Lo primero que nos llama la atención es la nomenclatura empleada: «Sesto Elemento». La explicación es clara, y tendremos que recordar nuestros tiempos en el instituto, ¿sabéis cual es el sexto elemento de la tabla periódica? Efectivamente se trata del Carbono. Y ahora ya os podréis imaginar cual es el elemento predominante en la construcción de este prototipo.
Se trata de un ejercicio de estilo, donde Lamborghini nos muestra la tendencia general de sus futuros modelos, y sobre todo la tecnología constructiva que empleará en su desarrollo, la fibra de carbono reforzada con plástico (CFRP). Estos avances se llevan a cabo en dos centros de investigación, el ACRC (Advanced Composite Research Center, con sede en Sant’Agata Bolognese) y el ACSL (Advanced Composite Structures Laboratory, radicado en la Universidad de Washington), o a través de colaboraciones con empresas tales como Boeing.
El prototipo en cuestión destaca por la construcción del monocasco en fibra de carbono CFRP, al igual que múltiples elementos de la suspensión o las llantas, dejando un peso en vacío total de apenas 999 kilogramos, incluyendo también el grupo propulsor, un V10 de 570 CV a 8.000 rpm y un par máximo de 540 Nm a 6.500 rpm, que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en unos increíbles 2,5 segundos o alcanzar una velocidad máxima de más de 300 km/h, y la tracción permanente a las cuatro ruedas.
Todo ello contribuye a mejorar de manera fundamental la relación peso/potencia, hasta un valor de 1,75 kg por CV (siempre es un factor crucial para un deportivo que se precie) y a optimizar su rendimiento. Así acelerará más rápido, frenará en menos espacio y tendrá un mejor dinamismo general.
Ya que estamos hablando de los aspectos mecánicos añadiremos que además de la tracción a las cuatro ruedas, a través de un acoplamiento viscoso central, también se ha montado un diferencial autoblocante trasero al 45 %, para poder transmitir la ingente potencia al suelo.
El Lamborghini Sesto Elemento dispone de una caja de cambios de seis marchas denominada e.gear, que es accionada a través de levas montadas en el volante (al igual que en la competición). Está gestionada electrónicamente y permite realizar los cambios a una velocidad asombrosa.
Los tubos de escape están construidos en Pyrosic. Un material proveniente de la industria aeroespacial, formado por una matriz cerámica de vidrio reforzado con fibra de silicio o carbono, que es capaz de aguantar altísimas temperaturas, y a la vez es fácilmente moldeable (de hecho está siendo utilizado por el equipo Red-Bull en sus famosos «difusores soplados»).
Del mismo modo ha sido objeto de un concienzudo estudio toda la aerodinámica del prototipo. El spoiler de grandes dimensiones se adapta perfectamente al difusor y a un deflector de aire adicional situado en el centro, lo que garantiza la máxima carga aerodinámica a la hora de tomar las curvas y una excelente estabilidad direccional a altas velocidades.
El interior realizado por los diseñadores del Centro Stile Lamborghini es absolutamente minimalista. Se prescinde de todo lo supefluo, y solo observamos fibra de carbono CFRP por todas partes, desde el salpicadero (por llamarlo de algún modo) hasta la estructura de los asientos. Este concepto se lleva hasta el extremo en la consola central, ya que solamente tres botones piezoeléctricos la ocupan (uno para arrancar el motor, otro para introducir la marcha atrás y un tercero para las luces).
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