De todos los Aston Martin DB (de David Brown), sin duda el más especial y reconocible de todos los tiempos es el Aston Martin DB5. Este deportivo de 1965 fue señaado como el coche más famoso del mundo ya que lo condujo Sean Connery en los clásicos Goldfinger y Operación Trueno… y de nuevo por Pierce Brosnan en GoldenEye. Ahora vuelve a estar en el candelero ya que se subasta el próximo 13 de julio en el Goodwood Festival of Speed. Su precio, inalcanzable, pues esperan que alcance entre 1,2 y 1,6 millones de libras (de 1,4 a 1,8 millones de euros).
El icónico biplaza de techo duro se asoció de manera instantánea con el célebre espía del MI6 creado por Ian Fleming desde el estreno de Goldfinger de 1964. De todos los coches de James Bond hasta la fecha, este Gran Turismo de lujo ha aparecido en siete películas de la saga. Y como es habitual en producciones de gran presupuesto, hay unos cuántos Aston Martin de 007 repartidos por el mundo.
El DB5 original era en realidad un prototipo de la firma de Woking y se usaron otros coches para las acrobacias y los efectos especiales. Luego se crearon otros vehículos promocionales, con diferentes artilugios que no eran los que Q mostraba en la película y que se exhibieron en la Feria Mundial de Nueva York de 1964. Y el DB5 que aparece en GoldenEye es también otro automóvil diferente (con registro BMT 214A). Se construyó en 1965 y, además del impulsado por Brosnan, se utilizaron otros dos para las escenas de riesgo.
En GoldenEye, el DB5 fue el protagonista de la escena inicial (justo después de los créditos). Con Bond al volante, se enfrenta a la villana Xenia Onatopp que conduce su Ferrari F355 GTS rojo a gran velocidad por las serpenteantes carreteras de las colinas de Mónaco. ¿No lo recuerdas? Dentro vídeo:
El nuevo DB5 no tiene ametralladoras, matrículas giratorias, arietes extensibles ni asientos de expulsión del original, pero sí tenía un enfriador de champán y un fax camuflado bajo la apariencia de un sistema de sonido CD Alpine 7817R.
El vehículo en venta es el chasis DB5 / 1885 / R. Finalizada la filmación, se utilizó para promocionar la película, y más tarde la propia Aston Martin lo utilizó en los actos de presentación del DB7, en Detroit y Los Angeles, conducido por Sir Stirling Moss. También ha sido expuesto en el Museo Nacional del Motor inglé o en la exposición Bond in Motion que tuvo lugar en Covent Garden.
Desde el 14 de febrero de 2001, el coche es propiedad del empresario Max Reid, que se hizo con él en una subasta organizada por la casa Christie’s en Londres, que había reunido más de 250 lotes de objetos relacionados con las películas de James Bond. «Es un gran regalo para mi esposa y también será una gran publicidad para mi empresa. Es la primera subasta en la que he participado, pero soy un gran admirador de James Bond», aseguraba entonces Max Reid.
¿Quién será el afortunado que se haga con él ahora?
Fuente: Bonhams