Hablemos del Bugatti Type 57C Atalante Coupé “Toit Ouvrant” de 1938. Este clásico francés azul y negro es atractivo a la vista, no creo que haya objeción alguna en ello, y encima es realmente extraño, ya que se trata de un automóvil fabricado en muy pocas unidades. Por eso es de tanto interés tanto para los coleccionistas de arte como para los de coches. Es una magnifica escultura mecánica que muestra a el pináculo del diseño automotriz, cuando no había apenas normativas que condicionaran las formas.
Anteriormente presentado en la famosa Colección de Arte de Schlumberger en París, el hombre que financió la restauración del Palacio de Versalles consideró que era adecuado exhibirlo en un museo. La importancia de este Bugatti es sólo superada por cómo ha capturado la imaginación del mundo del automóvil. Recibiendo puntajes perfectos en el concurso de elegancia de Amelia Island de 2015 y luego premiado un año después como el “mejor en su clase” en Pebble Beach, este Bugatti es la envidia de todos los expertos en coches históricos en el mundo.
Bajo esa esbelta carrocería se esconde un motor de ocho cilindros en línea y 3.257 cm3, con dos árboles de levas en cabeza (DOHC), carburadores Stromberg y un compresor volumétrico Roots. El conjunto era capaz de desarrollar 162 CV a 4.500 rpm, que eran entregados al eje posterior a través de una caja de cambios manual de cuatro velocidades. La suspensión quedaba dispuesta por unos amortiguadores de disco de fricción (de Ram) y, siendo lo suficientemente valiente, se podían superar los 190 km/hde velocidad máxima; no olvidemos, en los años 30.
En un tiempo donde la mayoría de los coches apenas luchaban para alcanzar los 80 km/h, este modelo era el equivalente al Chiron actual, un auténtico superdeportivo de lujo. Atrapaba todas las miradas allá por dónde fuese. Destilaba elegancia y deportividad a partes iguales, pretendía representar el summum de lo que la industria automotriz era capaz de hacer en ese momento. Y, a veces, no puedo evitar sentirme decepcionado al compararlo con las líneas de los vehículos contemporáneos, en su mayoría sobrediseñados con trazos y pliegues por doquier.
Como decíamos más arriba, su diseño es realmente impresionante. Me atrevería a decir que es uno de los mejores que hubo durante la corriente Art Déco. El vestido de este Bugatti Type 57C Atalante Coupé “Toit Ouvrant” es de importancia para todo amante del movimiento artístico. El Type 57 como tal, fue firmado por Jean Bugatti, hijo de Ettore (el fundador de la marca), y salió a la carretera por primera vez en 1934. Solo se fabricaron 710 ejemplares. Pocos fueron Atalante Coupé, y menos aún presentaban el “Toit Ouvrant” (o techo retráctil) que se ve aquí.
Tan raro como bien documentado y adorado a lo largo de todo el globo, este Atalante Type 57C Coupé descapotable fue restaurado después de ser importado a Texas, EE. UU., en 2012 por su propietario más reciente. Traído cuidadosamente a su gloria inicial por Bob Smith Coachworks, uno de los mejores en el país, esta unidad se encuentra entre los coches más venerados histórica y estéticamente sobre la faz de la Tierra. Publicado por Worldwide Auctioneers, el susodicho se subastará al mejor postor el próximo 4 de septiembre de 2021 en Auburn, Indiana.
Fuente: Worldwide Auctioneers
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