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Mario Nogales

Audi RS 7 Sportback TFSI 600 CV, a prueba: rozando la perfección

Aunque se estén perdiendo, las berlinas continuan teniendo ese encanto que las hizo triunfar décadas atrás. Más aún cuando se trata de alguna variante con cierto carácter deportivo. Y más aún cuando recibe las siglas RS, sinónimo de carácter y precisión extremos. Esta semana ponemos a prueba al Audi RS 7 Sportback porque sí, porque a pesar de no haber recibido muchos cambios en los últimos años, sigue siendo igual de bueno que el primer día. De hecho, nadie puede poner en duda que se trate de uno de los mejores sedanes deportivos.

Vale, es cierto, cuando probé el RS 6 Avant dije que era de familiares y que me quedaría con ese ejemplar antes que con su hermano mellizo de carrocería Sportback. Lo sigo manteniendo, pues a pesar de compartir prácticamente todos sus componentes, pues no tiene tanta historia ni es tan práctico. Eso sí, en otros términos le deja atrás, pues su diseño es casi insuperable dentro de la firma de los cuatro aros. A eso hay que sumar las excepcionales condiciones que le brinda el motor V8 en conjunción con el chasis, además del excelso habitáculo.

Exterior

No hay ninguna duda de que el Audi A7 Sportback es uno de los modelos más trabajados en cuando a diseño por la marca de los cuatro aros. Una berlina estilizada con esas formas de coupé, a pesar de mantener las cinco puertas, que mantiene el carácter dinámico. Pues ahora a eso hay que sumarle una buena dosis de deportividad a base de paragolpes ensanchados, tomas de aire agrandadas y un buen número de elementos específicos.

El frontal es de las partes más imponentes. Con un capó descendente y marcado por un par de nervaduras, desemboca en una enorme parrilla Singleframe trapezoidal que lleva entramado de malla. En pequeño se aprecian las siglas RS y también se puede optar por oscurecer el logotipo de los cuatro aros. El paragolpes no se queda atrás, pues es muy prominente y queda rematado por un splitter de carbono. A eso hay que sumar unos faros estilizados que llevan tecnología HD Matrix LED con luz láser.

El perfil probablemente sea la vista más característica de este ejemplar. Las líneas son muy fluidas y marcadas, se disimulan a la perfección las puertas traseras a través de la tendida caída del techo y es imposible que no nos recuerde a un coupé. Además, a uno muy deportivo, con unos esculpidos pasos de rueda que tienen que acoger unas llantas de 22 pulgadas que parecen paelleras. A través de ellas se ve el sistema de frenos carbocerámicos opcional con unas atractivas pinzas en azul.

Y si pasamos a la zaga hay que mencionar estilo y radicalidad a partes iguales. La caída del techo es elegante y desemboca en una tapa del maletero picuda. Esconde un alerón que sale al gusto del usuario, se despliega a través de un botón del interior. La zona media es para los pilotos traseros LED que dan horizontalidad al estar unidos por el medio y consiguen una firma lumínica muy reconocible. Y en la zona baja se completa con un radical difusor trasero, que llama la atención por sus formas y por la doble salida de escape ovalada característica de Audi RS.

A nivel de dimensiones también se nota que estamos con la versión RS del modelo. No por longitud, que se mantiene en 5.009 mm, más bien por una anchura que llega hasta los 1.950 mm gracias a haberse ensanchado 40 mm en las aletas delanteras. A eso hay que sumar una altura de apenas 1.424 mm y una generosa distancia entre ejes de 2.930 mm.

Interior

Desde el primer momento que subido al habitáculo también se percibe el aroma RennSport. Lo primero son unos asientos RS, que son de corte deportivo sin llegar a ser extremos. Son cómodos y no demasiado estrechos, además tienen reglajes eléctricos y calefacción, pudiendo sumar ventilación. La tapicería es muy destacada, con cuero con un patrón llamativo y costuras en contraste. Van a juego con el volante RS, de tacto sobresaliente, y con otros elementos como los pedales de aluminio.

Queda claro entonces que la calidad del Audi RS 7 Sportback está a muy buen nivel. Es un coche premium que supera las seis cifras y eso se refleja en sus acabados y todos los materiales empleados. A la mencionada tapicería de cuero se suman unas molduras de sarga de carbono que consiguen un efecto muy llamativo. Hay otras zonas cubiertas por Alcántara y solamente hay algo que chirría en el conjunto. Hablamos del Black Panel, esos añadidos en negro piano en están en el salpicadero y que no le hacen bien a este modelo.

Por suerte, la tecnología sí que está a la altura. Y eso que apenas ha recibido cambios desde su lanzamiento hace ya un lustro. Tiene el sistema multimedia MMI Touch Control y eso es sinónimos de las dos pantallas consecutivas en la consola central. En la parte superior hay una táctil de 10,1 pulgadas que sirve para las funciones principales. La inferior, con 8,6 pulgadas, también es táctil, aunque sirve para controles secundarios y la climatización. Los gráficos son muy buenos en ambos casos y la conectividad completa con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica.

El caso es que nos sigue pareciendo que se deja demasiado a merced de lo táctil y que no haya botones analógicos siempre hace que se reste demasiada atención de la conducción. La digitalización se completa con el Audi Virtual Cockpit de 12,3 pulgadas que se ve detrás del volante y que es totalmente personalizable. También se puede montar un Head-Up Display de forma opcional, algo que ayuda ligeramente a tener cierta información de un vistazo.

La habitabilidad del Audi RS 7 Sportback con deja bastantes luces y alguna sombra. Las plazas delanteras cumplen con creces, aunque las traseras son algo más justas. El acceso es cómodo y una vez dentro, hay bastante espacio para las piernas. Sin embargo, el hueco para las cabezas es más justo y el asiento central se nos antoja insuficiente. Va surcado por un enorme túnel de transmisión y carece de forma, así que mejor viajar cuatro personas. En todo caso, tiene reposabrazos, salidas del aire y tomas USB.

Maletero

El Audi RS 7 Sportback tiene el mismo maletero que el resto de versiones del A7. Eso es una buena señal, ya que ofrece una capacidad de 535 litros y muchos puntos positivos. Está por encima de la media del segmento y lo positivo es esa boca de carga enorme, fruto de la quinta puerta. El acceso es muy cómodo, aunque queda un poco elevado. Dentro quedan unas formas muy aprovechables y rectas, con un hueco lateral.

Bajo el piso también hay algo de espacio, pero va ocupado por el subwoofer del sistema de sonido. No hay rueda de repuesto en este ejemplar, pero sí unos ganchos y redes para fijar la carga. Además, mantiene la posibilidad de abatir los asientos traseros en tres partes (40:20:40) para dejar una superficie plana de hasta 1.390 litros de capacidad.

Motor

El Audi RS 7 Sportback, como buen tope de gama, lleva una mecánica que es de admirar. Se trata del V8 biturbo de 4.0 litros que está reservado para unos pocos elegidos dentro de la familia de los cuatro aros. Para que sobreviva este motor se han visto obligados a recurrir a la electrificación, sumando un pequeño sistema Mild Hybrid de 48 V. Es lo necesario para conseguir la etiqueta ECO de la DGT y para rebajar (muy ligeramente) sus consumos y emisiones.

Efectivamente, etiqueta ECO en una bestia que entrega 600 CV y 800 Nm de par… Y eso que no estamos con el recién lanzado RS 7 Sportback Performance que llega hasta los 630 CV. En todo caso, mantiene la transmisión automática tiptronic de ocho relaciones como único opción, además de la innegociable tracción total quattro que es religión en los Audi RS. Con ello consigue unas prestaciones que son más propias de un superdeportivo en un chasis que es de auténtico «gran turismo».

Comportamiento

Vale, el comportamiento del Audi RS 7 Sportback es de esos que te deja sin palabras, pero vamos a esforzarnos porque no podíamos terminar la prueba aquí. Si vamos por partes, lo primero que sorprende es el áspero rugido que se percibe al darle al botón de arranque. Es un sonido audible y que hará las delicias de cualquier petrolhead. Es cierto que puede quedar amortiguado en los modos más normales, pero si se monta el escape deportivo RS opcional es para disfrutarlo. Así que a poner el modo deportivo, apagar la radio y disfrutar con cada aullido y petardeo.

Pero no es sólo «ruido» lo que hace este ejemplar. También corre. Mucho. En pocas palabras: acelera de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y tiene una punta de 280 km/h con el paquete Dynamic RS (hasta 305 km/h con el Plus). Si lo expongo un poco más tendría que decir que es una bestia y que el V8 empuja con contundencia desde bien abajo. Los 800 Nm de par están disponibles entre las 2.050 rpm y las 4.500 rpm y eso nos dejan con recuperaciones que nos dejan pegados al asiento y adelantamientos en un abrir y cerrar de ojos.

Además, el conjunto está muy bien realizado. A prior podríamos pensar que la transmisión automática de convertidor de par sería algo lenta, pero nada más lejos de la realidad. Hace su trabajo con solvencia y rapidez, siempre apoyada en el modo de conducción seleccionado o en la acción que llevemos a cabo en las levas. En este RS 7 Sportback se pueden elegir los convencionales Efficiency, Comfort, Auto y Dynamic; pero también hay otros dos específicos. Los RS1 y RS2 a los que se accede a través del volante son los más deportivos y totalmente personalizables.

Lo cierto es que el carácter del coche cambia mucho entre los modos de conducción. Se puede ir rodando tranquilamente con él en el modo más eficiente y pensar que no sería descabellado hace un viaje largo, y al segundo poner el más extremo para considerar el hacer una visita al circuito. Aunque bueno, cuando hablamos de eficiencia tampoco podemos esperar cifras para tirar cohetes. Rondamos un consumo de 14 litros durante la semana de pruebas, pero es que un RS es para disfrutarlo. Y a su potencial comprador seguramente tampoco le importe demasiado esa cifra.

Cambiando de tema, no hace falta que recuerde que la tracción integral quattro es permanente y que normalmente tiene prefijado enviar el 40 % de la fuerza al eje delantero y el 60 % al trasero. Es la auténtica clave de su equilibrio, de que tenga un comportamiento tan noble y que no se descoloque en prácticamente ninguna ocasión (con las ayudas activadas). De hecho, es capaz de mandar hasta el 70 % de potencia a las ruedas delanteras y hasta el 85 % a las traseras en caso de necesitarlo.

Dejando lo mejor para el final y volviendo a hacer referencia a lo multidisciplinar que es el Audi RS 7 Sportback, hay que decir que tiene un chasis hecho a prueba de bombas. Nos deja un muy buen sabor de boca por su equilibrio y por la capacidad que tiene para adaptarse a cada situación. No es un coche nada extremo, es bastante utilizable en el día a día. Y al mismo tiempo es deportivo y permite dar rienda suelta a sus 600 CV. Lo único que le podríamos achacar es que se notan esos 2.150 kg de peso, la agilidad nunca será su punto fuerte.

Aún así, le ayudan algunos detalles como el eje trasero direccional, que consigue una respuesta más natural y precisa. También el sistema de frenos carbocerámicos opcional, que le ayuda a ahorrar 34 kg de peso gracias a esos destacados discos de 440 mm de diámetro en el eje delantero y 370 mm en el trasero. En definitiva, un coche que roza la perfección en algunos puntos y al que cuesta sacarle «peros».

Opinión coches.com

El Audi RS 7 Sportback juega en una liga superior, en ese escalón reservado para un par de berlinas de altas prestaciones que son capaces de hacer prácticamente todo bien. Aquí hay que sumar un diseño muy distintivo y atractivo para la mayoría. Bastaba con fijarse en el número de cabezas que se giraban a su paso. También un interior tecnológico y de calidad. Por no hablar de esa destacada mecánica V8 que se alía perfectamente con ese chasis y su acertadísima puesta a punto.

Es un coche tan perfecto que cuesta sacarle pegas. Lo cierto es que no nos ha gustado ese Black Panel que mencionamos en el interior y las plazas traseras son algo justas. Así que para los usuarios terrenales y mundanos tendremos que decir que la mayor pega es el elevado precio que tiene el RS 7 Sportback. Parte de 157.820 euros, una tarifa elevada, pero es que si lo completamos con equipamiento opcional podemos ver cómo la berlina se acerca peligrosamente a la barrera de los 200.000 euros.

Audi RS 7 Sportback TFSI 600 CV
8.1Nota
Lo mejor
  • Diseño deportivo
  • Excelso motor V8
  • Chasis a prueba de bombas
Lo peor
  • Black Panel del interior
  • Plazas traseras justas
  • Precio con extras
Diseño9
Habitabilidad7.5
Acabados8.5
Maletero7.5
Equipamiento8
Motor9
Comportamiento8.5
Calidad Precio7

Galería de fotos:

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