Cuando hablamos de él durante el mes pasado sabíamos que se trataba de algo grande. Salía a subasta el Ford Mustang Bullitt original, esa unidad de GT Fastback de 1968 que fue protagonista en la película que lleva su nombre con Steve McQueen al volante. No había precio estimado para su venta, pero no hacía falta ser un genio para percibir que podía lograrse un récord. Y efectivamente, así ha sido, este ejemplar finalmente se vendió por 3,74 millones de dólares el pasado fin de semana.
Con esa destacada cifra se convierte en el Ford Mustang más caro de lahistoria. No es de extrañar teniendo en cuenta de que se trata de una unidad única e irrepetible. Para la película Bullitt se proporcionaron dos unidades de este Mustang tan especial con pintura de color Highland Green y el resto de modificaciones que se han replicado en la edición especial actual. Una de ellas fue desechada tras ser considerada como irreparable y la otra es la que fue subastada y que mantiene su estado original.
Precisamente esa es la principal peculiaridad de este espectacular Mustang, que está exactamente igual que cuando rodó la película. Recibió una serie de modificaciones, como los refuerzos en la suspensión para poder soportar esos 10 minutos de persecución por las calles de San Francisco. Lo que mantenía inalterado era ese motor V8 390 CI de la marca del óvalo, que le permitía superar los 300 CV de potencia y unas prestaciones bastante destacadas para la época.
El historial de este Ford Mustang Bullitt original es bastante curioso. Después del rodaje fue adquirido por Robert Ross, un empleado de Warner Bros, después pasó a manos de Frank Marranca, un detective de Nueva Jersey, mientras que en 1974 era anunciado en la revista Road & Track. Fue comprado por Robert Kiernan, quien fue su propietario hasta la subasta, a pesar de las tentativas del propio Steve McQueen, que quiso recuperar el vehículo en varias ocasiones. Cuando Kiernan enfermó dejó de prestar tanta atención a su Mustang y cuando falleció en 2014 fue su hijo quien quiso recuperarlo. Por suerte, el vehículo ha pasado a ocupar el lugar en la historia que se merecía.
Fuente: Mecum Auctions