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M. Pardo

Así son las ruedas del coche más rápido del mundo

Si el equipo de Bloodhound Supersonic Car (SSC) lo hace bien, su coche romperá el récord de velocidad en tierra viajando a 1.000 mph (1.609 km/h). Ya hemos concocido su interior y su sistema de propulsión, pero… ¿cuál es el principal problema a esa velocidad? Las ruedas. La velocidad del giro es tal que con unos neumáticos normales el roce con cualquier piedra podría ser catastrófico. Por este motivo, uno de los principales retos de los diseñadores ha sido precisamente el tema de las ruedas.

Las ruedas de este coche tienen que soportar 7,5 toneladas, así que no extraña que cada disco de la rueda de 90 cm pese 91 kg. A la máxima velocidad, las ruedas giran a 10.200 rpm aproximadamente por lo que a toda velocidad las ruedas generan 50.000 radial en la llanta. Para que te hagas una idea, un kg de azúcar en el borde pesaría 50 toneladas, como un camión. Y esto es aproximadamente, ya que podría superar estos datos.

Para poder soportar tanta presión, los discos de ruedas del Bloodhound Supersonic Car están hechas de una aleación de aluminio especial creado para aplicaciones aeroespaciales, que incluye trazas de zinc, cobre y manganeso. Todo esto se forja en un horno donde es sometido a 3.6000 toneladas de prensado en caliente y 20.000 toneladas de prensado en frío.

Todo este proceso de presión lo que hace es aplastar la estructura cristalina del aluminio para eliminar cualquier hueco y forzar un tejido compacto que tiene un patrón radial como los radios de una rueda. No obstante, a pesar del estudio detallado y el proceso en base a prueba y error constante que siguen los ingenieros, éstos saben que un mínimo detalle pasado por alto puede conllevar efectos catastróficos dada la alta velocidad a la que esperan poner el coche en marcha.

Sin ir más lejos, si la rueda delantera dispara una piedra a la rueda trasera o al cuerpo del coche a una velocidad de 1600 km/h, el peligro para Andy Green, el conductor del coche, podría ser de muerte. Por este motivo, la cabina del piloto se ha diseñado en un compuesto de carbono para protegelo de un choque que en un cabina normal sería a todas luces mortal.

Es por ese motivo que los paneles de la cabina están hechos de millones de fibras de vidrio, que actúan como amortiguadores de impacto. No funcionan impidiendo el choque, sino que actúan disipando la energía y minimizando, por tanto, los daño que pueda sufrir el vehículo. La cabina ha sido sometida a la fuerza del impacto de una pelota de cricket, viajando a 3.218 km/h.

Si todo va según lo previsto, el Bloodhound hará su intento de récord correr el año que viene en Sudáfrica utilizando el potencial de su motor que está compuesto por un tercio de un cohete híbrido, un tercio de un motor de de un Fórmula 1 y un tercio de un motor de reacción de un caza Typhoon.

El siguiente video muestra los paneles balísticos compuestos están probando.

Fuente: Bloodhound SSC
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