El Mercedes-Benz Geländewagen, Clase G para los amigos, siempre ha sido mucho más que un extravagante todoterreno para las masas. A través de los años, se ha utilizado como vehículo militar, ambulancia o armado a lo largo de todo el globo terráqueo. Las máquinas que os traemos hoy pertenecen al primer grupo. Concretamente al ejército suizo, quien ha sido usuario de varios de estos modelos desde hace mucho tiempo.
Si alguna vez quisiste una colección atemporal de vehículos militares que recuerdan la fuerza militar privada de un villano de una películas de acción, Lorinser, una compañía especializada en modificar visual y mecánicamente modelos de la firma de la estrella, tiene más de una treintena de Mercedes Clase G en venta en estos momentos. Todos ellos cuentan con las modificaciones requeridas por los fuerzas armadas suizas, en esos momentos conocidos como Puch G.
En sus instalaciones de Winnenden, a unos 20 kilómetros al noreste de Stuttgart (casa de Mercedes), Lorinser dispone de numerosos ejemplares con distancia entre ejes corta o larga, carrocerías de tres o cinco puertas, de entre cuatro y ocho asientos, y tanto en formato de techo blando como rígido. Dependiendo de las condiciones del elegido, el kilometraje (entre 45.000 y 202.000 km) y el año del modelo (de 1989 a 1996), los precios varían entre los 15.200 y 19.500 euros.
Es hora de tachar el Dacia Duster y el Suzuki Jimny que tal vez tenías en mente para afrontar los terrenos más duros sin gastar un dineral. Estos Mercedes Clase G, aunque usados por el ejército, gozan de un aspecto bastante digno. Incluso algunos de ellos han recibido una restauración completa con nuevas ruedas (llantas y neumáticos), guardabarros, pintura, faros LED o incluso un interior que parce de estreno. Pero claro, el precio a pagar por una unidad así ya se acerca a los 50.000 euros.
Cabe recordar que Lorinser es uno de los 46 concesionarios en Alemania que puede usar la etiqueta “Mercedes-Classic Partner”. Todas las unidades cuentan con la misma unidad motriz: un motor de gasolina de cuatro cilindros de 2.3 litros de cilindrada con 116 CV (230 GE) asociado a una transmisión automática de convertidor de par con cuatro relaciones. Como un vehículo destinado a labores militares, la potencia se envía al suelo a través de un sistema de tracción total con bloque de diferencial trasero.
Como te podrás imaginar, los coches son bastante espartanos. Los modelos con el techo de lona tienen bancos de asientos en la zaga montados longitudinalmente, mientras que los más altos tienen una mesa de metal y dos asientos individuales con sus propios reposabrazos, como si fuesen estanterías. Todo funcional y fácil de limpiar. Al tratarse de un modelo firmado por Puch, se podría decir que cualquiera de estos Mercedes Clase G es como la navaja suiza de los automóviles.
Si te preguntas por qué vale la pena hablar de un montón de viejos Clase G militares, he aquí dos respuestas. Primero, porque es un Clase G, un coche icónico del que siempre vale la pena hablar. Y, en segundo lugar, solo hay que hacer una búsqueda rápida en Internet (o dejar volar a tu imaginación) para ver la infinidad de todoterrenos reconvertidos que hay. Y es que los vehículos ex militares pueden llegar a ser excelentes bases para futuros proyectos.
Fuente: Autohaus Lorinser
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