Hace un par de semanas conocíamos a los finalistas del coche del año en Europa. Hay un denominador común en seis de ellos: son coches eléctricos. Casi todos han pasado por nuestra sección de pruebas este año y, si hemos de mojarnos, el premio debería llevárselo el Ford Mustang Match-E.
Hubo quien se tiró de los pelos cuando Ford tomó la decisión de emplear el nombre de Mustang en un SUV eléctrico. Desde luego, la apuesta era arriesgada, pero el coche convence. Estéticamente es de los coches que he conducido en 2021 (y no fueron pocos, más de uno a la semana), que más ha llamado la atención y las formas recuerdan mucho a las del pony car original. Más elevado y alto, sí, pero también más amplio y cómodo:
Dentro me ha sorprendido la calidad de realización. Porque los crujidos son un mal endémico de los Ford… pero no llegué a oir ninguno en el Mustang Match-E. Sin duda, el coche de su gama mejor ejecutado. Tecnológicamente es muy avanzado y, si bien el pantallón puede que no te convenza por su mala integración, lo cierto es que va muy bien y es sencillo de usar.
En marcha, buena autonomía, con consumos que pueden ser comedidos… si no haces lo que el coche pide, que es correr en curva. Sorprende la agilidad para el peso que tiene, como te decíamos en la prueba a fondo. En ese sentido, si te gusta el toque dinámico habitual de los Ford, te gustará el Mustang. Sí, aún siendo eléctrico.
¿Que es caro? Sí, pero te llevas el eléctrico con el diseño más personal y llamativo del mercado. No mucho más que un Mustang V8 (hablamos de precios en España) y desde luego más barato que los BMW IX3, Mercedes EQC, Jaguar I-Pace o Audi Q4 Sportback… que no son malos coches pero que no son un Mustang ni tienen su tacto y su autonomía.
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