A estas alturas si no has oído hablar de la fiebre de Pokémon Go es que has hecho apagón analógico, porque comparte espacio en los informativos con el intento de golpe de Estado en Turquía. Desde que se lanzara la app, ha recibido más de 10 millones de descargas, desbancando a Whatsapp, Instagram o Snatchapp en tiempo de uso en tan sólo unos días y a Twitter en usuarios diarios.
El fenómeno ha supuesto un antes y un después en los juegos de móvil, permitiendo desdibujar la barrera entre los gráficos y la realidad. Ya se han dado casos de hordas de personas en busca de alguno de estos animalillos, desatándose la locura a su alrededor, ha producido tiroteos y toda clase de accidentes (dos jóvenes cayeron a un acantilado en California intentado atrapar uno). Ni siquiera en Auschwitz el ser humano recupera la cordura.
La fiebre ha llegado hasta tal punto que la Policía Nacional, y los departamentos de Policía de todo el mundo, han alertado sobre los riesgos de jugar sin prestar atención a la realidad. En España han tenido que advertir, por si no era demasiado obvio, que está totalmente prohibido jugar mientras conduces o montas en bici. Y añade: «Si ves un codiciado Snorlax o Vaporeon, no te guíes sólo por la emoción, tu seguridad es lo primero. No invadas la carretera, respeta señales de tráfico (…)».
Este juego puede que haya acrecentado el aislamiento y el ostracismo, o quizá todo lo contrario, pero también está cambiando el modo en el que nos desplazamos (hacemos mucho más ejercicio… aunque nuestros desplazamientos son más temerarios).
Como ya hemos visto, la policía lo considera un peligro para la seguridad vial en todo el mundo. Ya se han producido altercados por invasión de propiedad privada (hasta en un parking de la Guardia Civil en España) y accidentes de coche. Y es que entrenar pokémon y conducir a la vez no es buena idea en ninguna dimensión. Tal y como informa la BBC, un hombre estrelló su coche contra un árbol y otro contra un coche patrulla en Quebec, ambos mientras jugaban.
El mundo está cambiando
En Los Ángeles se han adaptado muy rápido a la fiebre Pokémon, hasta el punto de crear la cuenta de Twitter @PokemonGOMetro para lanzar pistas a los usuarios que les guíen a las estaciones o vagones de metro en los que pueden encontrar las codiciadas criaturas. Una buena estrategia de marketing para conseguir más usuarios de metro.
La locura llega a límites tan insospechados que los fans están empezando a contratar chóferes que los lleven a dar una vuelta mientras cazan. Se denominan Poketours y el precio que ronda una hora de recorrido es de 15 dólares. Si el vehículo es un Mercedes Clase S el precio asciende hasta los 50 dólares. Así, está surgiendo todo un mercado de conductores que se prestan a llevar de paseo a los jugadores para evitar que acaben estrellados contra un árbol o en la propiedad de alguien.
Los negocios locales también están celebrando este nuevo pasatiempo; según la BBC, los vendedores están empezando a observar patrones de comportamiento en los viandantes ya que ahora caminan mucho más y se han incrementado los beneficios en sus locales, sobre todo en la venta de comida rápida. Pero también han tenido que ponerse serios y, al igual que el baño, han tenido que especificar que sólo si eres cliente puedes cazar en sus restaurantes.
Los criminales también quieren sacar partido a la enajenación transitoria de estos adeptos mientras ponen en práctica sus habilidades y en Missouri se ha dado el caso de un grupo de jugadores que fueron atracados en un parking mientras trataban de atrapar Pokémon. Los ladrones usaron un cebo que hacía que temporalmente aparecieran multitud de estas criaturas, atrayendo a las víctimas para luego robarlas a punta de pistola.
También está fomentado los viajes por carretera y los usuarios de Reddit cuelgan sus viajes (especificando que eran los copilotos) y dando consejos sobre las horas de batería de las que podrías disfrutar en un viaje de cuatro horas y técnicas para atrapar a los mejores personajes.
Sin duda estamos viviendo una nueva era tecnológica a la que el ser humano se está adaptando, reinventándose a sí mismo y cambiando su entorno. Esperemos que las conversaciones face to face no se conviertan en vintage.
Fuente: BBC
Foto destacada: Boosted Boris