Las grandes firmas de automoción han mostrado a lo largo de los años un firme compromiso con la seguridad de los conductores. Para lograr una mayor eficacia y mejores resultados la integración de las nuevas tecnologías se está convirtiendo en un elemento indispensable para lograr tal fin.
Esta misma semana hemos podido conocer una iniciativa de Ford que aporta un nuevo camino en la búsqueda de soluciones efectivas para disminuir los riesgos al volante.
El fabricante de automóviles británico está llevando a cabo una serie de pruebas para desarrollar un dispositivo capaz de detectar el estado cardíaco del conductor y avisar mediante una pantalla cuando entre en una situación crítica que pueda afectar a la conducción.
El mecanismo funciona mediante seis sensores incorporados en el asiento que mide la frecuencia de los latidos, avisando de una subida o bajada preocupante de la tensión cardiaca.
El sistema ha sido desarrollado por la Ford European Research Innovations, el laboratorio de investigación más desarrollo de la firma localizado en Aaachen, Alemania, y científicos de la Universidad RWTH, también de Aaachen.
En la presentación en rueda de prensa ante una multitud de medios de comunicación, los responsables de Ford, aseguran que la información recogida por el sistema puede ser enviada a tiempo real a los servicios médicos de urgencia, por lo que, en caso de una situación crítica, se disminuiría significativamente el tiempo de reacción.
Bautizado formalmente como Advanced Driver Assistance Systems, formaría parte del futuro paquete comercial en la compra de nuevos vehículos Ford y según algunos rumores podría estar listo para salir al mercado a partir de año 2016, junto con otras novedades enmarcadas en el terreno de la salud, como el proyecto de monitorización de la glucosa y la diabetes o la gestión del asma, mucho más avanzados en el tiempo.
«Este sistema será capaz de detectar si alguien sufre algún problema cardiovascular, por ejemplo un ataque al corazón, y también se podría usar para detectar los síntomas de otras dolencias como alta presión sanguínea o desequilibrios en los electrolitos», cuenta el doctor Achim Linder, oficial médico del Centro de Investigación de Ford. «Esto no sólo beneficia al conductor, sino que podría hacer que las carreteras sean más seguras para todos los usuarios».
En sus primeras pruebas, el asiento ha registrado lecturas precisas durante el 98% del tiempo de conducción al 95 por ciento de conductores. Los ingenieros de Ford siguen estudiando cómo se pueden fabricar sensores que capten señales a través de un mayor número de materiales, incluyendo aquellos que interrumpen las lecturas con su propia actividad eléctrica, como la lana o determinados tejidos sintéticos.
Vía: Tecnología Informática