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Jesús Ramos

Opel Kadett GSi, una joya para el recuerdo

En la década de los 80, el sector automovilístico vivía una época dorada. Los conductores empezaban a demandar coches más rápidos, pero que no por ello, dejasen de ser útiles para el día a día. Los coches compactos eran el formato perfecto para ofrecer un coche ligero, espacioso, con un consumo reducido y a un precio más asequible que el de una berlina. De ahí, el boom de los compactos deportivos de los años 90.

Desde entonces, el segmento C no ha dejado de crecer hasta convertirse en el más popular de nuestro país. Por el camino nos ha dejado una serie de coches para el recuerdo, verdaderas obras de arte que hoy en día han multiplicado su valor, a pesar del paso de los años.

En definitiva, el sector gozaba de una salud envidiable, nada que ver con la situación actual por la que atraviesa el sector en España, a causa del coronavirus.

Fue en 1984 cuando Opel lanzó al mercado uno de sus modelos más emblemáticos, uno de esos coches que perduran años en la mente de los más entusiastas, y que marcan un antes y después para las marcas. Hablamos del Opel Kadett E, y en concreto, del mítico y conocido por todos, Kadett GSi. La denominación E corresponde a la última generación del compacto alemán, que cesó su producción en 1991, tras una historia llena éxito, para dar paso al Opel Astra.

La carrocería más popular de la versión GSi era la de 3 puertas. No obstante, algunas motorizaciones también estaban disponible en versión de 5 puertas y en formato descapotable. Este último, una joya de coleccionista, ya que se vendieron escasas unidades.

Todas ellas contaban con un diseño muy aerodinámico, en especial, las carrocerías de 3 y 5 puertas. Estéticamente, los parachoques pintados en el mismo color que la carrocería, la caída acentuada que hace techo en el pilar C y el alerón del portón, le otorgan un aspecto deportivo, menos convencional que el del Volkswagen Golf GTi de la época.

El diseño interior luce un aspecto muy deportivo, y lo que más llama la atención es el cuentakilómetros digital, muestra de que se trataba un coche muy avanzado para la época.

En su versión de lanzamiento contaba con un motor de 1.8 litros y 115 CV, que le permitía superar los 200 km/h. Unas prestaciones muy dignas que le sirvieron para convertirse en el primer coche con un motor inferior a 2.000cc, en sobrepasar dicha cifra.

No tardaron en completar la gama del GSi con una motorización de 2.0 litrosque desarrollaba 130 CV. Esos 15 CV extras, le otorgaban una chispa de deportividad. Alcanzaba los 206 km/h y tardaba menos de 8,5 segundos en hacer el cero a cien. Para muchos, esta versión es la más equilibrada de todas, tenía un comportamiento más dinámico que el 115 CV, y era más estable y seguro que las variantes más potentes, que vendrían después.

En 1987 llegó el Kadett más prestacional, la joya de la corona, la versión más codiciadas de todas, y por la que hoy en día, más de uno estaría dispuesto a pagar una buena cantidad de dinero. Nos referimos a las unidades con motor 2.0 litros y 156CV, una mecánica de 16 válvulas e inyección doble, desarrollada en colaboración con Cosworth, capaz de pasar de 0 a 100 km/h en tan solo 7,7 segundos. ¡Una bestia!.

Apenas había rivales que hiciesen frente a las prestaciones del 156 CV GSi. Por ejemplo, el Golf GTi MK2 pasaba de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y su velocidad máxima era de 191 km/h. Incluso la versión de 150 CV, lanzada para cumplir con la normativa de emisiones de principios de los 90, tenía un comportamiento a la altura de pocos.

La edición especial Champion era la más dotada de todas, incluía tapicería de cuero, espejos eléctricos, dirección asistida, llantas de 15 pulgadas y la opción de contar con asientos calefactables.

En cuanto a la conducción, en varias ocasiones hemos preguntado a nuestros más de 150.000 seguidores que tenemos en Facebook, y la mayoría coincide en que la versión de 156 CV y 16v era la más difícil de conducir, su dirección era algo imprevisible y el tren delantero no era capaz de gestionar tanta potencia, por lo que si abríamos gas a fondo, el agarre se veía comprometido. ¿Tú que opinas?

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