El plan inicial, en lo que respecta a Reino Unido, era prohibir la venta de todos los vehículos con motor de combustión interna (incluidos los híbridos e incluso los híbridos enchufables) para el año 2040. Con esa fecha en mente, se hizo factible una transición más rápida a 2035, y ahora incluso 2030, pero no sin algunas reacciones negativas dentro de la industria automotriz. En julio de 2020, el director ejecutivo de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores (SMMT), Mike Hawes, habló sobre esta preocupación.
“Una escala de tiempo tan desafiante sería insuficiente para la transición de la industria, amenazando la viabilidad de miles de negocios y socavando las ventas de las tecnologías de bajas emisiones de hoy”, dijo Hawes. 823.000 puestos de trabajo se verían afectados. Además, una prohibición en 2030 dejaría efectivamente a los coches eléctricos y de pila de combustible de hidrógeno que puedan estar disponibles como las únicas opciones para los compradores. Se respiraría un aire más limpio, sí, pero ni la infraestructura ni la población están preparadas.
“La gama de vehículos eléctricos en el mercado hoy en día aumenta constantemente”, mencionó Hawes. “Pero necesitamos una estrategia totalmente financiada que requiera de una inversión de envergadura en infraestructura, ayude a todos los consumidores a hacer el cambio y respalde una industria competitiva en Reino Unido. […] Adelantar la fecha de eliminación del motor de combustión interna en una década podría tener un impacto devastador en la industria y los empleos en Reino Unido, con la igualmente involuntaria de socavar las ventas de las tecnologías actuales de bajas emisiones, necesarias para realizar mejoras ambientales ahora”.
Fue en el verano de 2017 cuando el gobierno británico anunció por primera vez que se prohibiría la venta de coches de gasolina y diésel en el futuro. Inicialmente se dio como fecha de 2040, y los primeros indicios salvaban los híbridos enchufables y convencionales. Pronto, los ministros comenzaron a aumentar tanto la claridad como la ambición de sus planes, primero declarando que los híbridos serían prohibidos junto con sus homólogos de gasolina y diésel, antes de discutir que 2035 podría ser un buen año para prohibir la venta de vehículos con cualquier tipo de motor térmico.
Sin embargo, si hay que creer en los nuevos informes, esos objetivos podrían volver a cambiar pronto, y numerosas fuentes indican que parece probable que sea 2030. Según The Guardian, el primer ministro Boris Johnson debía de haber anunciado la fecha en septiembre, pero lo ha retrasado hasta otoño, y noviembre es un mes con más papeletas. La idea está respaldada por el Comité de Cambio Climático, un organismo central independiente formado en respuesta a la Ley de Cambio Climático de 2008 que ya había recomendado la prohibición a partir de 2032.
“2030 es una fecha ambiciosa, pero alcanzable para eliminar gradualmente la venta de nuevos vehículos de gasolina, diésel e híbridos, una fecha que daría una nueva vida a la industria automotriz del Reino Unido mientras se combate la degradación climática y se limpia el aire que contamina peligrosamente muchos de nuestros pueblos y ciudades”, dijo el ministro de Trabajo, Matthew Pennycook. “Pero además de acelerar la eliminación, el gobierno también debe crear un plan creíble para lograrlo, uno que respalde los empleos e industrias con bajas emisiones”.
Este informe se produce justo cuando las ventas de vehículos eléctricos e híbridos en Reino Unido han superado a las de los diésel entre abril y junio de este año, con 33.000 nuevos eléctricos e híbridos matriculados en comparación con los 29.900 de gasóleo. En España, de enero a agosto se han matriculado 97.382 turismos diésel menos que en el mismo periodo de 2019, pero los electrificados y de gas (GLP/GNC) han aumentado en 1.034 unidades, un indicador de que, en realidad, sí que nos estamos preparando para abandonar el motor de combustión.
Fuente: Autocar