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Mario Nogales

Jeep Renegade e-Hybrid, a prueba: electrificación y carácter

Si hay un coche que sea importante en Jeep, probablemente ese sea el Renegade. Aunque la marca de origen americano siempre ha tenido un enfoque muy todoterreno, también han tenido que adaptarse a los tiempos que corren y sacar productos que cubran otras necesidades. Y teniendo en cuenta que es un modelo puramente urbano, es normal que aparezcan versiones como el Jeep Renegade e-Hybrid que probamos esta semana. Es el híbrido convencional con etiqueta ECO de la DGT y está disponible desde 32.100 euros. 

La historia del Renegade es la historia de un éxito casi instantáneo, pues desde su lanzamiento en 2014 fue un valor seguro para Jeep. Se coloca en el top de ventas de la marca gracias a su personalidad y a un lavado de cara que está trayendo opciones electrificadas. Ya pasó por la sección de pruebas el Renegade 4xe híbrido enchufable y ahora amplían la familia con el e-Hybrid y su sistema híbrido convencional que podrá convencer a muchos usuarios por su versatilidad.

Exterior

En el segmento de los SUV pequeños hay diseños muy personales entre los modelos de las distintas marcas, pues el usuario se fija mucho en la imagen. La del Jeep Renegade es una de las que más carácter tienen, pues se mantiene fiel a la filosofía todoterreno y ofrece un diseño muy robusto. Se nota sobre todo en un frontal con una parrilla con las siete aberturas verticales de la marca, que va en un marco que integra también las ópticas principales circulares. Los intermitentes y las antiniebla van en la parte inferior, en un paragolpes prominente en plástico negro.

Hay que decir que nuestro Renegade e-Hybrid lleva el acabado tope de gama, que corresponde a la serie especial Upland. Por eso su carrocería se viste del llamativo color Matter Blue y en su capó está ese gráfico con la huella dactilar y el mensaje de proteger el medio ambiente. También se distingue por unas llantas de 17 pulgadas en negro o por algunos elementos decorativos en bronce. Otros añadidos ya habituales en el Renegade son las barras de techo o los plásticos protectores en los bajos de la carrocería.

Desde cualquier ángulo del Jeep Renegade se pueden observar sus llamativas formas. Son bastante cuadradas gracias a los ángulos rectos, por lo que recuerda a los modelos de antaño. Los voladizos son cortos y la trasera llama la atención por ser bastante vertical, con unos pilotos cuadrados a ambos laterales del portón y un paragolpes abultado en la parte inferior. Aquí encontramos la única diferencia que tiene el híbrido respecto al resto de versiones: la inscripción e-torque en pequeño.

Lo que no cambian son las dimensiones de este SUV pequeño, que se mantienen en 4.236 mm de largo, por 1.805 mm de ancho y 1.665 mm de alto; estando esa altura bastante por encima de la media del segmento. Por otro lado, la distancia entre ejes es de 2.570 mm y ángulos de entrada y salida bastante buenos gracias a sus voladizos reducidos.

Interior

En el interior del Jeep Renegade se respira una atmósfera algo diferente a la de la mayoría de coches actuales. Tiene formas cuadradas más clásicas y denota robustez. De hecho, hay detalles como el asidero de delante del copiloto que ya vemos en pocos coches. Aunque, al mismo tiempo, también hay que decir que su calidad no es demasiado destacada. En este habitáculo son todo plásticos, en su mayoría duros y algunos no demasiado agradables al tacto. También hay detalles que gustan como su tapicería de tejido Seaqual con plástico reciclado procedente de los océanos, las alfombrillas y algunas molduras.

En el ámbito tecnológico vemos un sistema multimedia Uconnect NAV con pantalla táctil de 10,1 pulgadas que está posicionado en una posición bastante baja. Está bien a nivel de gráficos y por sus menús intuitivos, pero se nota que se queda atrás frente a las más avanzadas del mercado. Cuenta con Apple CarPlay y con Android Auto, siempre con cable, también con un menú específico para el sistema híbrido, aunque sólo da un flujo de energía y los consumos. Por lo menos se mantienen los controles de la climatización analógicos en la parte inferior.

En general, la sensación dentro del Jeep Renegade es como la de haber viajado unos años atrás en el tiempo, con sus pros y sus contras. Se nota a través de un volante circular clásico con bastantes botones, incluyendo unos gatillos en la parte trasera. Y a través de ese volante vemos la instrumentación mixta, que mantiene grandes esferas con la velocidad y las revoluciones a los laterales y que introduce una pantalla LCD entre medias para dar información relativa al ordenador de a bordo.

El espacio interior de este modelo es muy bueno para tratarse de un B-SUV. La clave es la elevada altura que tiene por sus formas exteriores, que benefician en las plazas delanteras y también en las traseras. En la segunda fila vemos un acceso fácil por ese aspecto y por una apertura de las puertas en ángulo casi recto. En las plazas laterales hay bastante espacio para las piernas y para la cabeza, aunque vemos una central que es muy estrecha y que hace más recomendable viajar cuatro que cinco.

Maletero

En el Jeep Renegade e-Hybrid se mantiene el mismo maletero que en las versiones de combustión, a diferencia del híbrido enchufable que perdía un poco. Esto significa que tenemos a nuestra disposición hasta 351 litros, con la ventaja principal de tener una boca de carga muy amplia y unas formas muy regulares, prácticamente cúbicas como el resto del coche.

La parte negativa podría ser que el portón podría chocar contra la pared si aparcamos muy cerca debido a su disposición totalmente vertical. También que no haya rueda de repuesto y nos tengamos que conformar con el kit antipinchazos. Por otro lado, si necesitamos más espacio en este maletero, siempre podremos abatir los asientos traseros en dos partes para conseguir una superficie con hasta 1.297 litros.

Motor

En este modelo no cabe duda de que la principal novedad y el aspecto más importante es su sistema de propulsión híbrido. El Renegade e-Hybrid consigue la etiqueta ECO al combinar un motor principal de gasolina turbo con cuatro cilindros y 1.5 litros, que desarrolla 130 CV y 240 Nm de par. Esa es la potencia máxima, aunque también cuenta con un motor eléctrico de 15 kW que sirve de apoyo y para moverse de forma limitada, siempre que lo permita la batería de 0,8 kWh. El pequeño bloque eléctrico va integrado en la transmisión automática de doble embrague y siete relaciones.

Echando un vistazo a la ficha técnica del Jeep Renegade e-Hybrid vemos que sus prestaciones entran dentro de la media, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y una velocidad máxima de 191 km/h. Por otro lado, la mecánica híbrida consigue reducir el consumo combinado hasta los 5,7 l/100km y las emisiones de CO2 a 129 g/km. Aunque nos hemos dado cuenta de que lo realmente interesante se descubre mientras vamos conduciendo.

Comportamiento

Así que ya estamos al volante del Jeep Renegade e-Hybrid, he de empezar diciendo que en su comportamiento también vemos cierta simplicidad. Es híbrido, pero no tenemos modos de conducción que nos permita escoger su funcionamiento. Es automático, pero no tenemos levas que nos faciliten el cambio, sólo la palanca con modo secuencial. Solamente podemos activar o desactivar la función e-Auto, aunque no habrá grandes diferencias. Dicho esto, el SUV híbrido intenta dar prioridad a la mecánica eléctrica en algunos momentos puntuales. 

En Jeep han desarrollado un buen número de términos marketinianos para referirse a algunas de sus funciones eléctricas. Por ejemplo, el arranque es el Silent Start, la salida desde parado sería e-Launch, el recorrer los primeros metros a baja velocidad es conocido como e-Creeping, cuando se avanza en eléctrico en un atasco se llama e-Queueing, durante el aparcamiento e-Parking y el rodar por inercia en modo eléctrico sería e-Coasting. Con eso quieren decir que se da bastante prioridad al eléctrico, pero en la vida real encontramos limitaciones.

Y es que tener una batería de apenas 0,8 kWh tiene sus pros y sus contras. La desventaja principal es que hay otros rivales en los que se aprovecha el modo eléctrico mucho más, aquí notamos que el bloque de gasolina tiene que trabajar con mayor frecuencia. La parte positiva es que no hay mucha diferencia de peso respecto al gasolina, es apenas 100 kg más pesado este híbrido, que se queda en 1.495 kg y eso siempre es beneficioso en términos de prestaciones y de consumos.

Ya hemos visto que las prestaciones no están mal y con los consumos nos pasa exactamente lo mismo. No es el más ahorrador del segmento, hay coches más eficientes por el tema del tamaño de su batería y sus formas tampoco benefician a la aerodinámica, pero el dato final no está mal. Terminamos la semana con un consumo medio de 6,5 litros, más o menos lo que se podía esperar sin haber frecuentado demasiado los entornos urbanos que es donde mejor se va a desenvolver.

La percepción que nos deja este modelo es de ser un poco más tosco y menos preciso que otros rivales híbridos. Como si a veces no estuvieran del todo acompasadas las transiciones entre el motor de gasolina y el eléctrico, no hay tanto refinamiento como nos gustaría. Lo mismo pasa con una frenada regenerativa difícil de dosificar. Y eso que a nivel de chasis el Jeep Renegade e-Hybrid nos muestra cosas positivas, como una puesta a punto de la suspensión muy correcta o una dirección que no está mal calibrada a pesar de su alto nivel de asistencia. 

Otro detalle que nos gustó en el Renegade híbrido enchufable y que no tenemos en este es la tracción total. Queda claro que es el Jeep menos Jeep al no ofrecer demasiadas aptitudes off-road. Podrá salir fuera del asfalto por caminos no demasiado exigentes gracias a sus ángulos de entrada y salida de 28º, pero en situaciones climatológicas adversas o en terrenos de baja adherencia tendrá las mismas limitaciones que el resto de modelos de tracción delantera.

Opinión coches.com

El Jeep Renegade e-Hybrid es la opción que faltaba dentro de la gama del modelo para aquellos que busquen las ventajas de un híbrido, manteniendo un comportamiento y un peso similar a los gasolina más tradicionales. Consume algo menos y corre algo más, al tiempo que mantiene esa estética arrebatadora y un interior que cumple tanto por tecnología como por espacio. El sobreprecio respecto a un gasolina es de algo menos de 5.000 euros, pero no parece tanto si valoramos el cambio automático y la etiqueta ECO.

Al principio de la prueba dijimos que el Renegade híbrido partía de 32.100 euros, pero ya os habréis dado cuenta de que nuestra unidad tiene un equipamiento realmente completo. Eso es porque lleva el acabado Upland, que es el más alto de gama y tiene una dotación realmente completa. Por eso tenemos que hablar de un precio de 37.400 euros que ya lo dejan susceptiblemente por encima de la media. Aunque siempre se puede recurrir a las ofertas de coches.com, a su ventajoso renting o a una financiación con muy buenas condiciones.

Jeep Renegade e-Hybrid
7.6Nota
Lo mejor
  • Estética cargada de personalidad
  • Equipamiento completo
  • Mejora prestaciones y baja consumos
Lo peor
  • Algunos materiales del interior
  • Comportamiento algo más tosco
  • Precio por encima de la media
Diseño8.5
Habitabilidad8
Acabados7.5
Maletero7.5
Equipamiento7.5
Motor8
Comportamiento7
Calidad Precio7

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