Sus inicios se remontan a noviembre de 1912, cuando Giovanni Bertone, con 28 años de edad, abrió en la ciudad italiana de Turín un taller de construcción y reparación de carruajes tirados por caballos.
Por aquel entonces (principios del siglo XX) todavía era un negocio rentable, pues la gran mayoría de vehículos que circulaban por calles y caminos eran de este tipo. El taller de Giovanni pronto se ganó una gran reputación por la calidad de los trabajos realizados. Fue en esa época cuando, en el año 1914, nacería su segundo hijo, Giuseppe, que desde bien pequeño recibiría el apodo de “Nuccio”, con el que sería conocido años más tarde, cuando se convirtiera en uno de los grandes maestros del diseño italiano en el mundo.
Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial acabó con esta época de bonanza y tuvo como consecuencia el cierre de numerosas industrias, entre ellas el floreciente taller de la familia Bertone. Como la mala racha no iba a durar permanentemente, tras la finalización del conflicto mundial, resurgieron de nuevo, comenzando a crecer y evolucionar, pasando de construir carrozas o coches de caballos a la ya más que incipiente industria del automóvil. Hacia 1920 se inauguraron las instalaciones de Via Monginevro, 119 en Turín, cuya plantilla ascendía a un total de 20 trabajadores.
La línea de tiempo del devenir de esta marca, tan importante en la industria automovilística mundial, puede ser dividida en varias etapas (que coinciden, casi matemáticamente, con cada una de las décadas transcurridas). Acompañaremos la descripción de las mismas con imágenes de los modelos más representativos que se produjeron en esos años:
Los años 20: Época floreciente en Turín
A principios de la década de los años 20 la empresa comenzó a establecer lazos de colaboración con la mayoría de fabricantes de automóviles de la zona de Turín, realizando carrocerías para Fast, Chiribiri, Aurea o SCAT y también chasis para Diatto. Pero si por algo destaca esta época es por su relación con Fiat y Lancia.
Vincenzo Lancia (fundador de la marca) se dio cuenta enseguida que Giovanni Bertone tenía un talento especial y le encargó carrozar diversas series limitadas de algunos modelos que, por sus características exclusivas, resultaban muy complicados de fabricar en las instalaciones de la marca. Este sería el principio de toda una larga tradición y posterior actividad. En esos años se produjeron los Fiat 505 limusina, el Itala 51S o el Lancia Lambda VIII Series.
Los años 30: Nuccio Bertone se incorpora a la empresa
Esta década comenzaría marcada por la “Gran Depresión de 1929”, que había acabado con numerosos fabricantes pero, gracias a la inteligente gestión llevada a cabo por Giovanni Bertone, la empresa pudo salir adelante, realizando en 1932 el elegante Lancia Artena. Pero lo más importante sucedió un año después cuando en 1933 el joven Nuccio, de 19 años, se incorporó al negocio familiar.
En el año 1934 se construyó el Fiat 527S Ardita 2500 que incorporaba detalles sorprendentes para la época, como los faros delanteros carenados, que se prolongaban por toda la línea lateral del capot. A finales de dicha década el “estilo de diseño” del Ardita se extrapoló a otros modelos de Fiat y Lancia, tales como los Fiat 1500 Aerodinamica, el Lancia Aprilia Cabriolet o el Fiat 1500 Torpedo, que llamaron poderosamente la atención tanto por su diseño innovador, nunca visto antes, como por su elegancia.
Los años 40: la guerra y la posterior reconstrucción
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la demanda de automóviles experimentó una caída repentina, y prácticamente todos los carroceros, incluyendo Bertone, pudieron subsistir construyendo vehículos militares para las fuerzas en litigio (por ejemplo una ambulancia realizada sobre la base del Lancia Artena). A pesar de todas las dificultades la producción siguió en la factoría de Corso Peschiera con modelos tales como una versión de lujo del Lancia Aprilia.
Después de la guerra el proceso de reconstrucción fue lento y laborioso, reanudándose paulatinamente la fabricación hasta alcanzar los niveles previos a la guerra, saliendo de las líneas de producción los Lancia Aprilia Cabriolet o el Fiat 1100 Stanguellini (una versión de carreras del modelo de serie de Fiat). Visto su éxito, en los últimos años de la década Nuccio Bertone desarrollo otros modelos de competición como el Fiat 500 con carrocería tipo barchetta o un coupé construido sobre el chasis del Fiat 1100, de gran éxito también.
Los años 50: de carrocero a fabricante
El principio de la década de los 50 supuso su despegue definitivo, con numerosos encargos de diferentes marcas como MG y Bristol. En 1953 Nuccio desarrollo el prototipo del Alfa Romeo Giulietta Sprint (presentado en el Salón de Turín de 1954), que fue un rotundo éxito, tanto es así que llegaron a producirse más de 40.000 unidades desde 1954 hasta 1965.
Su relación con Alfa Romeo fue muy productiva, desarrollando varios concept-car con múltiples innovaciones aerodinámicas y de diseño (el BAT 5 de 1953, el BAT 7 de 1954 y el BAT 9 de 1955). Sus desarrollos en estos campos culminaron en 1956 con el Abarth 750 Record, que batió hasta 10 records mundiales de velocidad (incluido el de los 4.000 km a una velocidad promedio de 156.360 km/h).
La planta de Corso Peschiera se había quedado demasiado pequeña para el volumen de producción exigido y se diseñó y construyó una nueva fábrica en Grugliasco, a las afueras de Turín, donde ya trabajaban 550 operarios. De esos años destacan coupés deportivos tan maravillosos como los Giulietta Sprint Speciale, el Aston Martin DB2/4 o el Maserati 3500 GT.
Muy pronto la segunda parte de esta interesante historia.
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