La movilidad eléctrica está llegando ahora con fuerza, pero es un ámbito en el que siempre se ha estado investigando. Aunque pasen un poco más desapercibidas, las furgonetas eléctricas se están expandiendo generosamente. PSA y Daimler son dos de los que más están apostando por estos comerciales de cero emisiones para el reparto en la última milla. Pero antes de los Mercedes EQV, eVito o eSprinter estuvo el sorprendente Mercedes Vito 108 E de 1996.
Aunque no lo parezca, ha pasado ya un cuarto de siglo desde la primera aproximación de Mercedes con los comerciales eléctricos. En 1996 llegaba una nueva generación para la mítica Vito y unos meses después la marca de la estrella quiso experimentar con una versión de batería. Sobre la base de aquel Vito W638. Buscaban hacer un vehículo compacto y ágil, que pudiera entrar en cualquier garaje, y también que fuera adecuado para el transporte de pasajeros y la distribución en el interior de las grandes ciudades.
Tanto es así, que el Mercedes Vito 108 E podía transportar hasta ocho pasajeros y ofrecía una capacidad de carga de 600 kg. Y además, sus prestaciones no estaban demasiado alejadas de las que tienen las furgonetas eléctricas actuales, tenía una autonomía de 170 kilómetros y la velocidad máxima quedaba limitada a 120 km/h. Lo conseguía con un motor asíncrono trifásico refrigerado por agua con una potencia de 54 CV y 190 Nm de par.
Lo curioso es que mantenía una caja de cambios manual de cinco velocidades que su batería no era la primera vez que era utilizada. La batería ZEBRA (Zero Emission Battery Research Activities) iba colocada en la parte trasera, por detrás del asiento, y había sido probada anteriormente en un Clase C W202. Pesaba 420 kg, era de cloruro de sodio-níquel, generaba voltaje nominal de 280 voltios y tenía una capacidad de 35,6 kWh. Además, con la carga rápida se llenaba hasta la mitad en 30 minutos.
Esta Mercedes Vito 108 E fue fabricada en la planta de Mannheim (Alemania) en una pequeña tirada que utilizaron para probar la tecnología. Ya por aquella época se estimó que su precio de mercado sería unas tres veces superior al del Vito convencional con motor de combustión. Por este motivo no llegó a producción de forma convencional, aunque fue utilizada por los servicios postales alemanes entre 1999 y 2000 de forma limitada. También fue la primera semilla para el desarrollo de la actual gama de comerciales eléctricos.
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