Cuando pensamos en competición, concretamente en el mundo del rally, siempre hay algunos coches que se nos vienen a la cabeza. Aquellos Grupo B como el Audi Quattro o como el Peugeot 205 T16, más actualmente los Subaru Impreza y Mitsubishi Lancer Evolution… La lista se podría alargar hasta límites insospechados, pero hoy vamos a tratar otra cosa. Toca hablar de 5 coches de rally que no habríamos esperado ver fuera del asfalto por sus condiciones o por los modelos de producción de los que derivan.
Aston Martin V8 Vantage
Aston Martin es sinónimo de refinamiento y de lujo, coches que no imaginaríamos llenos de barro. Sin embargo, el Aston Martin V8 Vantage (concretamente su versión de circuito GT4) ha dado mucho juego a un equipo finlandés llamado Mäkelä Auto-Tuning (MAT). Lo prepararon y homologaron para la categoría R-GT de la FIA, a partir de entonces se ha paseado por distintos rallyes (principalmente de asfalto) con ese bramido tan impresionante de su ocho cilindros.
Ferrari 308 GTB
Es bastante habitual ver a cualquier modelo de Ferrari compitiendo en circuito, pero casi nadie se atrevería a que corriera en un rally. Ese es el pensamiento generalizado en la actualidad, pero en la década de los 80 la marca de cavallino también quiso hacer de las suyas en el Grupo B. De ahí nacería el Ferrari 308 GTB Michelotto, un modelo que en nuestro país pasaría a la historia por ser el que acompañó al piloto Antonio Zanini en su octavo campeonato nacional.
Porsche Cayman GT4
El Porsche Cayman GT4 fue un modelo que se ganó muy buenas críticas por su puesta a punto radical y su comportamiento ejemplar. Le valió para tener un sucesor a la altura, el 718 Cayman GT4, y también para que naciese una versión de rally. Primero empezó como prototipo y luego fue homologado para la categoría R-GT con su motor bóxer de seis cilindros y 3.8 litros. Ha estado realizando su puesta a punto sobre nieve y en condiciones extremas.
Jaguar F-Type
El caso del Jaguar F-Type Rally es bastante curioso. Se celebraba el 70 aniversario del Jaguar XK120, el primer deportivo de la marca británica y les dio por hacer esta versión del descapotable preparada para rallyes. Aunque la intención no era que compitiese oficialmente, la preparación incluía cumplir la normativa FIA con su jaula antivuelco, suspensión de competición o un diferencial autoblocante trasero. Una pena que se quede con la mecánica de cuatro cilindros de serie con 300 CV.
Rolls-Royce Corniche
Rolls-Royce es el mayor exponente de la opulencia en la actualidad. Coches casi más concebidos para viajar en las plazas traseras debido al enorme confort en marcha y al refinamiento. Sin embargo, en 1980 se eligió uno de sus modelos para correr uno de los rallyes más duros del mundo: el París-Dakar. Este Rolls-Royce Corniche recibió una completa preparación, aunque realmente bajo su piel había un Toyota Land Cruiser HJ45.