No han sido pocas las veces que hemos hablado del Ferrari 250 GTO, la octava maravilla de la automoción, probablemente uno de los mejores coches del mundo y, sin duda, el más valioso de todos. Con una limitadísima producción de 36 unidades, hemos podido ver en como se vendió en subasta por 48.405.000 dólares y se habla de algunas ventas privadas que llegan hasta los 70 millones. Y una de estas transacciones se ha saldado en una disputa legal por la caja de cambios.
Para ponernos en situación tenemos que viajar atrás en el tiempo hasta el año 2017. En ese momento fue cuando Gregor Fisken, piloto y coleccionista británico, compró el Ferrari 250 GTO con número de chasis #3387GT. Se habla de que pagó 44 millones de dólares a su anterior propietario, el abogado estadounidense Bernard Carl. Al parecer, Fisken se lo vendió a otro comprador anónimo casi inmediatamente. El problema fue que en el momento de la adquisición el coche no tenía su caja de cambios original, que tenía que ser entregada por el vendedor cuando la recuperase.
Pero resulta que dicha caja de cambios aparece en un concesionario de Estados Unidos, que pide unos 25.000 dólares por su liberación. Fisken considera que Carl debe asumir el coste, ya que la compra estaba condicionada a ello. El británico alega incumplimiento de contrato por no aportar la caja de cambios. Carl cree que Fisken debería darle 500.000 dólares más por la localización y compra de dicha transmisión. El americano afirma que al no querer ir a recogerla a California, viola el contrato y ya no tiene derecho a ello.
Tras llegar a tal punto de tensión, dicho desencuentro se va a tener que arreglar por la vía legal, llegando directamente al Tribunal Superior de Londres. La última palabra está en manos del juez y tendremos que esperar para ver como se resuelve este asunto tan llamativo. No es de extrañar el entuerto en torno al Ferrari 250 GTO #3387GT, pues se trata de la segunda unidad de este modelo que salió de la línea de montaje en 1962. También consiguió la gama mundial por ganar las 12 Horas de Sebring pilotado por Phil Hill y Olivier Gendebien.
Fuente: The Telegraph