La aerodinámica siempre ha sido un valor clave en el mundo del automóvil. Ya allá por los años 30 se experimentaba con proyectos tan interesantes como el del Schlörwagen y su coeficiente de apenas 0,15 Cx. Actualmente, los coches de producción tienen que seguir ciertas reglas para poder circular por las carreteras, pero se sigue dando mucho valor a este aspecto. Prueba de ello es el nuevo Hyundai Ioniq 6, que llega con novedades en todos los frentes y también el coeficiente aerodinámico más bajo dentro de la marca.
El sedán eléctrico que llegará al mercado a principios del año que viene destacaba a nivel estético y por la fluidez de sus líneas. Gracias a ello se consigue un coeficiente aerodinámico de 0,21 Cx, algo que también es clave a nivel de eficiencia. Según las últimas estimaciones, la autonomía del Ioniq 6 llega hasta los 614 kilómetros, una cifra muy destacada en la actualidad. Para conseguir esos puntos fuertes, la marca coreana ha trabajado mucho con su modelo en el túnel de viento y se ha inspirado en modelos del pasado.
Para realizar el diseño del Ioniq 6 se han tomado como referencia algunos ejemplares como el Stout Scarab, el Phantom Corsair o el Saab Ursaab. Esos modelos, considerados como auténticos Streamliner, por su eficiencia sobre ruedas. También hablan del Supermarine Spitfire, el famoso avión de combate británico de la Segunda Guerra Mundial. En el vehículo Hyundai se refleja en el costado del alerón trasero, con esa aleta que absorbe el flujo de aire del techo para reducir la resistencia.
Aunque hay mucho más tras el diseño del Ioniq 6, pues lotuvieron en el túnel de viento enfrentándose a corrientes de aire de hasta 200 km/h para mejorar un 10 % el trabajo previo que se había realizado. El alerón que lleva fue seleccionado como el mejor entre 70 opciones que barajaban y cuenta con otras novedades técnicas interesantes. La aleta de aire activa del paragolpes delantero también reduce la resistencia al poder abrir o cerrarse en función de las necesidades. Por no hablar de la cortina de aire de las ruedas, que se conecta con la aleta y dirige el flujo de aire hacia el exterior del neumático.
Otra cualidad del Ioniq 6 es que tiene un voladizo delantero bastante corto para optimizar el espacio interior. Eso también supuso un desafío a nivel aerodinámico y para el que se aplicó una tecnología de control de flujo pasivo, extendiendo los extremos del parachoques frontal. Algo similar se hizo con los pilotos traseros, dejando un espacio de separación que ayuda a guiar el flujo de aire de manera más suave. En definitiva, un trabajo bien hecho por parte de Hyundai para tener un coche de producción con un bajísimo coeficiente aerodinámico de apenas 0,21 Cx.
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