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Arturo Martin

¿Qué coche es Rayo McQueen?

Puede resultar curioso o incluso una broma, pero no sería descabellado pensar que el coche más famoso del mundo que haya protagonizado una película, palabras mayores serían si dijéramos que Rayo McQueen es el coche más famoso del mundo en general, pero tampoco andaríamos lejos . Y lo es porque lo conocen todos, los mayores y los pequeños.

La época dorada que está viviendo el cine de animación ha cautivado tanto a niños como adultos y una de las películas más apreciadas es Cars. La saga automovilística ha conseguido atrapar a los espectadores, y todos ellos se hacen la misma pregunta: ¿qué coche es Rayo McQueen?

La respuesta que más se suele escuchar a esta pregunta es que el protagonista de las películas de Pixar es un Chevrolet Corvette C6, pero esto no es del todo cierto. Aunque otros de los personajes sí tienen un espejo claro en el que mirarse, el caso de McQueen es diferente. Cruz Ramírez es un Subaru BRZ; Luigi, un Fiat 500; Doc Hudson es un Hudson Hornet; y Miss Fritter es el típico bus escolar estadounidense de los años ochenta. Y la también mítica Sally, es un Porsche 911 GTS que también cuenta con su color y edición especial. Sin embargo, otros coches son mezclas o son inventados. Este es el caso de Rayo McQueen.

El secreto mejor guardado

A pesar de todas las elucubraciones, los creadores y diseñadores de Cars siempre se han negado a responder a la pregunta de qué coche es Rayo McQueen. Han preferido mantener el misterio y favorecer las teorías y discusiones en torno a ello.

Bob Pauler, responsable del diseño de producción de la saga, afirmó que para dar forma a Rayo McQueen habían tomado partes e ideas de los diseños que más les gustaban, “desde los GT40 a los Chargers”. Por su parte, el guionista y director de la película John Lasseter llegó a decir que, aunque querían dotar al protagonista de una apariencia de coche de NASCAR, las formas de los coches que compiten en esta competición son “planos y no demasiado interesantes”. Por ello, tuvieron que añadirle otras características.

Es cierto que McQueen no presenta la misma estructura que los Chevrolet que compiten en el óvalo. En realidad, el rayo rojo se parece más a una mezcla entre la NASCAR y Le Mans. La influencia del Corvette se ve matizada por otros detalles del Ford GT40 y aspectos de los míticos Lola.

Tampoco son despreciables las coincidencias con el Porsche 911, sobre todo en la zona del techo. Además, la pintura y decoración del protagonista de Cars cambia a lo largo de las películas. El patrocinio de Rust-Eze desaparece en la segunda entrega, siendo sustituido por el logo de la Copa Pistón, aunque se recupera en Cars 3. Además, algunos otros aspectos como las luces o los alerones también sufren una evolución. Por no hablar de su final, pintado en un color azul, un homenaje a Doc Hudson y al Porsche que inspira a Sally.

Una amalgama de coches míticos que han aportado pequeños pedazos de sus identidades al, posiblemente, coche más famoso del mundo. Y quizás sea por esto, que muchos entusiastas del motor nos retamos en su momento a identificar todas las referencias cuando vimos la película.

El origen de Rayo McQueen

En 1977 la familia McQueen contó con un nuevo miembro, Emilia y Finley fueron los felices padres del veloz coche artesanal: Montgomery «Rayo» McQueen. Un coche qué, según la bibliografía oficial de Dave Keane; Stuck by Lightning, (serie de libros Origins de Disney Pixar) era capaz de llegar a los 318 km/h y hacer un 0-100 en menos de 4 segundos gracias a su motor V8 de 719 caballos, nada mal para el personaje prosopopéyico de la saga que se diseñó ad hoc para competir en la Copa Pistón. Ante tal despliegue de medios, Emilia y Finley decidieron inscribir a su pequeño «Uveochocito» en la academia Fast Track de coches donde podría explotar todo su potencial.

Una vez en la academia de coches de coches de carreras, Rayo McQueen conoció a su primer BFF de la vida (su mejor amigo para los de EGB) , Carl, su inseparable compañero de carreras con quien compartía todo tipo de estrategias con un fin común, ser los mejores. Pero esta historia idílica se vio truncada por un plot twist de manual (giro de guión en el argot).

Los mejores amigos se inscribieron en una carrera organizada por la academia para lograr un patrocinador, donde los cinco primeros coches podrían optar al patrocinio de una gran empresa. Carl engaño a McQueen diciéndole que las tuercas de sus ruedas estaban mal ajustadas prestándose a repararlas, pero todo lo contrario… en la vuelta final, a punto de ganar una de sus llantas se desprendió por completo causando el accidente inevitable.

Con este punto de giro en la trama, McQueen potenció su personalidad arrogante y desconfiada ya que le era imposible confiar en nadie más… normal. Por un lado le sirvió para ser un coche tremendamente competitivo pero por otro, ser un coche muy individualista.

Tras los acontecimientos, Rayo McQueen inició su carrera como un coche de carreras siendo prácticamente un desconocido al que la empresa de desodorantes «Smell Well» patrocinaba de forma muy discreta. Pasado un tiempo, McQueen, fue despedido por el jefe de la compañía (o un director de marketing muy chisposo), quien optó por contratar a Sammy Smelter (Smelter = Smell Well. Todo encaja), considerándolo más adecuado para el estilo y la esencia de la empresa. Veis como tenía chispa, lo de la esencia es muy bueno.

Después de quedarse solo y des-patrocinado, la suerte de Pixar se cruza en la vida de Rayo McQueen y su vida da un giro de 180º cuando conoce a Mack, un camión que ve potencial en él. Mack, quien fuera su amigo y transporte en la saga, le consiguió la oportunidad de ser corredor para la empresa Rust-eze, con sede en Boston.

Durante el viaje a conocer a los nuevos patrocinadores, McQueen fortalece su amistad con Mack que al llegar a Boston, se encuentra con los gemelos Rusty y Dusty Rust-eze, propietarios de la empresa, quienes desean convertir a McQueen en su nuevo rostro publicitario. Aunque inicialmente duda debido a su aversión manifiesta (queda claro en la primera parte de Cars) por los coches viejos y oxidados y sus pocas intenciones de asociarse con una compañía pequeña, finalmente acepta la oferta de Rust-eze con la condición de que Mack se convierta en su chofer oficial.

Con el paso de las carreras, McQueen consigue el apodo de «El Rayo» gracias a su velocidad y habilidades excepcionales en el circuito. Su éxito y fama crecen, llevándolo a participar en la Copa Pistón en la temporada de 2005, donde compite con destacados corredores como Strip «El Rey» Weathers y Chick Hicks.

Os sonarán los nombres por ser, el primero, imagen de DINOCO y el segundo aquel coche con mostacho bastante insoportable. A partir de aquí todo se escribe escena a escena en los guiones de la trilogía de Cars que tanto conocemos.

La evolución de Rayo McQueen

Si tenemos que hacer otra referencia al cine, Rayo McQueen es un trabajo propio del doctor Frankenstein que, con piezas de infinidad de coches, ha conseguido tener una identidad y carácter propio e inconfundible. Un mezclum de ideas que como todas las generaciones de coches, han ido evolucionando y mejorando, el rayo en este sentido no iba a ser menos.

Cars 1: el diseño original

En la primera película, Rayo McQueen se presenta como un automóvil de carreras novato y arrogante. Su diseño está inspirado en los coches de carreras de la vida real, más tirando al NASCAR, con líneas aerodinámicas y colores llamativos: la carrocería es principalmente roja, con una franja amarilla que recorre el centro, y está adornada con logotipos de su patrocinadores ficticios, Rust-eze y otros. En esta primera versión vemos un coche temperamental, recién salido (en su caso de la academia de pilotos) del horno con ganas de comerse el mundo sabiendo que tiene prestaciones y diseño de sobra para ello.

Con el 95 repartido por toda la carrocería a modo de seña de identidad, la expresión de Rayo McQueen en esta primera película es más juvenil, con toques temerosos y arrogantes que se van tornando poco a poco en humildes y conscientes del éxito a través del trabajo en equipo.

Cars 2: leves cambios para mantener la esencia

En la secuela, el diseño de Rayo McQueen experimenta algunas modificaciones sutiles. Aunque su apariencia general permanece bastante similar a la primera película, se pueden notar mejoras en los detalles y la calidad de animación. Los cambios son más evidentes en la textura y los reflejos de la carrocería, lo que le da un aspecto más pulido y moderno, acorde a la evolución de la tecnología que con la que trabaja Pixar sus cintas. Los cambios específicos incluyen una mayor definición en los logotipos de los patrocinadores, así como detalles más nítidos en las ruedas y otros componentes. A pesar de estas actualizaciones, Pixar mantuvo la esencia del diseño original de Rayo McQueen para garantizar la continuidad visual en la franquicia.

A medida que avanza la película, Rayo McQueen va cambiando parte de sus componentes, por ejemplo, en la primera parte veíamos un spoiler más «NASCAR» por la tesitura de la competición en la Copa Pistón, pero en esta segunda parte vemos como cambia su alerón por algo más «tuning» y marronero.

Durante la película vemos como el Lightyear que aparece en las ruedas de la primera parte desaparece en alguna escena donde parece tener varios juegos de llantas. Los logotipos de Rust-Eze también desaparecen en homenaje a Hudson Hornet y su legado en la Copa Pistón. Aunque la parte trasera de Rayo McQueen aparece poco en las tomas, en todo el merchandising de la franquicia se aprecian cambios más notables ya que por primera vez deja de lado las decoraciones de los grupos ópticos e integra faros traseros funcionales que encajan más en la trama.

Cars 3: El rayo definitivo

En la tercera entrega de la serie, Rayo McQueen experimenta cambios notables en su diseño para reflejar su evolución como personaje y su posición en el mundo de las carreras. El principal cambio se centra en mostrar a Rayo como un coche más maduro y experimentado. Algunos de los aspectos más destacados son, por ejemplo, su desgaste y envejecimiento: La carrocería de Rayo McQueen muestra signos evidentes de desgaste y envejecimiento. Presenta rasguños, marcas de desgaste y pequeños detalles que indican el paso del tiempo y las numerosas carreras que ha enfrentado a lo largo de su carrera. Estos elementos visuales nos hacen de guía para recordar la historia y las experiencias del personaje.

Vemos como las expresiones faciales están mucho más detalladas: Los faros delanteros de Rayo McQueen tienen expresiones más personales y expresivas. Esta atención a los detalles en las características faciales permite que el personaje muestre una gama más amplia de emociones, transmitiendo su madurez emocional y las lecciones aprendidas a lo largo de su trayectoria.

El cambio más importante es el diseño «Next-Gen«. A lo largo de «Cars 3», Rayo McQueen se encuentra con nuevos competidores que pertenecen al modelo «Next-Gen», una generación más avanzada de coches de carreras. Cuando decide regresar a la pista, Rayo adopta este nuevo modelo, que presenta una apariencia más moderna, líneas más suaves y una aerodinámica mejorada. Este cambio simboliza la adaptación y la necesidad de mantenerse al día en un mundo de carreras en constante evolución.

No nos olvidamos del mítico número «95» evolucionado: aunque conserva el icónico número «95» en las puertas y el techo, el diseño de este número evoluciona ligeramente para reflejar la nueva etapa de la carrera de Rayo McQueen. Los cambios en la fuente y el estilo del número son lo suficientemente notables para ver cómo el diseño de «Rust-eze» también se adapta a los nuevos tiempos.

Un repaso los detalles de Rayo McQueen y sus easter eggs

Todas las películas de Pixar guardan un montón de homenajes y referencias, como los famosos easter eggs, los mensajes ocultos que esconden en sus películas. El primer aspecto a tener en cuenta es el propio nombre de Rayo McQueen. A pesar de que pueda parecer evidente que es una referencia aSteve McQueen por sus películas automovilísticas como Le Mans, la elección de ese nombre encierra otro significado. En realidad, de quien toma ese apodo es del animador de Pixar, Glenn McQueen.

Además del nombre, al protagonista siempre le acompaña un número, el inconfundible 95. En el año 1995 se estrenó Toy Story, la primera película de Pixar y dirigida, como Cars, por John Lasseter. La cinta de los juguetes que cobran vida fue la primera que realizó la compañía, y la de los coches parlantes fue la última que hicieron antes de ser comprados por Disney. La historia de Pixar se resumía en ese Rayo McQueen portando el 95 de Woody y Buzz Lightyear.

Si tenemos que hablar de pilotos reales que prestan sus voces o pericias en la competición nos encontramos, por ejemplo, a Richard Petty que presta su número 43 y su aportación a la NASCAR, ya que fue apodado «El Rey» y el propio personaje de Strip «El Rey» Weathers.

En su caso, el patrocinador original que da origen a Dinoco es «Sunoco», compañía de gas y petróleo americana. El personaje de Darrel Cartrip es otro personaje basado en el piloto y comentarista Darrel Waltrip de la NASCAR que presta la voz al comentarista que vemos en la torre y el pilot Mario Andretti aparece representándose a sí mismo en la cinta de 2006. Por último no nos olvidamos la escena donde Fernando Alonso y Lewis Hamilton hacen su aparición estelar poniendo voces a sus versiones ficticias en Cars 2, en la misma escena también encontramos a Sebastian Vettel a Vitali Petrov, el segundo enfundado en un auténtico coche ruso.

La moraleja de Cars

Las tres películas de Cars esconden bastantes huevos de pascua pero también mensajes muy directos que van evolucionando como el propio McQueen a lo largo de las tres películas. En la saga hablaremos del valor de la amistad, de cómo se pierde por egoísmo y cómo se recupera con simpatía y personalidad arrolladoras (Mate es el mejor secundario de todo Pixar). También veremos como la arrogancia y el individualismo no son ejemplos de éxito, ya que en pocas disciplinas deportivas el protagonista está solo. Necesitamos un equipo para remar a una y ser humilde, esto le cuesta un poco al bueno de Monty, pero ya sabéis como termina.

Esta humildad y trabajo en equipo también depende de aceptar la ayuda y aprender de los demás. En toda la trama, McQueen necesita reinventarse todo el rato, ya sea para poder girar a contravolante en Cars 1 y hasta para adaptarse a los modelos de competición más tecnológicos que dependen de la ingeniería y la pericia del conductor de forma conjunta. Cada carrera perdida era una oportunidad para ser mejor en la pista para Rayo McQueen, Cars aborda este tema maravillosamente con los desafíos que se encuentran constantemente los personajes, para ello también es necesario tener un aprendizaje continuo y plástico para adaptarse a cada situación.

Por último, Cars nos muestra que la historia, las raíces, el legado es importante para ser auténtico. Si tras ganar su primera Copa Pistón, McQueen hubiera optado por ser imagen de Dinoco y no continuar con Rust-Eze, hubiéramos tenido una saga de películas muy diferente.

Fuente: Pixar, Cars Origins: Struck by Lightning (ISBN-10 ‏ : ‎ 0736482563)

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