Cuando el Bugatti Chiron fue lanzado en 2016 ya todo el mundo supo que solamente se harían 500 ejemplares de tal destacado automóvil. El hiperdeportivo estaba llamado a ser uno de los modelos más exclusivos del sector, al igual que ya lo había sido anteriormente su predecesor, el Bugatti Veyron. Esta misma semana ha salido de fábrica el Bugatti Chiron número 100, una unidad muy especial que recibe un tratamiento específico.
Lo cierto es que puede parecer que modelos como éste viven en un mundo paralelo. El pasado año os contábamos como ya se había vendido la mitad de la producción del Chiron y a estas alturas podrían quedar pocas unidades por asignar. Pero sus adinerados compradores todavía tendrán que esperar para tenerlos en sus garajes, ya que el ritmo de fabricación del Bugatti es de unas 70 unidades al año. Una cadencia ‘tranquila’ la que se sigue en «L’Atelier».
Con ese nombre es conocida la fábrica (aunque no lo parezca) de Bugatti, que está en la misma sede de Molsheim (Alsacia). Un pequeño centro que ensambla a mano cada uno de los Chiron, empleando en cada coche alrededor de seis meses. Son 20 las personas que se encargan de este trabajo artesanal, nada de robots ni medios que permitan hacer miles de coches al día. La exclusividad llevada también a la línea de montaje.
Y volviendo al Bugatti Chiron que cumple el hito de las 100 unidades, irá a parar a un cliente de Oriente Medio, que ha llevado a cabo una personalización bastante singular. La carrocería de carbono visto recibe un tratamiento en color azul oscuro con acabado mate, una línea roja en los laterales y llantas en color negro. En el interior de cuero el rojo es el color predominante. Este afortunado cliente ha tenido que desembolsar 2,85 millones de euros (impuestos no incluidos) por el hiperdeportivo de 1.500 CV.
Fuente: Bugatti