Ya hemos hablado en estas páginas bastante sobre electrolineras y puntos de recarga. Pero ¿de dónde va a salir tanta energía si queremos electrificar tanto coche? Si las fuentes de energía son las convencionales, lo único que haremos será trasladar el problema de la contaminación de las carreteras a las centrales térmicas. Ya hablamos en otro artículo sobre si la electrificación es sólo «un cambio de humos».
La solución pasaría por fomentar energías renovables. Más allá incluso de las tradicionales eólica, solar o hidráulica. Porque, si la energía no se crea ni se destruye, sino que solo se transforma… ¿Por qué no derivar energía sobrante hacia los coches eléctricos?
Por eso el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en colaboración con el Ministerio de Fomento está desarrollando un proyecto pionero en el campo de los vehículos eléctricos, denominado Ferrolinera que se presentó en la asamblea general de la Plataforma Tecnológica Ferroviaria Española.
Esta idea plantea aprovechar la energía generada por los trenes al frenar, para almacenarla y emplearla posteriormente en la recarga de las baterías de los eléctricos, en los puntos que se establezcan en las estaciones y centros logísticos.
Un recurso que procederá además de los frenos de los convoyes, de las subestaciones que alimentan a la catenaria, para permitir un servicio continuado de recarga y, aprovechar al máximo, la red eléctrica de las estaciones sin afectar en ningún momento al tráfico ferroviario.
La primera prueba de este sistema tuvo lugar en Málaga con el Think City, el eléctrico más vendido en todo el mundo y que tiene una autonomía de hasta 203 kilómetros. Tras esta experiencia que obtuvo un resultado satisfactorio, se ha presentado el proyecto al programa «INNPACTO» del Ministerio de Ciencia e Innovación, para enriquecer la investigación en I+D+i en nuestro país.
Esto podría combinarse con otro proyecto que se ha puesto en marcha en Bélgica. Los convoys que salen de la estación central de Amberes rumbo al norte y a la frontera con Holanda utilizan la electricidad producida por 16.000 paneles solares durante una pequeña parte de su recorrido.
Durante unos diez kilómetros, el motor no se alimenta de energía nuclear o gas, sino de electricidad generada por los paneles fotovoltaicos. Éstos han sido instalados en el techo de un túnel ferroviario de la línea de alta velocidad que conecta Amberes con Amsterdam. La infraestructura ya sido rebautizada como el túnel del sol. El proyecto ha costado 15,7 millones de euros.
Las características geográficas del norte de Amberes, un área muy plana, unidas al trazado de esta red ferroviaria, convertían esta línea en una zona particularmente apropiada para la instalación de los paneles solares. Un túnel de 3,6 kilómetros de longitud ha sido cubierto con paneles solares para reducir el impacto ambiental. Así, además, se reduce su impacto visual.
Los paneles cubren una superficie de 50.000 metros cuadrados y producen 3.300 MWh, una cantidad suficiente para abastecer el consumo medio de electricidad de unas 1.000 familias en un año. La electricidad se utiliza tanto para mover los motores como para alimentar las infraestructuras ferroviarias. Utilizando la electricidad generada en el mismo lugar se evitan las pérdidas de energía y ahorramos los costes de transporte.
Por ahora la cantidad de energía producida es muy pequeña. En un año, «el túnel del sol» producirá sólo la electricidad necesaria para que todos los trenes belgas (unos 4.000) circulen durante sólo un día. Pero es un principio. El objetivo será implantar paneles solares en muchos más sitios de la red ferroviaria, incluidas las estaciones de tren para aumentar la producción.
Aquí puedes verlo en vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=Sc7ahEzVt1U
Vía: Forococheselectricos, Neoteo