El Aston Martin Valhalla es, sin duda, el modelo más esperado de la firma de Gaydon en los últimos tiempos. Aunque hayan estado renovando su gama con lanzamientos tan notables como el DB12, lo cierto es que el superdeportivo de motor central es otra cosa. Es el primero de producción que tienen después de esa primera aproximación con el exclusivo Valkyrie y sus 999 unidades se comenzarán a producir el próximo año 2024. Y, para regocijo de sus aficionados, tendrán mucho que ver con la Fórmula 1…
La marca británica lleva ya varios años en la competición reina a través del equipo Aston Martin Aramco Cognizant Formula One y toda esa experiencia también se va a reflejar en sus coches de calle. El Valhalla es el recipiente perfecto para recibir metodologías, experiencia y tecnologías provenientes de la Fórmula 1. De hecho, eso va a hacer que deje atrás a sus rivales en términos de velocidad, fiabilidad y rendimiento. El encargado de transmitir eso es el equipo Aston Martin Performance Technologies (AMPT), que asiste a la marca en temas más técnicos.
En primer lugar se preocupan de la dinámica de conducción. Buscan convertir el Aston Martin Valhalla en un vehículo que proporcione una experiencia sin precedentes al conductor. Así que han estado trabajando a fondo con el simulador, con una puesta a punto de hasta el 90 % en ese mundo digital. También importan mucho las condiciones reales y ahí tienen el circuito y las habilidades de los pilotos de AMF1 (un tal Fernando Alonso y Lance Stroll).
Por no hablar de la ergonomía del habitáculo con una posición de conducción muy deportiva y cómoda, a la vez. Se consigue con los asientos tipo bucket de fibra de carbono capaces de reclinarse para lograr una posición más parecida a la de un monoplaza. Aunque el equipo de competición probablemente dónde más tiene que ver es en la aerodinámica del Valhalla. Casi todos sus elementos han sido pensados para generar carga aerodinámica y minimizar la resistencia.
Tanto es así que se consiguen más de 600 kg de carga aerodinámica a una velocidad de 240 km/h gracias a algunos elementos activos. Destacan algunos como los alerones delanteros y traseros formados por múltiples elementos, las pequeñas rejillas ranuradas en los umbrales laterales o la toma de aire en el techo. Todo perfectamente ajustado gracias al conocimiento de la dinámica de fluidos computacional (CFD) y las pruebas en túnel de viento de la Fórmula 1.
También es un reto crear 999 monocascos de fibra de carbono para la producción del Valhalla. Ese material ha sido empleado de forma extensiva en el superdeportivo junto a otros materiales ligeros de alta resistencia. En su estructura se emplea un tecnología novedosa que combina con el moldeo por transferencia de resina (RTM). El corazón de este modelo es un V8 biturbo de 4.0 litros que se combina con tres motores eléctricos (dos en el eje delantero y uno en el trasero) para conseguir la tracción total, además de una potencia de 1.012 CV.
Primeros kilómetros
Con todo este despliegue de tecnologías y datos, el Valhalla ya se encuentra en fase de pruebas reales. El motor V8 biturbo flat-plane será el encargado de liderar la transición de Aston Martin a la electrificación y por fin, empieza a acumular kilómetros en su haber en los circuitos de prueba de la marca.
Desde que Aston Martin anunció en nombre de su próximo superdeportivo híbrido han pasado casi 5 años y el resto de competidores le han comido terreno en estos quehaceres, pero parece que en la casa de Bond han tenido tiempo para madurar la idea y el concepto del coche para darnos unas imágenes a modo de sneak peak de lo que será la versión final.
Lo más importante de la última actualización sobre el Aston Martin Valhalla es que entrará en producción en 2024 y contará con todo el expertise del equipo de Fórmula 1 en un coche donde primara el rendimiento, por lo que podemos intuir que utilizará unas baterías pequeñas que persigan esta perfección en detrimento de eficiencia y rendimiento.
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