorar las prestaciones de los motores convencionales, reducir el tamaño de los automóviles u ofrecer más motorizaciones diésel, que pueden llegar a ser hasta un 30% más eficientes que sus competidores de gasolina.
Además, por ahora, una entrada masiva de coches eléctricos es inviable, y la aceptación de los híbridos en Europa es inferior que en otras zonas del planeta. En el llamado viejo continente se ha favorecido desde los Estados la compra de coches diésel antes que la de motores alternativos, como sí ha sucedido en Japón o EE UU. «Los coches híbridos no tienen el mismo reconocimiento en Europa que en EE UU o Japón», reconoció a Bloomberg el consejero delegado de Honda en Europa, Shigeru Takagi. «Creo que la oportunidad para los híbridos en Europa es bastante pequeña«, aseguró, por su parte, durante el evento suizo el vicepresidente europeo de Hyundai, Allan Rushforth.
Toyota, pionero en la tecnología híbrida, logró reducir hasta 130,1 gramos sus emisiones de dióxido de carbono el pasado año, según Jato Dynamics. Sólo le superó en la clasificación Fiat, líder por tercer año consecutivo en emisiones, con 127,8 gramos.Completan la lista Peugeot con 133,6 gramos por kilómetro, Renault con 137,5 gramos, Citroën con 147,9 gramos, Ford con 140 gramos, Opel con 148,9 gramos, Volkswagen con 150,4 gramos, Audi con 160,9 gramos y Mercedes con 176,4 gramos. La reducción de las emisiones lograda por la compañía japonesa, sin embargo, se logró sobre todo gracias a la penetración del Yaris, del que se vendieron 210.000 unidades, ante la del Prius, con 44.000 unidades.
Sin embargo, la electricidad y los sistemas híbridos sí representarán un papel capital en un futuro, sobre todo cuando haya que acometer mayores reducciones (hasta 95 gramos de CO2 en 2020, por ejemplo). «Esta meta sólo se podrá alcanzar con una mezcla de vehículos», aseguró el presidente de BMW, Norbert Reithofer. «Necesitaremos coches eléctricos, muy buenos diésel e híbridos». El presidente de PSA Peugeot Citroën, Philippe Varin, fue más específico en declaraciones a Bloomberg. «Si miras al mercado en 2020 comparado con cómo es hoy, prevemos que la suma de los vehículos eléctricos y los híbridos supondrán el 15% del mercado».
A la corriente híbrida o eléctrica se han sumado incluso fabricantes de lujo como Audi, Porsche, Ferrari o BMW, que aprovecharon la feria en Ginebra para mostrar sus iniciativas híbridas. La compañía italiana mostró el S400, un prototipo que podría reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 35%. Porsche, por su parte, presentó el Cayenne S Hybrid. El X6 híbrido de BMW es, según la compañía, más veloz que las versiones de gasolina, aunque cuesta un 32% más.