Como se suele decir, Roma no se hizo en un día. Sin embargo, a veces hace falta menos que eso para dar con una idea, un esbozo de lo que se podrá convertir en algo grandioso, como un coche. Más concretamente, un BMW. Para crear un auténtico proyecto que se pueda hacer realidad hacen falta meses e incluso años, pero para dar con algo singular que sentará las bases de algo grande pueden ser suficiente unos momentos. Ese es el caso del BMW X5 diseñado en dos horas.
El X5 es uno de los modelos más reconocidos y reconocibles de la marca alemana. A pesar de haber sufrido grandes cambios a lo largo de su historia, todavía es posible descubrir en él destellos de su primer y fugaz diseño, como los riñones tan característicos. Ahora, gracias a su diseñador Frank Stephenson podemos conocer toda la historia.
La compra de Rover por BMW
Era 1994 y BMW se hacía con el fabricante inglés Rover. ¿Qué interés tenían los alemanes en la empresa británica que acumulaba millones en deudas? La respuesta para muchos es clara, su objetivo era una de las marcas del grupo que se situaba a la vanguardia del mercado de los todocaminos:Land Rover.
Estas elucubraciones parecen confirmarse observando el devenir de los hechos. BMW absorbió toda la tecnología que había estado desarrollando Land Rover para integrarla en sus propios diseños. De este modo, sobre la plataforma inglesa mandó desarrollar el que se iba a convertir en su SUV de referencia: el BMW X5.
El coche llegó al mercado en 1999, el mismo año que, casualmente, los alemanes se deshicieron de Rover y Land Rover. Ya habían sacado de ellos todo lo que necesitaban. Viendo el recorrido que ha tenido el X5 a lo largo de todos estos años se puede decir que la estrategia fue totalmente exitosa.
El BMW X5 fue diseñado en dos horas
Pero para que a finales del siglo XX pudiera salir al mercado el X5, este tuvo que sufrir un vertiginoso proceso de diseño. Tras la compra de Rover, el jefe de desarrollo de BMW Wolfgang Reitzle pidió que le mostraran cómo sería un BMW sobre la plataforma de Land Rover.
Esta era una petición totalmente lógica, lo menos habitual y razonable era el plazo de tiempo que daba para presentárselo: seis semanas para ver un diseño de coche completo. Esto era algo descabellado ya que se necesitan meses para realizar una simple maqueta a escala. Sin embargo, Chris Bangle, jefe de diseño de la marca alemana, aceptó el reto y se puso manos a la obra.
Para hacerlo realidad le entregó el proyecto al diseñador Frank Stephenson. Este iba a disponer de un equipo en Italia, donde en esa época muchas grandes marcas subcontrataban estudios italianos. Las dos horas que duraba el vuelo que unía Alemania con Italia era el tiempo del que disponía Stephenson para realizar un primer diseño que enseñaría a sus nuevos empleados.
Aunque pudiera ser algo simple, ese primer boceto ya incluía la mayoría de los rasgos distintivos del X5. Además, ya contaba con los aspectos propios que todo BMW debe mantener. Stephenson buscaba más la elegancia que el aspecto de todoterreno. El hofmeister kink del pilar D tan característico de la marca alemana estaba presente, así como los riñones. También, ese primer dibujo ya incluía el estilo de las ópticas y los laterales.
Pero, aunque ese primer esbozo ya tenía muchas de las ideas fundamentales del modelo, para sacarle el mejor partido Stephenson contó con un equipo de ensueño. A pesar de que al llegar se llevó una desagradable sorpresa al descubrir que sus colaboradores estaban todos en edad de jubilación, al conocerlos un poco más cambió rápidamente de idea. Resulta que sus tres nuevos veteranos compañeros habían estado involucrados en el desarrollo del primer Lamborghini Miura. Podía ser un estilo completamente distinto, pero suponía un sello de calidad garantizada.
De esta unión y de esta concatenación de sucesos poco habituales salió un SUV premium que cambió la historia de la marca alemana al servir de entrada en el mercado de los todocaminos. Puede resultar anecdótico que el primer boceto del BMW X5 fuera diseñado en dos horas, pero muestra la importancia de tener una buena idea. Después queda lo de siempre, trabajo, trabajo y más trabajo.
Fuente: Youtube Frank Stephenson, Jalopnik, Motorpasion.