Hace tiempo conocimos un nuevo producto para rellenar baches. Pero aunque era realmente revolucionario, más vale prevenir que curar, sobre todo cuando se trata de mantenimiento de carreteras… ya que la prevención ahorrará varias toneladas de asfalto. Una pequeña grieta en el asfalto puede no parecer mucho, pero una vez que la lluvia y las heladas hacen mella en ella, se convierte en un bache y arreglarlo sale caro.
El método tradicional de desgarrar el asfalto viejo, reparar las capas de balasto que conforman la base de la carretera y fijar sobre ellas una nueva superficie es caro (en España ahora mismo necesitamos 5.500 millones de inversión en mantenimiento), consume tiempo, mano de obra y, además, supone un trastorno para los automovilistas y su seguridad.
Por todo esto, parece necesario encontrar una forma de hacer frente a las grietas en las carreteras y que el flujo de tráfico se mantenga sin problemas, los costes sean más reducidos (los métodos actuales requieren equipo de trabajo relativamente grande y el trabajo es aburrido, repetitivo y expone a los trabajadores a las emanaciones peligrosas.
Por esta razón, un equipo de Tecnología de Georgia (Estados Unidos) encabezada por el ingeniero de investigación IRAM Jonathan Holmes están desarrollando un sistema automatizado que recuerda un poco a aquella máquina que arreglaba baches casi al momento. Permite identificar, localizar y reparar y grietas carreteras por su cuenta.
En la actualidad, el alcance del proyecto se limita a sellar grietas finas que requieren reparaciones simples, en lugar de baches mayores que indican daño calzada y la necesidad de un trabajo más extenso. Este enfoque logra que el desarrollo sea más manejable, ya que la reparación de grietas finas sólo requiere la aplicación de un compuesto de sellado líquido.
A diferencia de los métodos convencionales, este sistema lo controla un solo operario, que solamente debe guiar a la máquina por el camino. Además de suponer un importante ahorro de costes, este trabajador también está alejado de los vapores tóxicos que emite el sellador.
¿Cómo funciona? Por medio de un sistema de imagen estereoscópica, la máquina identifica y «mapea» automáticamente las grietas. El sistema utiliza dos conjuntos de LED (cada uno de un color diferente) alineados en paralelo y perpendicular a la superficie de la carretera. Basándose en la información del contraste producido por estos dos colores, un algoritmo genera en apenas 100 milisegundos un mapa de grietas desde 3 mm de ancho. Este mapa es utilizado por la máquina para guiar una matriz de doce boquillas que rocía sellante en las grietas. Todo el sistema puede funcionar a una velocidad de hasta 4,8 km/h.
En la actualidad, la máquina sólo funciona en una estrecha franja de la carretera, pero como está diseñada de forma modular no sería complicado fabricar una versión más grande que pudiese monitorizar y reparar un carril entero. Por esta razón, este dispositivo podría tener un gran potencial, sobre todo si se puede ampliar para arreglar baches más complejos. El mantenimiento de las carreteras podría moletsar en el futuro apenas como el paso de un barrendero. Puedes ver un vídeo sobre esta innovación… y si te gustan este tipo de ingenios, te recomendamos también que veas la otra máquina que coloca adoquines sola.
Vía: Georgia Tech