Aunque todo apunta a que la movilidad eléctrica será la tendencia predominante en el futuro, hay otras soluciones interesantes en el presente. Una de ellas es el GLP (gas licuado de petróleo), un combustible alternativo que cada vez está más presente en el mercado, como ya hemos visto en nuestra guía de compra. Se estima que cuando finalice este año 2019 se habrán registrado 30.000 matriculaciones de coches de GLP nuevos. Eso ayuda a duplicar el número de estos vehículos en apenas dos años y da alas a un futuro en el que el crecimiento será aún mayor.
Ese fue uno de los datos más llamativos que salieron del III Foro Autogas, organizado por el Clúster Autogas junto a GasLicuado. El primero es la agrupación de empresas y entidades interesadas en el desarrollo del GLP, mientras que lo segundo es la asociación que reúne a esta industria a nivel nacional. En definitiva, los principales impulsores de esta energía alternativa que recibe la etiqueta ECO del sistema de etiquetado de emisiones de la DGT.
Y volviendo a ese elevado número de matriculaciones de vehículos de GLP con el que se cerrará 2019 (crecimiento del 65 % respecto a 2018), contribuirá a que el parque total de este combustible alcanzase las 115.000 unidades. Aunque todavía es un porcentaje muy reducido del total, se sitúa por encima de otras energías alternativas como el GNC o el coche eléctrico. Además, se trata de una cifra bastante esperanzadora para el sector del autogas, cuyas estimaciones de cara a futuro son bastante impresionantes.
Se habla de que podría haber un millón de coches con este combustible por nuestras carreteras para el año 2025 y que se llegaría a los dos millones de coches de GLP para 2030. Precisamente este es el objetivo que se marca el Clúster Autogas, que tiene claro que para lograrlo hace falta el trabajo en equipo de todos los agentes involucrados. Se hizo hincapié en el esfuerzo que hace el sector privado y en la necesidad del apoyo por parte de la administración pública.
Parece clave que se adopte una neutralidad tecnológica, sin que se decanten por ninguna energía para que todas tengan cabida. La clave es seguir desarrollando todas las opciones de movilidad alternativa y que sea el usuario el que elija la opción que más le conviene. En el caso del GLP, tiene algunas ventajas como su bajo coste (precio un 40 % menor que la gasolina), la accesibilidad a la hora de repostar (670 estaciones de servicio públicas y presencia en todas las provincias) y sus bajas emisiones, claves para cumplir con la sostenibilidad y normativas que tan presentes están en la actualidad.