La cuna de la industria del automóvil quiere renacer. En 2013 Detroit se declaró en bancarrota tras décadas en el podio como motor de la industria automovilística y en la actualidad no se resigna a quedarse mirando: quiere volver a hacer historia.
Por ello General Motors (GM) está apostando por la conducción autónoma y se estima que ha invertido, según fuentes de la revista Fortune, 1.000 millones de dólares en adquirir la start up Cruise Automation, una empresa que desarrolla tecnología para que la conducción autónoma sea una realidad.
Situada en la región noreste de Estados Unidos, Detroit es la ciudad más grande del estado de Michigan y sede de los Big Three: General Motors, Ford y Chrysler. También vio nacer el sello discográfico Motown, dedicado a la música negra. Vivió su época dorada en los 50, cuando la población superaba los dos millones de habitantes y la industria del automóvil brillaba.
Ahora no llega a los 690.000 habitantes, y programas como American Jewerly and Loan (más conocida como Empeños a lo bestia) nos muestra la decadencia que vive su desarraigada población. Tiene el dudoso honor de ostentar un puesto dentro del ranking de las ciudades más peligrosas de Estados Unidos, lo que sumado al estado de sus edificios (denominada, con razón, la ciudad fantasma) pide a gritos una revolución tecnológica. Según la CNN, «los problemas presupuestarios han llevado a recortes salariales para los oficiales de la policía y a la reducción de la financiación del departamento, el cual ha perdido casi el 20% de su personal desde 2006. En promedio, el tiempo de respuesta a las llamadas de emergencia es de más o menos una hora«.
La deslocalización de sus fábricas provocó que comenzara a perder tejido empresarial; los fabricantes locales perdieron cuota de mercado y beneficios con el consecuente despido de miles de trabajadores.
El distrito comercial quedó vacío. Michael Moore, nacido en Michigan, retrató este proceso en Roger & Me (1989) como sólo él sabe: a través de altas dosis de humor negro, ironía y una actitud reivindicativa hasta médula. Persiguió al por entonces Presidente de General Motors, Roger Smith, para que le explicara el por qué de esta relocalización de fábricas en México habiendo dejado un superávit millonario. Puso así en duda el modelo de vida estadounidense resumido en el sueño americano.
GM hace frente a los gigantes (al fin)
Ahora GM ha decidido apostar por el futuro y los coches sin conductores. La firma de sotfware adquirida, Cruise Automation, es conocida por crear kits que permiten a ciertos modelos, incluso camiones, convertirse en vehículos autónomos. Sin embargo GM parece estar más interesada en integrar esta tecnología en su proceso original de manufacturación. Según Fortune, aún se desconoce el número de personas que contratarán o cuándo se cerrará la transacción.
Por otra parte, el Senado del Estado de Michigan ha presentado recientemente cuatro proyectos de ley que, en el caso de ser aprobados, convertirán el estado en líder de las pruebas de vehículos autónomos.
De esta forma, los vehículos de conducción autónoma podrán circular por las carreteras de Michigan sin que haya nadie al volante, y permitirá que compañías como Uber o Lyft (GM invirtió en este servicio de taxis 462 millones), los utilicen para transportar pasajeros, según Europa Press.
Parece que Detroit tendrá la oportunidad de competir con los gigantes de Silicon Valley, entre los que se encuentran Tesla, Google o Apple. Esperemos que Moore no tenga que volver a preguntarle al presidente de GM por qué no ha salido bien su aventura.
Fuentes: CNN, Fortune, Europa Press, Cruise Automation
Foto destacada: Flickr, cc Paul Bica,
Fotos interior: Wikipedia, Flickr, cc Mike Boening