El mercado español es marquista. Lo vemos muy claro con las marcas llamadas premium, donde es difícil arrancar ventas a los de siempre (léase el triunvirato alemán). Pero también en aquellas que tratan de dar un salto adelante mejorando sus productos para ponerse a la altura de los generalistas. ¿Un ejemplo? El SsangYong Korando.
Y es que la cuarta generación del SUV compacto coreano tiene bien poco que ver con aquellos productos que conocíamos antaño, modelos económicos con una calidad de acabado inferior a lo que esperaba el mercado europeo. La firma ya había demostrado un avance en el Tivoli, refrendado después por el Rexton. Y ahora lo vemos en el Korando.
Tras probarlo a fondo, vemos que pocos SUV en el mercado ofrecen una relación calidad /precio como el Korando. Ofrece mucho por su precio de partida. Al encontrarte con un producto que cuesta menos que otro esperas que flojee en algún apartado, pero no es este caso:
Es amplísimo dentro (de los mejores de la categoría) y han resuelto los problemas de ergonomía, con mandos situados en lugares poco claros, de los que siempre había adolecido la marca. Y en cuanto a calidad, no aprecias en absoluto que se haya pensado en ahorrar a toda costa para .
Disponible con motores gasolina (ver prueba), diésel y, desde hace pocas semanas, con GLP, dispone de una suspensión muy bien puesta a punto, ideal para viajar con la familia. Y a un precio (desde 17.750 euros) que lo hace muy tentador, sobre todo si lo comparas con rivales, que por lo mismo te dan un coche menos potente y menos equipado.
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