De un tiempo a esta parte, aplaudimos cada uno de los prototipos de Volvo que adelantan sus futuros modelos. Tras el Volvo Concept Coupé y el Concept XC Coupe nos emaroró el Concept Estate la firma nos muestra cómo será su gama compacta con un par de concepts muy interesantes.
Estos dos prototipos dan el pistoletazo de salida a la estrategia mundial en el segmento C, la familia «40» que debería contar con varias carrocerías. Por un lado, el Volvo V40, el compacto, y por otro un SUV compacto inédito, el Volvo XC40. Nos queda la duda de si habrá un S40, la berlina, pero conociendo el gusto por estas carrocerías en EE.UU. y China, no descartamos que llegue al mercado una berlina compacta. Y deberían contar con versiones Cross Country, de aspecto más campero.
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No se han estrujado mucho con los nombres: Volvo Concept 40.1 y Volvo Concept 40.2. El primero anticipa el todocamino y el otro tiene la carrocería con aire de sedán, bastante sobreelavado (¿S40 Cross Country?). Serán los encargados de dar el empujón definitivo a la marca en volumen de ventas.
El objetivo que se marcó Geely, propietaria de la marca desde 2010, fue alcanzar las 800.000 matriculaciones. En un principio sonaba a fanfarronada, ya que es más del doble de lo que vendió en 2013, pero el pasado ejercicio cerraron con más de 500.000 unidades vendidas y de forma rentable, con 331,8 millones de euros de beneficio y un margen de beneficios de explotación del 7,5 %.
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Los nuevos prototipos serán los primeros que se construyan sobre la nueva plataforma de arquitectura modular Compact Modular Architecture (CMA) de Volvo, creada con los vehículos compactos en mente y que permite a los diseñadores e ingenieros gran versatilidad. Y es que el actual Volvo V40 se fabrica todavía sobre la plataforma heredada de los tiempos de Ford.
De este modo, la nueva gama global de compactos de Volvo contará con versiones que tengan mecánicas gasolina y diésel de tres a cuatro cilindros, además de un híbrido enchufable T5 Twin Engine con 250 CV, basado en el nuevo motor de gasolina de 3 cilindros de Volvo y en una nueva transmisión de doble embrague acoplada a un motor eléctrico, de tracción delantera (en lugar de la integral actual del XC90 T8 Twin Engine). También habrá una versión 100% eléctrica de cara a cumplir otro ambicioso objetivo: tener en circulación un millón de enchufables en 2025.
Otra ventaja de la plataforma CMA es que permitirá adoptar las soluciones tecnológicas de modelos superiores, como conducción semiautónoma o conectividad con Internet y el teléfono móvil (dentro y fuera del coche). La firma presume de que «los nuevos vehículos ofrecerán una completa e innovadora gama de funciones de conectividad, un revolucionario diseño interior escandinavo y el paquete de seguridad de serie más avanzado del mundo».
Se prevé que el primero de los modelos de esta serie compacta entrará en producción el 2017, mientras que se espera contar con el primer vehículo eléctrico puro en 2019. Planes ambiciosos, sin duda, que ansiamos ver concretados.
Fuente: Volvo
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