Todo el mundo se ha planteado alguna vez el hecho de utilizar las matrículas personalizables en su coche. Estas placas que tienen que ir obligatoriamente tanto en el frontal como en la zaga del vehículo siguen un sistema secuencial en nuestro país. En otras palabras, llevas el número y las letras que tocan en el momento de la matriculación del vehículo. Sin embargo, permitir al usuario personalizar su matrícula abre un abanico de posibilidades que podrían ser interesantes para todas las partes.
Los primeros interesados seríamos los conductores. Muchos concebimos el coche como una extensión de nuestra persona y de nuestro carácter, por lo que llevar una matrícula personalizada ayudaría a aportar una diferenciación mayor. Puede que al usuario que utiliza su vehículo como una mera herramienta para llegar del punto A al punto B no le interesase, pero es indudable de que un porcentaje alto de la población a la que podría atraer. Por no hablar del mercado de lujo, alguien que se gasta cientos de miles de euros en un coche de lujo totalmente personalizado, ¿cuánto estaría dispuesto a pagar por una matrícula realmente exclusiva?
Para conocer la respuesta vamos a saltar directamente a Reino Unido, donde el año pasado se puso a la venta la matrícula ‘F1’ por unos 16,5 millones de euros. Pertenece a Afzal Kahn, fundador y propietario del preparador de vehículos, Kahn Design. Aunque no la consiguió vender (sigue puesta en su Bugatti Veyron Super Sport), es un ejemplo de hasta donde podría llegar el mercado de las matrículas personalizables cuando alcanza estos niveles de exclusividad.
Y ahí es cuando empieza a interesar realmente al estado. En Reino Unido este sistema de matriculación se comenzó a usar en 1989 y es gestionado por la DVLA (Driver and Vehicle Licensing Agency). Ya el primer día consiguieron subastar la matrícula ‘A1’ por 160.000 libras de la época (174.000 euros al cambio actual). Aunque los primeros años la gente era más recelosa, en estos 30 años el sistema ha conseguido aportar a las arcas del estado alrededor de 2.000 millones de libras (unos 2.176 millones de euros). Si se llega a vender la placa ‘F1’ el año pasado a ese precio habría aportado unos 3 millones en impuestos…
Y todo gracias a un sistema de subastas y a algo de especulación con esas más exclusivas. Algo similar a lo que sucede en Emiratos Árabes Unidos, probablemente los que mejor montado lo tienen. Ya os hablamos de la matrícula personalizada con el número 1 que se vendió por 14 millones de dólares en Abu Dhabi. Pero lo cierto es que no es una excepción, en dicha localidad donde se aprecia la exclusividad por encima de todo es bastante habitual que las matrículas alcancen varios millones en subastas (los números 5, 7 o 9 rondan los 5 millones de dólares).
Allí la RTA (Roads and Transport Authority) se encarga de la gestión de las matrículas personalizables. El negocio llega hasta el punto de que han abierto unas avanzadas instalaciones que pueden imprimir 33.000 matrículas al día. Si en Reino Unido aportaban una importante cantidad de dinero para el gobierno, aquí se podría decir que la cantidad es ingente. Sin embargo, al ser un régimen federal suponemos que el dinero no se empleará de la forma ideal.
Al otro lado del charco, en Estados Unidos, también son realmente populares las matriculas personalizables. Allí la cosa va un paso más allá y no hay un modelo único a nivel nacional en la que se escogen solo los número o las letras. En este caso también varían los colores y logotipos en función del estado donde se viva, con varios fondos a escoger. Dentro de cada uno se permite la opción de personalizar, en este caso se llaman ‘Vanity plates’ y también alcanzar altos precios. Ahora incluso se baraja implantar matrículas digitales.
Si seguimos con otros países importantes en términos de matrículas personalizables tenemos que mencionar a Australia. Allí también se han dado varios ejemplos de subastas millonarias, unos 2 millones de dólares por la placa con el número 4, siendo también las de un solo dígito las más buscadas. Otros lugares como Hong Kong también han adoptado este sistema, conocido como PVRMS (Personalised Vehicle Registration Marks Scheme).
Llegados a este punto queda claro que las matrículas personalizables tienen más ventajas que desventajas. Para el usuario por ese extra de carisma que puede aportar en su coche (siempre que esté dispuesto a pagarlo). Para los gobiernos porque será una inyección importante a nivel económico (sobre todo si se monta bien). ¿Podría tener sentido en España? Sinceramente creemos que sí.
Fuente: New Atlas