En España, la denominación 600 es realmente popular. Ese número de tres cifras recordará irremediablemente a todos los seguidores del mundo del motor al SEAT 600, el modelo que popularizó el coche en una época complicada. Queda claro que, por aquel entonces, derivaba del Fiat 600 y la marca italiana tenía sus derechos. Tanto es así que han decidido volver a utilizar esta denominación más de medio siglo después. Ahora que hemos probado y grabado en vídeo el nuevo Fiat 600e vamos a hacer una valoración imparcial.
Desde el principio nos pareció una herejía utilizar el nombre 600 de nuevo en un coche. El coche original fue algo único e irrepetible y no comulgamos con esa tendencia de las marcas de utilizar la popularidad del pasado como campaña de marketing para vehículos actuales. Lo mismo es aplicable al Ford Puma o al Renault 5. También algo pretencioso, porque con ese título quieren dar a entender que el nuevo 600 podría democratizar la tecnología eléctrica como el anterior lo hizo con el automóvil en general en nuestro país.
Sin embargo, cuando lo probamos vamos entendiendo un poco más la estrategia. Es el coche con el que vuelven al segmento B después de unos años de sequía tras la retirada del Fiat Punto. También tiene muchísima importancia por la llegada del sistema de propulsión eléctrico de Stellantis, el más avanzado que ha permitido que pueda llevarnos de viaje a Soria con un nivel de eficiencia bastante elevado. Es una de las claves del coche, incluso también hay variante de combustión con etiqueta ECO gracias al sistema Mild Hybrid de 48 V.
Como ya es costumbre en la firma italiana, el diseño es un punto muy trabajado en el Fiat 600e. Se quiere inspirar en los clásicos y hacer honor a su nombre mediante esa imagen redondeada y algunas claves. Las ópticas son ovaladas y están divididas en dos partes, mientras que la bandera italiana está muy presente y los paragolpes quieren recordar a los de un crossover. La tecnología está bastante bien, pues incluye todas las últimas novedades de la marca.
La verdad es que no puede llegar al término de «golpe maestro», pero tampoco se merece la descripción como «herejía». Digamos que es un coche que tiene mucho sentido en los tiempos que corren y cuya tarifa estaría en unos términos bastante adecuados. El Mild Hybrid parte de 23.230 euros y para llegar al eléctrico hay que pagar 34.427 euros, siendo uno de los más asequibles de la categoría en el caso de optar por las ayudas.
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