La novena entrega de la exitosa saga de Universal Studios acaba de presentar su primer tráiler oficial y, como no podía ser de otra manera, continuaremos viendo al icónico Dodge Charger clásico de Dominic Toretto (Vin Diesel). Un coche emblemático en el mundo del cine allá donde esté, pero creo que ninguno igualará la impresión del que participó en la primera entrega: The Fast and the Furious (2001).
Si alguna vez has visto la película, hay existe una buena posibilidad de que te preguntes de dónde salían todos esos vehículos y qué les sucedió durante el rodaje. Por suerte, ya no tenemos que preguntárnoslo, porque Craig Lieberman, unos de los productores y asesores técnicos de los tres primeros cortometrajes, lo expone todo en su última serie de vídeos de YouTube. De hecho, ya nos explicó por qué la franquicia abandonó la temática de las carreras callejeras a favor de misiones que rozan la fantasía.
Ahora que ya no está bajo la influencia de la gran pantalla, Lieberman se esfuerza por darles a los fanáticos de la esta exprimida historia “familiar” información privilegiada sobre cómo se hicieron realmente las películas. Hoy os traemos el caso del Charger negro de Toretto, una “bestia con 900 CV de puro músculo de Detroit” que atronó nuestros oídos al escucharlo arrancar por primera vez. Todavía lo recuerdo y se me ponen los pelos como escarpias. ¡Y ahora resulta que ese sonido era falso!
Como Lieberman comparte, el Charger solo tenía ese monstruoso motor bajo su capó en una escena: cuando Dom le muestra a Brian (Paul Walker) el coche en su garaje. Una vez que terminó la filmación de esa escena, el equipo de la película sacó ese enorme bloque del vano y lo intercambió por un propulsor más plebeyo con un falso compresor volumétrico. El motor, construido por Chuck Taylor Racing Engines, fue prestado solo para ese momento y regresó a la tienda una vez que se filmó.
Lo que escuchamos en la película es otro V8 de origen Chrysler, de 6.4 litros, cuyo sonido se había grabado previamente para ser superpuesto después. Ah, y el ejemplar usado en la película ni siquiera es un Charger de 1969, sino un modelo de 1970 con piezas de 1969. Lieberman dice que, aunque probablemente se construyeron cinco unidades para la película, se desconoce el número exacto porque el estudio trabajó con una compañía separada para reunirlos. Lo que sí sabemos con certeza es que había un “coche héroe” y otros cuatro acrobáticos.
Dos de estos últimos se usaron para poner el broche final al filme, la carrera entre Dom y Brian con sus respectivas máquinas: uno para en la salida para hacer el caballito y otro para chocar con el camión tras saltar por las vías del tren. El tercero en el momento que Dom choca deliberadamente contra la moto del primo de Johnny Tran, Lans. Se requierieron de conductores especialistas para rodar esos pocos segundos, pero merece la pena descubrir cómo se hizo.
Fuente: Craig Lieberman
Vía: YouTube