Cuando se hizo oficial el BMW Serie 1 2020 se confirmó lo que ya era un secreto a voces. Al estrenar la nueva plataforma se abandonaba la propulsión en favor de la tracción delantera. Ante eso y ante que el motor ocupase una posición transversal en vez de longitudinal, algunos seguidores más acérrimos a la marca alemana se llevaban las manos a la cabeza. ¿No habrá nada como el anterior BMW M140i? La respuesta es no, y por eso creemos que no hay mejor momento para realizar su prueba a fondo.
El BMW Serie 1 que tenemos entre manos es la versión más radical de la anterior generación, un modelo que se había sometido a un lavado de cara en 2017. Un ejemplar que dentro de poco será imposible de adquirir como vehículo nuevo y que, ante los cambios introducidos por su sucesor, probablemente llegue a revalorizarse en el mercado de segunda mano. A esta extinción inminente hay que sumar que cuenta con una configuración inédita en su segmento, lo que hace que tenga aún más valor si cabe.
Pero antes de entrar a fondo con el BMW M140i, vamos a hacer un repaso por la historia de la Serie 1. La marca alemana se aventuró con la carrocería compacta del segmento C allá por el año 2004. En ese momento destacó por su completa familia, con el compacto de tres y cinco puertas, además de los coupé y descapotable de dos puertas. Con la segunda generación (F20) esas dos última carrocerías ya pasarían a ser Serie 2 pero se mantuvo la esencia, como estamos viendo. La tercera (F40) es la que está por venir y en la que cambia todo.
Exterior
[vc_row][vc_column width=»1/2″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][/vc_column][/vc_row]
Lo cierto es que a simple vista el BMW M140i que probamos no llama demasiado la atención. Probablemente pasaría desapercibido para el ojo no experto, muchos usuarios podrían pensar que se trata de un 116d (diésel de tres cilindros) con el paquete deportivo M y alguno otro más como el M Sport Shadow. Pero el que se fije bien en los detalles comprobará que esto se trata de algo bastante más «gordo».
En el frontal de este ejemplar aparece la mítica parrilla de los dos riñones, todavía con unas dimensiones acertadas y con un acabado en color negro. Los faros delanteros son alargados y cuentan con tecnología LED adaptativa. La parte inferior del paragolpes adopta ese cariz deportivo gracias a dos generosas tomas de aire en los laterales, que son reales y van remarcadas por una moldura gris, y una central que hace las veces de «boca» para aspirar todo el aire y mandarlo hacia el radiador.
Desde el perfil se aprecia una silueta atractiva y equilibrada. Detrás del alargado y bajo capó se dibujan las puertas y hay que decir que, aunque nuestra unidad de pruebas tiene cinco, este modelo también estaba disponible con tres puertas (algo que no sucede en el nuevo). Desde aquí llaman la atención los retrovisores en un tono más claro de gris, las taloneras de las puertas y las llantas de 18 pulgadas. No son nada descabelladas y destacan en los pasos de rueda por su color oscuro y por las pinzas de freno en color azul.
La zaga probablemente sea la zona más simple del BMW M140i, pero tiene ese encanto minimalista que es imposible pasar por alto. Si empezamos por arriba encontramos un spoiler de techo sobre la pequeña luneta trasera. En la zona media los pilotos LED con esa llamativa forma algo triangular y la inscripción que delata a esta bestia. En la parte inferior aparece una especie de difusor en color gris por el que sobresalen dos salidas de escape circulares y rematadas en negro.
El BMW Serie 1 se sitúa en la media del segmento si hablamos de dimensiones. Tenemos un compacto con 4.324 mm de longitud, con 1.765 mm de anchura y con 1.411 mm de altura. Hay que destacar que el nuevo modelo es ligeramente más corto, más ancho y más alto que el que tenemos. En este caso, la distancia entre ejes se extiende 2.690 mm (en el 2020 pierde 20 mm) y el coeficiente aerodinámico de su carrocería es de 0,34 Cx.
Interior
Pasamos al interior del compacto, superando unos umbrales con la denominación del modelo, para percibir una atmósfera que solo se logra en los modelos de BMW. Es cierto es que no tenemos un habitáculo de aspecto tan tecnológico como el de sus principales rivales, pero es precisamente ese toque analógico el que le da cierto encanto al BMW M140i. Incluso hay guiños al pasado como que la iluminación de los botones pueda ser naranja o blanca en función de si están puestas las luces o no.
Uno de los elementos que ayudan a conectar el pasado con el presente es la instrumentación, que tiene esas grandes esferas con sus agujas, pero también el componente digital. La información se proyecta en pantallas a color y permite cierta personalización. Aunque realmente el elemento más importante a nivel de infoentretenimiento será esa pantalla de 8,8 pulgadas que sobresale en la parte central del salpicadero (y que no se puede esconder).
Es a través de la que se manifiesta el sistema multimedia iDrive de la marca y puede controlarse tanto de forma táctil como desde la ruleta analógica situada en la consola central. Destaca por facilidad de uso y por tener una respuesta precisa. También por ofrecer una completa conectividad, incluyendo algunos aspectos diferenciales como la opción de tener Apple CarPlay totalmente inalámbrico, sin necesidad de conectarlo con el cable.
Hay todavía bastantes botones por debajo de esa pantalla, aglutinando algunas funciones multimedia y permitiendo controlar el climatizador. La consola central, además del mando circular, tiene la palanca de cambio y otros botones para los modos de conducción. Mención aparte para el volante deportivo M, probablemente nuestra parte favorita del habitáculo gracias a un diseño totalmente redondo, un grosor perfecto y un tacto muy adecuado.
Porque hay que destacar que el BMW M140i cumple sobradamente en términos de calidad. La tapicería de cuero opcional tiene una buena apariencia, aunque personalmente no la habríamos escogido en un tono tan claro, habrá que ver cómo envejece. Por lo demás, destaca la moldura plateada (en consola central, salpicadero y puertas) con ese entramado tan llamativo y también los plásticos blandos del salpicadero y de las puertas, dejando los más duros prácticamente ocultos en las partes inferiores.
Las plazas delanteras del M140i son los asientos deportivos M. A pesar de la condición radical del compacto, echamos en falta un poco más, unos baquets le podrían haber venido mejor. Pero volvemos a recalcar el hecho de que este modelo no quiere llamar la atención en ningún aspecto estético. A cambio hay que decir que esos asientos consigue el equilibrio perfecto entre comodidad y deportividad, que van en una posición baja y que las cotas de espacio son correctas.
Porque ya quedaba claro desde el principio que el BMW Serie 1 no era uno de los coches más amplios de su segmento. El acceso a las plazas traseras queda condicionado por unas puertas algo pequeñas (en el tres puertas el acceso será bastante más incómodo) y nos deja con una zona más indicada para que viajen cuatro pasajeros. La altura es correcta, pero el espacio para las piernas y la anchura se quedan algo justos. Por no hablar de que la plaza central carece de forma y está surcada por un prominente túnel de transmisión.
Maletero
El maletero del BMW M140i está en la media del segmento, más o menos en el mismo nivel que sus principales rivales. Son 360 litros de capacidad, una cantidad bastante aprovechable gracias a unas formas rectas y a una boca de carga amplia (aunque queda algo alta). Tiene algunos elementos para ayudar a fijar la carga, como los ganchos laterales y las redes elásticas, que son de gran utilidad en algunas ocasión.
Llama la atención que bajo el piso del maletero de este modelo no hay espacio para una rueda de repuesto, ni siquiera una de emergencia. En esa zona se ha colocado la batería del vehículo, supuestamente para mejorar el reparto de pesos. Si es necesario utilizar toda la superficie del maletero se puede abatir la segunda fila en tres partes (40:20:40) de forma que queda un volumen total de 1.200 litros.
Equipamiento
En el equipamiento del BMW M140i encontramos luces y sombras. Las luces es porque nuestra unidad de pruebas tiene prácticamente todo lo que podría llevar este modelo. Las sombras vienen porque el equipamiento de serie es bastante escueto si tenemos en cuenta que estamos ante un coche que ronda los 50.000 euros. Es un poco dicotómico que tenga algunos elementos M de serie y que haya que pagar por otros que consideramos más básicos.
Los faros LED van de serie (autoadaptables opcionales), al igual que las llantas de 18 pulgadas, la climatización, los asientos deportivos o el cierre automático. Sin embargo, para otros elementos como el sistema de navegación Professional, el Apple CarPlay, la cámara de marcha atrás o el asistente de luz de carretera hay que pagar un sobreprecio. Por no hablar de otros componentes más prescindibles que se encontraban en nuestra unidad de pruebas.
El BMW M140i que probamos llevaba opcionales como la pintura metalizada, asientos con reglaje eléctrico, memoria y calefactados, tapicería de cuero Dakota, techo de cristal eléctrico, sistema de sonido Harman Kardon o las ayudas a la conducción del Driving Assistant. También se puede completar este modelo a través de varios paquetes que incluyen varios elementos, destacando algunos como el Innovation o el Connectivity.
Motor
El BMW Serie 1 tiene una gama mecánica de lo más completa. Hay versiones diésel y gasolina, de tres y cuatro cilindros, con potencias comprendidas entre los 109 y los 224 CV. Pero lo cierto es que no queremos pararnos a hablar de esas versiones cuando tenemos entre manos un excelso motor turbo de seis cilindros en línea y 3.0 litros. Como decíamos, probablemente es la última vez que se monta en un Serie 1, pues prácticamente queda confirmado que el BMW M135i xDrive será el más radical de la nueva generación y tiene un motor de cuatro cilindros y 2.0 litros.
Tener un seis cilindros en línea en posición longitudinal es algo prácticamente anecdótico en la actualidad y es el único modelo del segmento que opta por esa configuración. Eso da más valor a nuestro BMW M140i, que va ligado obligatoriamente a la transmisión automática Steptronic de convertidor de par con ocho velocidades. Lo que sí que se puede elegir es entre la propulsión o la tracción total xDrive, aunque visto lo visto nosotros no tenemos dudas: ¡todo atrás!
Con ese seis cilindros en línea de 3.0 litros se consigue una potencia de 340 CV y 500 Nm de par, todavía lejos de los más potentes del segmento (Audi RS 3 con 400 CV y Mercedes-AMG A45 con 380 CV), pero suficientes para lograr buenas prestaciones. Nuestra unidad de pruebas con tracción trasera acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y si tuviera la tracción total lo haría en 4,4 segundos. En ambos casos la velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
Comportamiento
Pero todos esos datos se nos olvidan cuando estamos al volante del BMW M140i. Desde que se pulsa el botón que da vida a su mecánica se puede percibir como es un coche concebido para priorizar las sensaciones, muy centrado en la conducción. El sonido que nos regala al arrancarlo es ronco y seductor. Es cierto que llega algo filtrado al habitáculo debido a su buena insonorización, pero aún así preferimos esa melodía antes que cualquiera que pudiera sonar en la radio.
Las bondades del seis cilindros no tardan demasiado en salir a relucir, bastan unos pocos kilómetros para darse cuenta del calibre que tenemos entre manos. Se trata de un motor bastante reactivo y muy lleno en cualquier zona del cuentarevoluciones. Los 500 Nm de par están disponibles entre las 1.500 y las 4.500 rpm, y muestran una contundencia notable, dejándonos pegados al asiento cuando pisamos a fondo su pedal derecho.
Para comprobarlo la mejor muestra es la función Launch Control que se activa desde el modo más deportivo del vehículo. En Sport + y con las ayudas parcialmente desconectadas basta con pisar el freno a fondo, comenzar a acelerar y las revoluciones quedarán fijas en el régimen óptimo. En ese momento toca soltar el pedal izquierdo y salir catapultados mientras una pequeña nube sale de los neumáticos traseros y se dibuja una sonrisa en nuestras caras.
Otro de los aspectos que es de obligada mención en el BMW M140i es su cambio automático. Vale que por aquí somos de manuales (más en un coche deportivo como éste), pero lo cierto es que la transmisión Steptronic le sienta bastante bien al conjunto. Esta caja de convertidor de par y ocho velocidades hace unas transiciones entre marchas muy suaves y precisas, al tiempo que no notamos lentitud en ningún momento. Además, siempre están las levas en el volante para ofrecer al conductor una conexión más directa con el vehículo.
Y una de las cualidades principales del compacto deportivo es su capacidad de adaptación. Son cuatro los modos disponibles, permitiendo elegir en función de las necesidades entre Eco Pro, Comfort, Sport y Sport +. Con el más eficiente se conseguirán buenos consumos gracias al modo vela y a los cambios a bajas revoluciones, mientras que en el más deportivo se desactivan parcialmente las ayudas y permite que los cambios se hagan más cerca de la línea roja situada a las 7.000 rpm.
A nivel de chasis hay que hacer algunos apuntes a la suspensión. Se trata de un elemento con un tarado muy firme, que claramente ha buscado primar esa conducción deportiva antes que el confort en marcha. Con esto no queremos decir que sea un coche incómodo, pero si que es cierto que puede resultar algo seca para la ciudad o para firmes con imperfecciones. La dirección va modificando su nivel de asistencia según el modo de conducción, pero en general nos ha resultado muy precisa y bastante comunicativa.
Con estas características queda claro que el BMW M140i es un coche que invita a ir rápido, es por ello que cuesta hacer consumos contenidos. Nuestra versión homologa un consumo mixto de 7,4 l/100km, pero la realidad es que nos resultó muy difícil bajar de los 10 litros durante la semana de pruebas. Lo cierto es que ese dato importará bien poco a quien compre este vehículo, que tiene otras muchas virtudes a tener en cuenta. La principal, a nuestro parecer, el hecho de ser el único con opción a propulsión en el segmento.
Porque en la teoría sus rivales con tracción total son más rápidos y eficaces, incluso probablemente también más seguros para las manos inexpertas. Sin embargo, lo que nos ofrece esa entrega de potencia en el eje posterior es un valor añadido que involucra en mayor medida al conductor y deja un regusto que es mejor experimentar a que te lo cuenten. Sensaciones sin tanto filtro y diversión a raudales para un compacto irrepetible que seguro que será recordado con los años.
Opinión coches.com
El BMW M140i se trata de un «rara avis» en la actualidad, de un modelo que no tiene rivales directos y que además no recibirá un recambio en la nueva generación del Serie 1. Por lo tanto, estamos ante un futuro clásico que incluso puede llegar a revalorizarse con el tiempo por esa condición tan única, eso sí, en manual incluso mejor. Aunque quizás no sea el compacto deportivo más potente ni el más rápido de todos, probablemente sea el que ofrece unas sensaciones más puras.
Por lo demás, se trata de un vehículo bien equilibrado. Por estética es bastante sobrio, perfecto para aquellos a los que no les guste demasiado llamar la atención. En el interior sucede algo similar, con una tecnología bastante precisa y actualizada aunque también con unos toques clásicos muy atractivos. A nivel de calidad cumple con nota, mientras que su habitabilidad es menor que en otros rivales. ¿Es el mejor momento para apostar por este modelo? Es muy probable.
- Motor de seis cilindros
- El último con opción a propulsión
- Comportamiento dinámico y equilibrado
- Habitabilidad en plazas traseras
- Equipamiento de serie justo
- Precio final
Galería de fotos: