Una vez que el coche va cogiendo algunos años y se ha usado todo ese tiempo, es posible que tenga algunos toquecitos y arañazos menores en algunos sitios. Si todavía no llevas mucho con él, es posible que sientas una tendencia natural a arreglarlos. Eso tiene sentido, especialmente si tienes el seguro que te cubre estas cosas. Sin embargo, si el vehículo es más viejo,piénsalo dos veces antes de arreglar cada rasguño y desperfecto.
Si bien esto puede parecer extraño, hay una razón detrás. En primer lugar, hay que ser realista con uno mismo y con el mundo en el que vivimos. Muchos aquí somos entusiastas y tenemos la misma idea de arreglar cada pequeño rasguño en un coche. Y esto se hace, como ya habrás intuido, desembolsando una sustancial cantidad de dinero. En varias entradas hemos expuesto cómo puede ser tener el coche impoluto, pero intentar obtener la perfección con un vehículo entrado en años puede ser un nudo de desazón para muchos.
Será costoso, seguirás desgastando el resto del conjunto, suponiendo que lo utilizas a menudo, y es posible que la persona a quien se lo vendas en un futuro no te aprecie dicho esfuerzo en absoluto. Hay situaciones en los que, simplemente, deberías de encargarte del mantenimiento pertinente para que siempre esté operativo, conducirlo como se debería, y lavarlo a conciencia para evitar males mayores, así como usar un garaje o incluso hacerle un trabajo de detallado (detailing) una vez al año. Sin embargo, no vayas más allá de eso.
Los entusiastas de los coches son un poco diferentes a todos los demás en la carretera, ya que buscan que sus vehículos estén en su mejor momento. Al final, sus monturas son también sus formas de expresarse. Y eso está genial, pero hay que comprender que muchas otras personas usan los coches como unos electrodomésticos, y les tienen un “respeto limitado” (por no decir ninguno) en su esfuerzo de tener un vehículo antiguo perfectamente mantenido y reluciente; incluso hay quienes se olvidan de darle cariño nada más comprarlo.
En otras palabras, si bien es admirable para todos los amantes de las cuatro ruedas –y el buen gusto– tener el coche en un acabado impoluto y que parezca recién salido del concesionario, podría ser una pérdida de tiempo y de dinero, así como algo que muy poca gente realmente apreciará, y aún menos cuando decidas vender el coche y quieras cerrar un trato. Ese es uno de los puntos más importantes del tema: cuando tratas de hacer que un vehículo usado se vea perfecto, reparando cada rasguño, gastarás dinero sin remuneración.
Otro punto crítico que puede ser doloroso de escuchar para algunos, pero es una realidad, es que no todos los coches son coleccionables o medianamente bien valorados. La mayoría son solo modelos comunes y corrientes, y deberías disfrutar usando el coche en lugar de castigarte mentalmente por el hecho de que tiene algunos arañazos que no desaparecerán sin pasar por el taller. Lo mismo ocurre con un panel abollado que necesita además de un repintado, lo que genera más costes. Y eso sin contar con las “sorpresas” de coche añejo.
El dilema entonces será si es mejor dejar el coche con un rayón o repintar el área afectada y aceptar que ya no tendrás la pintura de fábrica en todos los paneles, o qué hacer a partir de ahí. Sin embargo, mientras estás pensando demasiado en todo, otros intentarán solucionarlo de una forma sencilla (si es lo suficientemente barato) o lo dejarán así y vivirán sus vidas como si nada. A veces, es más fácil vivir en la segunda categoría, ya que ya no llevas la carga mental de tener que preocuparte por dónde tienes que aparcar para que no lo rayen.
Por eso mencionamos previamente que hay que ser realista con el mundo en el que vivimos. A la mayoría de las personas no les importan los coches de otras personas, y muchos se marcharán después de darle un “besito” al tuyo si no hay nadie que lo haya podido impedir y no hay manera de identificar al perpetrador del crimen. Lamentablemente, en muchos casos, funciona para ellos. Eres tú, el entusiasta, el que está preocupado por cada mota de polvo que se pose sobre la carrocería, quien debe vivir al final con un coche tocado sin ser tu culpa.
De alguna manera, casi todos los vehículos que ya han tenido cierta vida en la calle tienen un rasguño aquí y allá, y muchos hemos pecado por comprar demasiado barato y pensar que con un poco de trabajo de chapa y pintura ya tienes el coche como nuevo. Irónicamente, cuando te das cuenta de que te habría salido más barato comprar un ejemplar mejor mantenido, ya suele ser demasiado tarde. O bien ya has invertido mucho dinero en el coche y tiras hacia adelante, o estás lo suficientemente asqueado que no quieres otro coche usado más.
Así que, para estar tranquilo, lo mejor es que tengas a tu afable compañero de viajes siempre bien mantenido, sin que le falte de nada para funcionar bien y que te sientas cómodo y seguro en él, pero sin obsesionarte por cada imperfección. Estar corrigiendo cada detalle es una carga que también te impide disfrutar del coche, especialmente si cuando es un coche de moderado interés histórico. Ahora bien, si eres consciente de que lo que supone tener el coche impecable y estás dispuesto a asumir lo que ello conlleva, adelante. Un servidor lo haría.
Fuente: Autoevolution