El grupo Volkswagen lleva unos años con coches eléctricos realizados sobre una plataforma exclusiva. Partiendo de la familia ID, la tecnología de propulsión se ha llevado a otros modelos de Audi, Cupra y Skoda. Los modelos venideros, caso del Volkswagen ID.7 o del Cupra Tavascan –ambos confirmados para 2024– traen consigo una nueva generación de propulsores eléctricos, como la nueva unidad de propulsión trasera APP550.
Gracias a este propulsor, los nuevos modelos eléctricos del grupo ofrecen más rendimiento y una mayor eficiencia. Volkswagen prevé entregar los primeros vehículos con la nueva generación de propulsores en una versión de 210 kW (286 CV) a partir de finales de año. Se fabrican en la planta de componentes del Grupo en Kassel (Alemania).
Los nuevos vehículos siguen desarrollándose sobre la plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB), la arquitectura de vehículos de Volkswagen para coches eléctricos. Eso obliga a que, ese propulsor más potente y eficiente tuviese que hacerse en el mismo espacio. Un gran reto, que además ha logrado otro hito: reducir el uso de materias primas. Vamos ahora con los detalles:
Más potencia y un par motor
El nuevo sistema de propulsión ofrece una potencia de 210 kW (286 CV) con un par máximo de unos 550 Nm. Esta última cifra garantiza un desarrollo superior de la potencia, tanto desde parado como a velocidades más altas. Comparado con el actual, que hemos conocido en la prueba del Volkswagen ID.4, entre otros, gana mucha potencia (150 kW –204 CV–, actualmente)
El propulsor APP550 alcanza su elevado par gracias a un estátor mejorado con un mayor número efectivo de bobinas y una mayor sección transversal de los hilos. El rotor está equipado con un imán permanente más potente que tiene una mayor capacidad de carga. El accionamiento también se ha reforzado para soportar el considerable par producido.
Inversor con alta corriente
La intensidad de corriente es clave para la potencia de un propulsor eléctrico. Por eso ha habido que desarrollar un inversor capaz de suministrarla. Se trata de una especie de «cerebro» de control del sistema de propulsión, con un software que garantiza la eficacia de los procesos, como variaciones de frecuencia y métodos de modulación para la generación de la corriente alterna con la que funciona el motor de accionamiento eléctrico. Así, el motor puede funcionar de forma más eficiente en función de la fase de carga.
Gestión térmica optimizada
El propulsor APP550 trae un sistema de refrigeración de bajo consumo que funciona sin bomba de aceite eléctrica. El sistema es capaz de refrigerarse a sí mismo a través de los engranajes de la caja de cambios y de componentes especialmente diseñados para el suministro y la distribución del aceite. El aceite calentado se enfría mediante el circuito de refrigerante del vehículo, que mantiene la transmisión a la temperatura de funcionamiento óptima. El exterior del estátor cuenta con un disipador de calor de agua.
Fuente: Volkswagen