Soy un enamorado de los monovolúmenes grandes para viajar. Que tu familia vaya con espacio de sobra garantiza un viaje tranquilo. Y tienen además un enorme espacio de carga para no tener que renunciar a nada en destino. Juguetes, bicicletas, tres cambios de ropa diarios… Entra todo. De un tiempo a esta parte ya no venden tanto y las marcas optan por «colarnos» derivados de comerciales. Y en esto llega al mercado el Hyundai Staria.
Pude realizar una prueba a fondo de las que a mi me gustan. Con un buen viaje por autovía, cinco personas (dos de ellas niños) a bordo y maletero cargado. Se trata de un monovolumen cómodo y si bien las prestaciones no son su fuerte, son más que de sobra para un vehículo así, que invita a conducir de manera relajada… y no tiene problema para mantener buenas velocidades de crucero. Tiene un exterior rompedor, muy alejado de una furgoneta –como la mayoría de sus rivales– y al ser tan grande el espacio interior es superlativo.
Es cierto que, con el arsenal de variantes de propulsión híbridas y eléctricas da algo de pena que Hyundai lo ofrezca únicamente con un motor diésel. Aún así, los consumos que logramos fueron muy buenos para un coche de su tamaño y haberlo probado con tracción total. En marcha no va tan fino como una Multivan o un Mercedes Clase V, pero pocos se quejarán. Quizá su mayor pega es no poder jugar más con el espacio, al carecer de asientos individuales que puedas mover longitudinalmente por railes o extraer del habitáculo.
Su precio es alto, porque parte de 52.990 euros y alcanza los 62.990 en el Staria Style –el más completo– con tracción total.Eso sí, cuando echas un vistazo a coches de su tamaño, no es disparatado.
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