Hace tiempo que Lexus apostó por los coches híbridos, una tecnología en la que (y nadie lo discute) el Grupo Toyota al que pertenece la marca va por delante del resto de fabricantes. Cuestión de haber llegado antes. Mucho antes.
Lexus fue la primera marca en contar con un SUV híbrido, el Lexus RX que está en lo más alto de la gama. Luego llegaron el NX y este UX. En nuestra prueba a fondo vimos sus bondades: Para empezar, consumos muy bajos (hicimos 5,7 l/100, una buena cifra si tienes en cuenta que rinde 184 CV). Luego, unas suspensiones muy cómodas en un coche que apenas balancea en curvas ya que el peso de las baterías consigue que el centro de gravedad esté muy bajo:
Un coche cómodo, potente y que además gasta poco. Con un diseño atrevido. Tanto, que afecta de manera muy notable a las plazas traseras o a su maletero.
Los acabados son buenos, mejores que los del Toyota C-HR, un coche con el que comparte su sistema de propulsión… también limitado en espacio detrás y capacidad de carga. Entre ambos hay más de 5.000 euros de diferencia. EL Lexus aporta más distinción, es algo más cómodo y unos mejores acabados, pero peca de un sistema de infoentretenimiento algo anticuado que sí podría ayudar a compensar esa diferencia de precio tan grande.
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