Antes de nada, cabe destacar que el Linux no es un vehículo que pueda hacerlo todo a la vez. No es un vehículo que navegue, vuele, sea conducible por la carretera y viaje sobre la nieve, sino más bien un módulo estándar que se puede adaptar para especializarse en una de estas cosas. De acuerdo con su creador, Pierpaolo Lazzarini (el mismo del “Jet Capsule”), existe la implicación de que puede actualizarse posteriormente, por lo que, en teoría, uno podría comprar un barco y convertirlo después en un coche o en un avión.
Pierpaolo Lazzarini fundó Lazzarini Design Studio en junio de 2010 en Roma, Italia, después de pasar muchos años trabajando en la industria automotriz. Como entidad independiente, emplea un equipo de diseñadores, ingenieros y soñadores que creen en un enfoque diferente, utilizando formas del pasado para influir en las líneas contemporáneas. Es más, el estudio de diseño crea arte conceptual para el sector del automóvil, el mundo náutico, los productos de consumo, la arquitectura y el todo lo que atañe al terreno aeroespacial.
El Linux es un vehículo de despegue y aterrizaje vertical híbrido-eléctrico (eVTOL) que utiliza un chasis multifuncional, lo que significa que desde Lazzarini Design Studio prevén usar el mismo chasis para su serie de modelos. Estos incluyen uno en formato de coche, otro en forma de barco y un último que pueda usarse como un avión. Cada uno de estos vehículos Linux tiene el mismo aspecto básico. Sin embargo, la estructura es modificada por el fabricante dependiendo del tipo de vehículo que el consumidor necesite y/o desee adquirir.
La cápsula principal de Linux, que mide 4 metros de largo y 1,90 de ancho, básicamente se puede adaptar a cuatro tipos diferentes de navegación. El primero de ellos, el casco básico, consta de una unidad de 5,50 m para un total de cuatro personas; luego hay otra carrocería, igual de larga y con las mismas plazas, que es más estilizada; así como una vertiente monocasco de seis metros y espacio para seis ocupantes equipada con una suspensión autonivelante electromagnética; y el casco del catamarán, ya con una suspensión neumática.
En cuanto al corazón mecánico, Lazzarini dice que será compatible con varios propulsores fuera borda y que vendrá con motores internos Torqeedo Deep Blue 100i eléctricos, ya sean simples o gemelos, entregando 135 y 270 CV respectivamente. La velocidad máxima rondará cerca de los de 30 nudos (55 km/h), y la autonomía oscilará entre las cuatro y las ocho horas. Para volar, basta con instalar ocho hélices múltiples. Sin embargo, si quisieras poder llevarlo por vía aérea, la capacidad interior se limita a un operador y un pasajero.
El propietario también podría equipar el Linux con esquís para conducir en la nieve o incluso lo que todos estamos esperando, una estructura para acoger a un juego de cuatro ruedas. Lazzarini imagina el módulo en esta última capacidad un vehículo como impulsado por motores Siemens eléctricos –también simples o gemelos– que entregarían entre 100 y 200 CV, con una autonomía que oscilaría entre los 150 y 300 km kilómetros. Y antes de afirmar que es “solo una recreación digital”, si consigue inversores, pasará a ser una realidad.
Se espera que el concepto Linux se lance en 2021. El proyecto será completamente de “código abierto”, es decir, ofreciendo a las distintas empresas y clientes la posibilidad de participar en el desarrollo de las actualizaciones y del vehículo en sí. De esta manera, Pierpaolo Lazzarini invita a otros diseñadores a unirse a él en el nuevo enfoque del fututo de la movilidad, donde serán la modularidad y la sostenibilidad las claves de esta idea.
Fuente: Lazzarini Design
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