Probablemente la clave para que los coches chinos estén triunfando en nuestro continente sea su reducida tarifa de acceso. Son más baratos que otras opciones más conocidas y muchos usuarios se sienten atraídos por su relación calidad/precio. Eso es posible debido a que en China manejan unos costes de producción inferiores. Sin embargo, un estudio dice que en los próximos años Europa también podrá fabricar eléctricos baratos como los chinos y seguir obteniendo beneficios como hasta ahora.
Es una estimación que viene de Transport & Environment (T&E), que dicen que los pequeños coche eléctricos fabricados por marcas europeas podrían llegar a partir de 2025 por precios que ronden los 25.000 euros. Ya es una tarifa más accesible y realista que las que se están trabajando ahora, de hecho, podría significar la auténtica democratización del vehículo eléctrico. Que no haya podido darse antes responde a los costes de producción y a los precios de las baterías, que tienen que ir descendiendo poco a poco.
Todo eso manteniendo un margen de beneficio del 4%, que es más o menos lo que se consigue actualmente de media. Aunque para que se de ese escenario habría que reducir el precio de las baterías hasta los 100 euros el kWh. El estudio contempla baterías LFP de 40 kWh para estos futuros coches baratos, que tendrían una autonomía de 250-300 kilómetros. Para quien necesite más capacidad el precio seguirá estando ligeramente por encima. Se señala el papel de Alemania como mayor productor a nivel europeo y la necesidad de adaptación para los tiempos que corren.
La competitividad en la producción de eléctricos también pasará por España, segundo país productor en Europa, que ya tiene planes interesantes de cara a futuro. Todo apunta a que los eléctricos de acceso de Grupo Volkswagen se producirán aquí, entre las plantas de Seat en Martorell y de Volkswagen en Pamplona, y con baterías suministradas por la nueva planta de Sagunto. Por esos precios de 25.000 euros, el interés de compra de eléctricos subiría hasta el 39 % de la población.
Si bien es cierto que sería necesario un cambio de pensamiento en la industria. En los últimos tiempos se ha reducido la oferta de coches pequeños, tendiendo a hacer cada vez más todocaminos y de mayor tamaño. Eso se debe a que el beneficio neto es mayor en esos vehículos, pues en 2022 paso de estar en 510 euros hasta los 8.940 euros por coche (de media). Esa tendencia es aún mayor en los eléctricos, siendo el segmento E-SUV el que más relevancia tiene.
La clave sería dar prioridad a coches eléctricos pequeños, más realistas y preparados para la conducción urbana y con un precio de partida más asequible para el usuario medio. También serían necesarias, a nivel nacional, normativas que beneficien este tipo de vehículos. Ya se ha hablado de hacer que los coches más pesados paguen más por aparcar y podrían llegar otras medidas.
Fuente: T&E