Cuando hablamos de Opel Zafira, a la mayoría les vendrá a la cabeza aquel mítico monovolumen que fue lanzado en 1999 y que triunfó desde el primer momento. Actualmente, la denominación se mantiene en una furgoneta dedicada al transporte de pasajeros, pero claramente no es lo mismo. Aprovechando que se cumple un cuarto de siglo desde su lanzamiento, vamos a hacer un repaso por su historia y a explicar que nos parece un error que se hayan perdido los monovolúmenes tal y cómo los conocíamos.
Como decíamos, justo antes del cambio de siglo, Opel presentaba un modelo muy interesante. Utilizaba la plataforma del Opel Astra (G), pero con una visión mucho más familiar y un aprovechamiento del espacio. Lo llamaron Zafira, que en árabe quiere decir «triunfar». A pesar de tener unas dimensiones compactas (4,32 metros de longitud), el modelo era capaz de transportar a siete pasajeros gracias a una tercera fila y el sistema denominado como «Flex 7». La clave era la funcionalidad y la capacidad de adaptarse.
En apenas segundos, podía pasar de tener siete plazas a quedarse con los dos asientos delanteros y hasta 1.700 litros de maletero. A nivel técnico también fue muy avanzado y presumía de un coeficiente aerodinámico de 0.33 Cx o de un peso de apenas 1.390 kg. La gama mecánica del Opel Zafira era bastante variada y completa, teniendo opciones de 1.6 a 2.2 litros tanto en gasolina como en diésel, siempre con cuatro cilindros. Lo más destacado fue el Zafira OPC con sus 192 CV para ser el monovolumen más rápido de la época.
En esa época también experimentó con algunos sistemas de propulsión alternativos, destacando el 1.6 GNC con gas natural comprimido. También hubo una flota limitada con pila de combustible de hidrógeno para experimentar con ese combustible. Gracias a todas estas bondades, el modelo alemán recibió bastantes premios y triunfó en ventas. Le siguió una segunda generación, el Zafira B, llegado en 2005 utilizando la plataforma del Astra (H). Mantenía la filosofía y mejoraba algunos detalles.
Sin embargo, los cambios más notables llegaron a la tercera generación. El Zafira C fue denominado como Zarifa Tourer y aumentó considerablemente su tamaño. Completaba considerablemente su equipamiento y mantenía esas siete plazas tan aprovechables, siempre con mecánicas ajustadas a los tiempos que corrían. Pero las ventas iban cayendo debido al cambio de tendencia. Esa generación no triunfó tanto, pues estaban llegando los SUV al mercado para desbancar a este tipo de modelos.
Así que en 2018 fue retirado del mercado y en 2019 llegó la vuelta de tuerca. El Opel Zafira cambió por completo y pasó a ser una furgoneta para el transporte de pasajeros. Con el apellido Life, empleaba la misma plataforma que el Opel Vivaro, una arquitectura heredada de Stellantis que le permitía abaratar costes. Mantiene las siete plazas y gana espacio de almacenamiento. Además, la electrificación llegaba para quedarse con una variante totalmente eléctrica.
Aunque se perdió el concepto de los monovolúmenes de antes, parece que actualmente se está recuperando parcialmente. Con el gran número de crossover que llegan en todos los segmentos, algunas marcas están optando por versiones más familiares y adaptables, pues ya tienen ocupados los escalones con carácter más dinámico. La prueba es la llegada del nuevo Opel Frontera, que devuelve la opción a siete plazas en un tamaño compacto. También presume de lo último en equipamiento o de una gama mecánica renovada con opciones electrificadas.
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