Lo cierto es que cualquier apasionado del mundo del motor reconoce al Mazda RX-7. El deportivo japonés que salió a finales de la década de los 70 se ha convertido en un icono por los valores que representa. Desde el principio quería destacar por su conducción alegre, su diseño ligero y, por supuesto, su motor rotativo. Eso fue lo que tuvieron en común sus tres generaciones hasta que finalizó su producción en 2002.
Si bien es cierto que después llegó el Mazda RX-8, lo cierto es que la aceptación no fue la misma. El RX-7 fue el verdadero adalid del motor Wankel, de hecho, fue el modelo más vendido con este tipo de mecánica. A lo largo de su historia se comercializaron nada menos que 811.634 unidades del deportivo, una cifra nada despreciable. Ahora que ya pasamos del medio siglo del motor rotativo y que Mazda está celebrando su centenario, vamos a repasar las generaciones del preciado RX-7.
Mazda RX-7 SA22C/FB (1978-1985)
El motor rotativo en Mazda ya había debutado en el 110S Cosmo Sport años atrás. Sin embargo, sus ingenieros seguían mejorando esta mecánica. El primer Mazda RX-7 SA22/FB fue el receptor perfecto para el bloque 12A de doble rotor con 1.146 cc. Se trataba de un coupé que apenas pesaba una tonelada, con una distribución de pesos casi perfecta gracias a la colocación del motor en posición central-delantera y un diseño bien reconocible.
El motor rotativo entregaba 105 CV de potencia que pasaban a las ruedas traseras y eran suficientes para ofrecer sensaciones muy satisfactorias. Tenía esa conexión entre conductor y vehículo, la filosofía Jinba Ittai de la que tanto ha presumido siempre Mazda. Con el paso del tiempo se sumó una versión turbo con 160 CV en Japón y también hubo una variante con el motor 13B de 1.308 cc con inyección que se vendió en América del Norte.
Mazda RX-7 FC (1985-1992)
A mediados de la década de los 80 llegó el recambio para el modelo. El Mazda RX-7 FC se trataba de la segunda generación del modelo y venía con un diseño modificado e inspirado en Porsche. No sería lo único en cambiar, sino que también introducía sistemas como el DTSS, una suspensión más avanzada que mejoraba su comportamiento. También se sumó otra variante de carrocería con el RX-7 Convertible, el descapotable que solo aparecería en esta generación.
Este RX-7 se ofreció con el motor rotativo 13B turboalimentado en todos los mercados (en Europa inicialmente hubo un atmosférico de 150 CV), una configuración que le beneficiaba a medio régimen. A lo largo de los años fue ganando potencia gracias al turbo Twin-Scroll, llegando incluso a los 200 CV. En la versión tope de gama era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de 6 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h.
Mazda RX-7 FD (1992-2002)
Se dio paso a la década de los 90 y con ella llegaría la tercera generación del modelo. El Mazda RX-7 FD sería uno de esos representantes del JDM que se ganó popularidad gracias a su aparición en películas y videojuegos. Mantenía esa filosofía de deportivo ligero y por eso se quedaba en 1.300 kg de peso. También se mejoraba su comportamiento, siendo las más dinámica de las tres generaciones gracias también a la evolución de su mecánica.
El motor rotativo 13B-REW ofrecía la doble turboalimentación por primera vez y llegaba hasta los 240 CV en su versión europea. De esta forma era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos y lograr una velocidad máxima de 250 km/h. Sin embargo, eso no impediría que en otros mercados se ofrecieran versiones cercanas a los 300 CV (mucho más cuando eran preparados). Su producción finalizaría en 2002 (en Europa se retiró antes por normativa de emisiones), dando paso al Mazda RX-8 y cerrando un ciclo
¿Habrá sucesor?
Mucho se ha hablado de la vuelta del Mazda RX-7 y del motor rotativo en la marca japonesa. El prototipo RX-Vision Concept hizo saltar todas las alarmas en 2015 con ese diseño inolvidable y la propuesta del motor Skyactive-R. Sin embargo, con el paso del tiempo las prioridades han cambiado y por el momento no se plantean hacer un modelo de estas características. Lo más parecido podría ser un coupé basado en la próxima generación del Mazda 6, pero llevaría una mecánica de seis cilindros y no una Wankel. La aparición del motor rotativo parece que quedará limitada a la extensión de la autonomía de sus coches eléctricos.
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