Corría el año 1986 cuando la marca del óvalo lanzó al mundo de la competición un deportivo con motor turboalimentado en posición central y tracción total, un coche diseñado expresamente para competir en rallyes, hablamos del Ford RS 200.
Este automóvil se desarrollo en base a la reglamentación de rally de la época, donde se estipulaba la fabricación de 200 unidades en un periodo de un año. Nació con el único objetivo de desbancar a los modelos ya existentes en el mundo de los rallyes como eran el Peugeot 205 Turbo, Lancia Delta S4 y el Audi Sport Quattro.
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La carrocería le diferenciaba del resto de los competidores. Obra de Filippo Sapino de Carrozzeria Ghia, utilizaba materiales como el acero, la fibra de carbono y el kevlar. Dada la inexperiencia de Ford con estos materiales, la producción de la carrocería corrió a cuenta de la firma Reliant. Fueron ellos los encargados de fabricar todas las carrocerías que la reglamentación de rallyes exigía, excepto los seis prototipos fabricados previamente, sobre los que se llevó a cabo el desarrollo del Ford RS 200.
El chasis de este vehículo fue diseñado para dar una fácil acceso a la mecánica, y así, disminuir el tiempo de reparaciones en caso de avería. El motor del Ford RS 200 era un cuatro cilindros 1.8 cc 16 válvulas que rendía de 250 a 300 CV de potencia en la versión de calle. La versión de rally aumentaba esa potencia hasta los 450 CV. Gracias a la ubicación delantera de la caja de cambios se conseguía un reparto excelente del peso, esto unido a los dobles amortiguadores en cada rueda, dió como resultado uno de los coches más equilibrados.
La participación del Ford RS 200 en el Grupo B de Rallyes no fue muy exitosa, ya que su mejor resultado fue un tercer puesto. Debido a la falta de seguridad, en 1987 se canceló la presencia de los coches del grupo B en los rallyes, por lo que los modelos de este grupo pasan a formar parte de la disciplina RallyCross, donde se combinan superficies mixtas de asfalto y tierra.
La unidad del Ford RS 200 que ilustran este artículo estará en la subasta Driven by Disruption del próximo 10 de diciembre en Nueva York. Este chasis nº 169 promete marcar récords históricos, pues tiene muy pocas modificaciones y cuenta con solo 1.960 kilómetros en el odómetro. A priori se estima que sea vendido por un valor entre 450.000 y 550.000 dólares. En esta subasta se darán cita los modelos más exclusivos de la historia, como el Ferrari 290 MM que puede erigirse como el coche más caro del mundo.
Fuente: RM Sotheby´s
Galería de fotos: Patrick Ernzen, cortesía de RM Sotheby´s